Doble ración de Truffaut
Ilustración de Jules et Jim (François Truffaut, 1962) en 813 Truffaut (Paula Bonet, 2015)
En la pared y en la pantalla, así será la invasión que el cineasta François Truffaut (1932-1984, Francia) llevará a cabo en la Galería de Cristal de CentroCentro con motivo de la exposición de 813 Truffaut, la obra de Paula Bonet (Villareal, 1980) que llega acompañada de la proyección de la autobiográfica cinta Los cuatrocientos golpes (1959), primer largometraje del director francés. Una muestra que se podrá ver hasta el 8 de septiembre.A partir de las 20.00h los asistentes que hayan adquirido su entrada de cine podrán encontrarse con la visión que Bonet plasmó sobre Truffaut en el libro homónimo publicado el año pasado antes de ver el filme (en versión original) a las 22.00h. En ella también hay un poco de su autora, como indica el cineasta Javier Rebollo: "Si se fijan, se parece a Françoise Dorléac, Nicole en La peau douce y en el cuarto 813... y es que todas las mujeres que dibuja Paula se parecen un poco a Paula o Paula acaba pareciéndose a ellas". Imaginarla en el cuarto que da título al libro y que Truffaut alquilaba para escribir y rodar no es un ejercicio de fantasía, ya que la artista ocupó este mismo espacio durante la preparación del libro. "Fue mucho más mágico de lo que pensaba", declaró a El Cultural tras su publicación.
La admiración podría haber sido mutua si los artistas hubiesen coincidido en el tiempo, pues, como señala Rebollo "a Truffaut no le gustaba la pintura pero sí la ilustración, más popular y menos noble". Nunca lo sabremos, pero sí podemos indagar en la versión del francés que prefiere Bonet, el oscuro, que expresa en sus dibujos a través de las películas del director. Jules et Jim (1962), La piel suave (1964) y La mujer de al lado (1981) son el triángulo (amoroso) cuyos planos quedan congelados indefinidamente en las ilustraciones de la artista. Lejos de buscar la mera copia de los fotogramas de Truffaut, las imágenes de esta exposición-libro tratan de contener toda la emoción y poesía que el director francés les insuflaba, o al menos, la que Bonet percibe. Un proceso que los asistentes podrán poner en práctica tras el visionado de la película.
"No se fíen de esta mujer ni de sus apariencias, no se fíen de sus dibujos ni de su clara caligrafía -tan parecida a la de Truffaut-…" advierte Rebollo a quienes se pasen por la muestra, pues los colores vivos y trazos preciosistas de la acuarela, el bolígrafo, el lápiz y la tinta china de Bonet esconden y revelan terrenos quebradizos en la obra de ambos artistas. Un recorrido que culmina con la no menos complicada historia de un adolescente interpretado por Jean-Pierre Léaud que podría ser el propio Truffaut, o Bonet, o usted.
@sergi02