La escultora June Crespo ocupa el Museo Guggenheim Bilbao en una escala inédita
La nueva exposición de la artista, una de las más reconocidas de su generación, es una muestra formidable que merece la pena visitar.
28 marzo, 2024 02:23La práctica escultórica, como el paisaje, no cesa de transformarse. El desmantelamiento de las convenciones y prácticas atribuidas a la escultura que, desde los años setenta, vienen acometiendo artistas mujeres, concierne a los modos constructivos, a las poéticas formales y a las significaciones relativas a cuestiones de la identidad, del feminismo, del ecologismo y el decolonialismo.
En esa encrucijada de litigios y renovaciones de la práctica escultórica, una emergencia de artistas jóvenes dialoga con esa herencia para incorporar nuevas tensiones y dilemas de índole dispar. Es el caso de June Crespo (Pamplona, 1982).
Reconocida su trayectoria en el contexto internacional, viene a ser refrendada con una formidable muestra, reunida bajo el título Vascular, en el Museo Guggenheim Bilbao, comisariada por Manuel Cirauqui. Que haya elegido esa noción que en los seres vivos designe lo relacionado con los vasos sanguíneos, o los conductos que permiten el paso de otros fluidos en las plantas, nos da una pista para recorrer la muestra.
Era conocido su interés por lo fluido y por la imbricación de elementos heterogéneos que han configurado sus obras. Su poética ha desplegado diversas formas de unión producidas por la interacción de diferentes elementos: la yuxtaposición, la fusión y la mixtura total.
Pero este criterio formal encuentra una nueva inflexión en la propuesta que agrupa en Vascular. Ya no se cifra solo en la manifestación concreta de cada pieza, sino que el conjunto se dispone con esa lógica como si se tratara de una gran instalación que permite la aprehensión singular de cada obra y, a la vez, el juego de reminiscencias que fluyen en nuestro recorrido.
Precisamente la puesta en escena sin muros en la sala que ha elegido Crespo provoca un continuo de interferencias y conexiones entre las piezas. Apelan a nuestro merodeo perceptivo por las mismas, en paisaje de tensiones y extrañezas.
Encontramos un cierto catálogo de elementos que son recurrentes en su trayectoria. Están las piezas modulares de carácter industrial, que en esta ocasión incorporan una nueva producción: Vascular (5), 2024, realizada con chapa lagrimada de acero curvada y alfombras, juega en el límite de una escala antropomórfica para sugerir una monumentalidad contenida. Sobre una base delgada o alfombra que lleva impresa una imagen de telas (otro elemento recurrente) parece aspirar a un espacio propio en el continuo de la sala.
[Esto también son cuerpos: nuevas derivas de la escultura]
Las telas y ropas están asimismo en otras piezas y aportan calidez, color y un índice afectivo de la propia artista. Otra pieza sobresaliente es Sin título (y escucho tus pasos venir), 2018/2024. Utiliza elementos identificativos de su práctica como la escalera, los perfiles de acero inoxidable, fundición en aluminio o la escayola. Una estructura poderosa para un vuelo poético inscrito en el título.
Una producción de grietas, invención de analogías, variación y repetición que hace lo nuevo de modo libre y extraño. Y solo mediante esa estructura toma forma abierta a las mutaciones y los flujos de sentido. Por eso quizá, como los buenos aforismos, estas piezas exigen ser leídas dos veces. Rodearlas, experimentar sus interacciones con el espacio, indagar en su estructura nos hace conscientes de su complejidad.
Pasamos de la perplejidad inicial a la celebración de lo material y de los deseos y afectos que surgen en nuestra experiencia estética y corporal en contacto con estos ensamblajes. Hay asimismo una producción de lo nuevo que transgrede la razón hegemónica y sus predicados estéticos, cognitivos, políticos y éticos.
En el catálogo además de ensayos pertinentes se publican anotaciones del diario de producción de la artista: es un valioso documento para seguir el proceso de formalización de sus piezas, sus encrucijadas técnicas y vitales. Así encontramos alusiones a otras escultoras: Elena Aitzkoa, Mathilde Rosier, Louise Bourgeois, Doris Salcedo, Julia Spínola, Rosemary Mayer.