Jim Lambie, artista escocés nacido en 1964, ha intervenido una de las salas del Dallas Museum of Art en un interesante ejercicio de activación espacial.

Lo cierto es que la obra de Jim Lambie no es conocida en España. Uno de los últimos trabajos que adquirieron mayor eco fue su participación como representante escocés en la Bienal de Venecia de 2003, donde, junto a Claire Barclay y Simon Starling, indagaron en las particularidades del Palazzo Giustinian-Lolin. Esta intervención del Dallas Museum of Art, que se inscribe en el ciclo "Concentrations", viene a constituir un reflejo de aquella intervención veneciana. En ambos espacios el artista actúa sobre las paredes y el suelo estableciendo un diálogo con la arquitectura. Bien es cierto que las connotaciones arquitectónicas del palazzo veneciano son muy distintas por su exuberancia barroca (lo cual da pie, como es lógico, a lecturas de otro orden) pero la idea inicial es similar. Hablamos de un entorno activado. Como podemos ver en la imagen que acompaña estas líneas, Lambie ha utilizado vinilos para cubrir la totalidad del suelo y parte de las paredes. Son cintas que utiliza en combinatorias cromáticas diversas, desde las bicromías de blanco y negro hasta los colores primarios. Y lo hace dependiendo siempre del espacio a activar. En el caso de Venecia, de cuyo montaje se puede ver aquí una imagen, a la arquitectura barroca, con sus densas connotaciones histórico-culturales, Lambie propuso un montaje de clara raíz Pop. Así enfrentaba dos lenguajes diametralmente opuestos para generar una tensión, un extrañamiento en el espectador. La obra de Jim Lambie se encuentra en esa delgadísima línea que separa los territorios de la alta y la baja cultura. Pero además, este tipo de activación del espacio ha hecho que los defensores acérrimos de un buen sector de la pintura contemporánea, aquella que abandona definitivamente el lienzo para adentrarse en parámetros y contextos más amplios, hayan hecho del artista escocés uno de sus grandes estandartes.

Lambie no sólo actúa sobre paredes y muros sino que realiza esculturas que aparecen diseminadas en el espacio expositivo. Son estructuras que realiza a partir de elementos que recoge en tiendas y mercadillos de la zona. Otra de las imágenes aquí presentes es la de una de las piezas centrales de la exposición, una escultura resuelta a partir de la yuxtaposición de planos de madera, que no son otra cosa que puertas. En la carrera de Lambie la música juega un papel fundamental. En su obra se encuentran frecuentísimas alusiones al mundo de la música por su propia condición de músico -Lambie es dj y ha formado parte de bandas como Boy Hairdresser- como demostró el día de la inauguración de la exposición con una actuación en el jardín de esculturas del centro. En sus exposiciones, Lambie utiliza elementos propios del mundo de la música como vinilos, cedés o cubiertas con los que crea esculturas. De este modo el artista recontextualiza estos elementos y provoca en el espectador esa misma sensación de extrañamiento. Materiales siempre de orden cotidiano -en una ocasión creo una gran escultura a partir de correas de bolsos generando una estructura que realizaba un recorrido horizontal por toda la galería (como hizo en su galería de Nueva York, Anton Kern)-, siempre accesibles, para incidir en esa idea tan arraigada hoy que es la desmitificación del objeto artístico.