Image: Annika Larsson

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Arte internacional

Annika Larsson

Arte en el mundo

22 mayo, 2003 02:00

Museum för Gegenwartskunst Basel. Basilea. Suiza. Hasta el 13 de agostowww.mgkbasel.ch

Annika Larsson es, pese a su juventud, nació en 1972, uno de las más firmes promesas del arte realizado en Escandinavia, un lugar que en los últimos años ha dado mucho que hablar en ferias y grandes citas de arte contemporáneo. Larsson ha tenido la oportunidad de exponer en centros como el ICA de Londres o de participar en la Bienal de Venecia de 2001. Su obra versa sobre la identidad del género, una identidad que se asocia en muchas ocasiones con la idea de poder.

Larsson realiza videoinstalaciones de grandes dimensiones, utilizando una estética que hemos de vincular a experiencias cinematográficas, con sus bandas sonoras y sus tratamientos de cámara. La suya es una mirada pulcra y nítida hacia las diferentes estrategias y comportamientos de los hombres. Una mirada de ritmos lentos con frecuentes repeticiones y "loops" continuos. Larsson utiliza un lenguaje transparente, frío, con atmósferas de tono aséptico donde se desarrollan tramas que, sin embargo, destacan por un alto nivel de ambigöedad. El carácter de la banda sonora aporta al desarrollo narrativo una tensión inquietante.

El hombre es siempre el protagonista de cada una de las piezas. Perfectamente vestido en todo momento, ya sea jugando al tenis o en una reunión de ejecutivos, siempre ha de mantener un aspecto impecable. Larsson no propone una narración al uso sino que se centra en detalles mínimos, reflejados a gran lentitud, que en situaciones normales pasan desapercibidos. De esta forma la artista desarrolla un ejercicio descriptivo que acaba por modelar la identidad de un protagonista que, por lo general, se ve inmerso en situaciones de marcada tensión dramática. Las técnicas de montaje, impecables, propician un tipo de imagen de gran atractivo visual cercanas a veces al video clip. Además, la precisión del montaje y la lentitud de la cámara en su búsqueda de detalles otorgan a la pieza un peculiar sentido poético.

Una de las piezas que se muestran en esta exposición es "Polissi". En una gran plaza de grandilocuentes arquitecturas clásicas, un hombre vestido de "jockey" camina, sin su caballo, al encuentro de tres policías fuertemente armados. La banda sonora imprime a la pieza una sensación angustiosa a medida que la cámara va avanzando en su narración. ¿Cuál es el desenlace lógico? No es otro que el de interpretar a la figura masculina no solo en términos críticos relativos a una suerte de identidad superior sino en el marco de una situación de ambivalencia inherente al poder de la seducción y a veces, indefectiblemente, incluso, del erotismo.