Arte internacional

Joy

Arte en el mundo

12 enero, 2006 01:00

Casino, Luxemburgo. Hasta el 5 de marzo www.casino-luxembourg.lu

Una interesante exposición tiene lugar en el Casino de Luxemburgo. Bajo el título "Joy", una veintena de artistas repiensan nuestros modos de disfrutar la vida

La voluntad de representar el deleite es tan antigua como el propio arte. Desde esa visión tan arraigada en el mundo clásico de la Arcadia feliz -fuente de la que tantos artistas de todas las épocas han bebido- hasta nuestros días, son muchísimas las interpretaciones que se han hecho sobre este tema. Ya en la pintura veneciana asistimos a un tipo de representación paisajística que enlaza con esta idea. En el Renacimiento aparecen las "pastorales" y más adelante Poussin remite igualmente a esta suerte de mundo idílico. Los paisajistas holandeses perciben el lugar como un escenario apacible mientras los pintores románticos posteriores muestran los efectos extáticos de la contemplación. Ya en el siglo XX, Matisse hace explícitas sus referencias a la Antigöedad con su cuadro "Lujo, calma y voluptuosidad". Y es que el color en Matisse nunca se separa de lo que hoy conocemos como deleite. Hace sólo 60 años, Mark Rothko seguía la estela dejada por los Románticos y expresaba sus sensaciones ante las vibraciones cromáticas. Ya en los ochenta, Willem de Kooning sublimizaba el acto de pintar con esa pincelada luminosa y ondulante, tan matissiana, en los últimos trabajos de su vida.

Pero, ¿a qué tipo de deleite se refiere esta exposición? Nada tiene que ver con lo que por deleite hemos entendido tradicionalmente. Hoy vivimos inmersos en un estado del bienestar que propicia otro tipo de sensaciones. En la era del consumismo, de la posibilidad del placer inmediato, surgen, sin embargo, matices y connotaciones negativos, algo sobre lo que se ha teorizado ya hasta la saciedad. Porque en nuestros días el deleite parece extraerse de otro tipo de fuentes, especialmente de la violencia (tenemos el persistente auge de los videojuegos violentos o la pasión bélica holliwoodiense). No es de extrañar, pues, que buena parte de lo que hoy entienden los artistas por deleite nazca de un cierto sentimiento de culpabilidad. En este sentido, una de las piezas que mejor expresan el sentir de esta exposición es "Ever is Over All", la archiconocida pieza de Pippilotti Rist en la que una mujer muestra esa idílica "alegría de vivir" rompiendo sistemáticamente las lunas de los coches. Esta es posiblemente la pieza más conocidaza de la exposición pero hay otras que presentan igualmente esa idea desenfadada e irónica del disfrute tan característica en los trabajos de artistas como Erwin Wurm o Martin Creed.

La exposición también muestra trabajos relacionados con lo superfluo, con la banal, con un cierto vivir al margen de preocupaciones y riesgos, con un volver a la infancia donde la ignorancia es la mejor defensa de cada uno. Así, Jill Mercedes traslada a una estructura de neones un dibujo realizado en su adolescencia. Hay también ambientes festivos (Meter Kogler y Koo-Jeong-A), espacios activados con motivos florales (Michael Lin), etc. En la instalación de Honore d"O se puede percibir esa energía desbordante inherente, también, a todo acto creativo. Esta instalación produce en el espectador una clara sensación placentera.