'Un tiempo elástico', una década de arte emergente en la Fundación Banco Santander
La exposición celebra el Premio a la Producción Artística Fundación Banco Santander-Open Studio reuniendo la obra de los artistas galardonados.
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El tiempo se transforma, adaptándose y expandiéndose, como un hilo que conecta el pasado con el presente. Así lo celebra Un tiempo elástico (2013-2023), exposición que conmemora una década del Premio a la Producción Artística Fundación Banco Santander-Open Studio. Desde su creación, este premio se enfoca en visibilizar a artistas fuera de los circuitos comerciales, dotándolos de una residencia en estudios colectivos de Madrid y una ayuda económica destinada a la producción de sus obras.
Para Andrea Aguilera, ganadora de la última edición del certamen, el premio le ha servido para "empoderarse y a conocerse en cuanto a la práctica", en un sector difícil en el que "se queda mucha gente por el camino". La obra de Aguilera es una de las seleccionadas en esta exposición, comisariada por Beatriz Alonso, junto con la de artistas como Elvira Amor, Pablo Capitán del Río, Olmo Cuña, Irati Inoriza, Jesús Madriñán, Mònica Planes, Belén Rodríguez, Javier Rodríguez Lozano y Mario Santamaría.
Todos ellos ganadores del Premio a la Producción Artística Fundación Banco Santander, pero en disciplinas muy distintas entre sí: pintura, escultura, videoarte e instalación. "Esta muestra es, sin duda, una ventana al arte contemporáneo español de una década", considera María Eugenia Álvarez, directora de Open Studio. Un verdadero trabajo de arqueología, también para los artistas, sobre todo los de las primeras ediciones, que han tenido que echar la vista atrás a su propio trabajo.
"Ha sido muy significativo comprobar que algunos de los intereses y obsesiones que tenían en aquel momento se han seguido manteniendo a lo largo del tiempo, estando algunos muy presentes en sus obras más recientes, como en el caso de Belén Rodríguez", apunta Beatriz Alonso. Rodríguez, ganadora de la primera edición del programa, ha querido trasladar el problema ecológico de los plásticos en las playas a la muestra, con una instalación creada que recompila una serie de residuos recolectados en diferentes parajes naturales de Cantabria.
Además de destacar la trayectoria y celebrar el talento artístico de estos creadores, la exposición también reflexiona sobre los cambios en el contexto cultural y artístico durante la última década. "El título de la exposición hace referencia al tiempo, pero no a un tiempo lineal, que responde a una convención occidental de narrar la historia, desde una mirada predominantemente masculina, que por tanto es parcial y sesgada. Ahora estamos yendo hacia otro lugar, donde estas convenciones no nos funcionan, porque son excluyentes a nivel cultural, biológico, emocional, hormonal, etc", explica la comisaria.
Para Alonso, la exposición también debe verse desde la perspectiva generacional, porque "los artistas nacidos en los 80 han tenido más recursos, oportunidades y becas que aquellos de la generación de los 90, y eso también es interesante explorarlo en términos de contexto", opina.
Tras años de desmaterialización en este mundo hiperdigital, el arte parece volver a abrazar lo físico. "Estamos en un tiempo de recuperar la memoria, aunque vivamos en una época donde la tecnología lo almacena todo. El propio arte ha pasado por un proceso muy fuerte de desmaterialización iniciado en los años sesenta, y ahora parece estar rematerilizándose", reflexiona Alonso.
Desde los trabajos pictóricos de Elvira Amor, quien "tiene una mirada muy centrada en la revisión de la tradición pictórica desde la contemporaneidad", señala Alonso, a la fotografía de Jesús Madriñán. Pero esa búsqueda por lo tangible también podemos encontrarla en la obra de artistas más jóvenes, como los lienzos al óleo de Javier Rodríguez Lozano, que reinterpreta las cortinas de su pueblo manchego a través de patrones florales y folclóricos, o el lenguaje escultórico y natural de Irati Inoriza, cuya obra atraviesa el espacio expositivo.
También en el trabajo del burgalés Mario Santamaría, quien ha conseguido colarse en el cable submarino de fibra óptica más grande del mediterráneo a través de Google Maps. "La idea es la de caminar por debajo del mar", apunta el artista que ha traducido las coordenadas numéricas del cable a una serie de fotografías que se exponen en la muestra, que se puede visitar gratuitamente del 23 de enero al 23 de marzo en la sala c arte c (Centro de Arte Complutense) en Madrid.