Arte internacional

Mark Manders

Arte en el mundo

16 febrero, 2006 01:00

Baltic Center for Contemporary Arts. Gateshead, Reino Unido. Hasta abril 2006www.balticmill.com

Mark Manders lleva casi veinte años trabajando en su "work in progress" Self Portrait as a Building. En Gateshead presenta sus últimos movimientos.

El trabajo de Mark Manders, nacido en Volkel, Holanda en 1968, se pudo ver en España en la Manifesta 5 de San Sebastián. Trabaja con galeristas de prestigio y ha participado en importantes colectivas, la más importante, sin duda, la Documenta 11 de 2002. Esta es la primera exposición individual de Manders en el Reino Unido. Desde 1986, cuando tenía dieciocho años, ha venido trabajando en un proyecto que lleva por título Self Portrait as a building, un "work in progress" que varía en función de las diferentes exposiciones que realiza. Su trabajo es un continuo tributo a la ficción, a la necesidad de utilizarla como prisma desde el que entender la realidad en la que vivimos.

El trabajo de Mark Manders es muy versátil en lo formal. Sus exposiciones suelen jugar con elementos modulares y formas que se repiten y que se extienden, diseminadas, por todo el espacio. Son objetos que mantienen una relación entre sí y que el artista concibe como partes de un todo, un todo que es el reflejo de su propio ser. De este modo, cada una de las exposiciones que realiza viene a ser otro autorretrato pues, cómo él mismo ha dicho en reiteradas ocasiones, nuestra cualidad como seres humanos está sujeta a cambios constantes, a una incesante reformulación. Manders trabaja con materiales cercanos del acervo cotidiano como mesas, sillas, mantas, bolígrafos o lápices que recontextualiza continuamente. Estos objetos no tienen las connotaciones que podrían tener si se encontraran en otros contextos o épocas. No son ni los elementos oníricos de los surrealistas, ni readymades duchampianos, ni productos de consumo en la línea del Pop. Son simplemente objetos que encuentran su verdadero escenario en el inconsciente y se entienden en contextos más cercanos al pensamiento que a la observación. El "edificio" que da nombre a este proyecto "on-going" es una arquitectura ficticia creada para alojar a una persona también ficticia, que comparte el nombre del artista y que tiene, como él, un carácter neurótico. La sala expositiva se convierte así en un espacio mental, un lugar que alberga objetos que destacan por su discreción, que pasarían siempre desapercibidos y que, en este nuevo contexto en el que se disponen, exigen la agilidad interpretativa del espectador. Porque esta realidad nueva siempre cambiante, fruto de ese levísimo ejercicio de recontextualización que Manders propone, está llena de fisuras.

Para esta individual del Baltic Center de Gateshead, uno de los centros más activos del Reino Unido, Manders ha producido un buen número de trabajos entre los que destacan los que podríamos llamar paisajes esculturales. Son obras que parecen fotografías tridimensionales y que vienen a activar un espacio que se percibe como escenario y que adquiere, en la mayoría de los casos, intensas connotaciones de irrealidad.