Paul Klee, en el país donde crecen los Goyas
Visitó España por primera vez a principios del siglo pasado, fascinado por Goya, El Greco, Velázquez y Zuloaga. Alfonso de la Torre recorre el paso del artista por nuestro país y la huella que dejó en otros pintores
7 febrero, 2022 02:43Estamos ante una publicación de gran interés porque nos lleva, a través de un recorrido intensamente minucioso, al conocimiento de la notable importancia que tuvo la obra del artista suizo Paul Klee (1879-1940) en el desarrollo del arte contemporáneo en España. El libro se estructura en dos partes: “El Plan Spanien. Paul Klee y el país donde crecen los Goyas” y “El sembrador de estrellas (La sombra de Klee en el arte español de postguerra)”.
En la primera parte se reconstruye el interés de Klee por venir a España desde su juventud, “pues planificó su visita ya en 1902 y en tres ocasiones en 1905”. Sin embargo, ese deseo no se concretaría hasta 1929, y sólo en una única ocasión, cuando Klee y su esposa Lily viajaron hasta el sur de Francia, cruzando desde allí al norte de España donde visitaron diversos pueblos costeros, así como San Sebastián y Pamplona. En ese viaje coincidieron con Vassily Kandinsky y su mujer Nina.
Como anota en su Diario, en 1905, el interés de Klee por España tiene un núcleo central en Goya: “Mi pensamiento va hacia España, donde crecen los Goyas”. Pero, como reconstruye Alfonso de la Torre (Madrid, 1960), se concentra igualmente en El Greco, Velázquez y Zuloaga, de los que había ido viendo obras desde 1902. Se expande también a figuras literarias: Cervantes (central su Quijote), Calderón y Tirso de Molina. Siendo para él tan importante la música, hay que señalar así mismo el gran aprecio que tenía por Pau Casals. Y todavía un último aspecto: la relación personal que estableció con Picasso, con quien tuvo dos encuentros, en 1933 y en 1937.
En la segunda parte del libro, la más extensa, Alfonso de la Torre da un papel desencadenante al pintor, crítico de arte y escritor canario Eduardo Westerdahl (1902-1983), de quien procede el término “kleeiano irredento”, en una de las citas que encabeza el libro. Con ese término Westerdahl caracterizó al pintor alemán y seguidor de Klee, Will Faber (1901-1987), quien por el auge del nazismo abandonó su país natal a comienzos de los años treinta, y se establecería de modo definitivo entre Barcelona e Ibiza.
La irradiación de Klee en el arte español tras la Segunda Guerra Mundial se activaría en un importante conjunto de artistas “irredentos”, o no sumisos ante planteamientos academicistas o repetitivos en el arte. Con figuras tan importantes como Antonio Saura, Pablo Palazuelo, Antoni Tàpies, Manolo Millares, Jorge Oteiza, Eusebio Sempere, y muchísimos otros.
Alfonso de la Torre nos da un panorama completo. Su libro, además del desarrollo textual, presenta también un extenso conjunto de ilustraciones: 84 fotografías y reproducciones de obras artísticas. Amplísima es la serie de notas a pie de página, nada menos que 487. Y hay algo no muy bien resuelto: en muchos casos en el despliegue del texto aparecen referencias en su versión original, no en español, y lo mismo tiene lugar en las notas.
En todo caso, el libro nos da una excelente vía de entrada en la obra de Paul Klee, resaltando su relevancia en el arte de nuestro tiempo. Como Paul Klee escribió en la primera frase de su Confesión creativa, un texto de 1920, en su época de plena madurez: “El arte no reproduce lo visible, sino que hace lo visible”. Construye una visión profunda de la experiencia, de la vida.