Image: Moldes en el paisaje

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Arquitectura

Moldes en el paisaje

EBV, el futuro de la arquitectura española

4 noviembre, 2011 01:00

Sede del consejo regulador del ribera del Duero, Roa, 2006

Fundaron EBV Arquitectos con 28 y 31 años, tras trabajar en Sevilla junto a Guillermo Vázquez Consuegra. Son Fabrizio Barozzi y Alberto Veiga, italiano y gallego, el futuro de la arquitectura española más internacional.

Fabrizio Barozzi (1976) y Alberto Veiga (1973) inician su actividad profesional conjunta en 2004. Una singular trayectoria que confluye y cuaja en Barcelona donde se establecen un arquitecto de Trentino y un gallego de Santiago de Compostela. Y quizá la condicion de no pertenencia a Cataluña ha sido la fuente de su éxito temprano, utlizando la ciudad condal como puerto de una actividad arquitectonica que ha tenido su foco en los concursos europeos.

En menos de una década han consolidado un lenguaje propio, una práctica internacional y un prestigio por su buen trabajo, independiente, libre y sensible con el lugar. "Nos interesan arquitecturas sintéticas, esenciales, capaces de construir con pocos elementos aquello capaz de transmitir un sentido de apropiación, de adecuación de la arquitectura a su contexto, tanto físico como imaginario. Buscamos una arquitectura sencilla y en equilibrio constante entre la pertenencia y la oposición a un ambiente, capaz de dar vida a un microcosmos por sí misma que pueda revelar una visión nueva, distante e inesperada de las cosas", explican.

Por ello, recientemente han obtenido el primer premio en el concurso para el Museo de Bellas Artes de Lausanne, y otro ganado en Polonia, la Filarmónica de Szczecin, se encuentra en construccion. Ninguno de los dos llega a los cuarenta y ya representan a la arquitectura española en concursos internacionales. Su último reconocimiento ha sido el premio de arquitectura Barbara Cappochin 2011. Ha sido su libre práctica, metodología disciplinar y objetivos los que con sus últimas obras construidas en España demuestran la solidez de un estudio, EBV, que se presentó en 2004 con un magnífico auditorio en el pueblo murciano de Águilas, su primera gran obra pública. Nacido de una contraposición que analiza y comprende las tensiones que confluyen en el borde marítimo de la ciudad, juega con el artificio de lo urbano y la naturalidad de lo orgánico. Moldea su figura compacta con las deformaciones que sugieren estas inflexiones del lugar, creando planos cóncavos que devuelven al viento que proviene del mar los sonidos que la caja emana, como si fuera éste su espectador. Abre huecos para mirar y para que el horizonte penetre en la caja, blanca y artificial, para entregárselo al ciudadano envuelto en el espacio arquitectónico. Las formas del paisaje se encuentran así en mediterránea armonía con la arquitectura.

Con un tono más sobrio, interpretan los arquitectos Barozzi y Veiga la atmósfera del paisaje de la Ribera del Duero para tallar, en este caso, los volúmenes expuestos. Son fragmentos de piedra que interpretan la pequeña escala del pueblo de Roa, en Burgos, relegando a la monumentalidad del paisaje su protagonismo. Trabajando con volúmenes moldeados o tallados se acercan así a lo específico de las cosas, preocupados por el tono, delicado o impositivo, con el que la arquitectura dialoga con el contexto físico.