Edgar Martins, pájaro en mano
La exposición en la galería Pilar Serra habla de la falta de libertad y de sus consecuencias
8 junio, 2020 06:26La imagen de un pajarillo aprisionado en un puño podría ser el resumen visual de la segunda exposición de Edgar Martins (Évora, 1977) en la galería Pilar Serra. Martins trabaja concienzudamente en proyectos de cocción lenta con los que cuestiona lo que él llama la “ética de la fotografía”. En What Photography has in Common with an Empty Vase, el último de ellos, que le ha tenido tres años buceando en la historia de los presos de una cárcel de Inglaterra, habla de la falta de libertad y de sus consecuencias de una manera que resuena con fuerza en cada una de las obras.
El montaje rompe con la monotonía de las dos dimensiones de la fotografía. Se estira y desdobla siguiendo los accidentes de la sala, se expande a falsos collages de texturas y colores (que son, en realidad, impresiones) y crea movimiento y volumen con los antiguos aparatos de visionado de diapositivas que cruzan el espacio. Los collages son escaneos de la correspondencia mantenida durante años entre los reclusos y sus familias, de la que el artista ha borrado gran parte de los textos. El resultado nos remueve por dentro, de la misma manera que el zapatito abandonado de una niña, marcado con las letras “Daddy’s Girl” subraya, de nuevo, una ausencia. Hay también aquí mucha apropiación de materiales encontrados que sabe situar con habilidad en diálogo con el contexto, como las fotografías que vemos tras las lupas centrales que ilustran las palabras del diario de uno de los presos.
Una bonita despedida la que ha organizado Pilar Serra para cerrar la galería. Pasa el testigo a su colaborador Daniel Cuevas, que se estrena en septiembre en este mismo local con una muestra en la que artistas como Linarejos Moreno y José Manuel Ballester toman el libro como punto de partida.