Ganador del premio Turner en 2002 Keith Tyson es un pintor atípico que presenta en Dinamarca y Holanda una exposición igualmente inusual.

Large Field Array es el título del proyecto que el artista británico Keith Tyson ha realizado para estas dos instituciones de Dinamarca y Holanda. Es una exposición formada por un conjunto de esculturas de poliestireno cuidadosamente pintadas. El título parte de "Very large array", un campo de radio telescopios situado en Nuevo México, a través de lo que se puede enfocar un mismo punto desde diferentes posiciones para poder tener visión del universo más amplia y más desarrollada. Tyson utiliza esta metáfora para crear una serie de esculturas situadas a modo de retícula con la que hace las veces de lente con la que mirar a los diferentes factores que conforman la realidad que nos rodea.

La pieza, en su conjunto, es monumental y ambiciosa. Son casi 200 figuras que forman una cuadricula que se despliega tanto por el suelo como por los muros de la sala. El visitante puede caminar entre ellas siguiendo el orden que quiera, puede vincular unas piezas a unas y a otras obteniendo así diferentes niveles de conocimiento. Las esculturas se conectan entre sí a través de diferentes nexos que van desde lo puramente visual hasta los psicológico, lo causal, lo filosófico o lo conceptual. El proyecto nos permite desarrollar nuestra facultad de asociación, algo que Keith Tyson ya ha venido explorando desde hace unos años. "Large Field Array -explica el artista- es un dispositivo que nos permite comprobar cómo interactuamos con lo que nos rodea. Lo veo como un instrumento, no como algo científico, pues no hay ninguna hipótesis que resolver, sino como algo que nos permite experimentar" Pese a esta afirmación, no se pude obviar el interés de Tyson por la ciencia pero no es el suyo el rigor que entendemos propio de un científico. Es algo más bien vinculado a lo fantástico y lo filosófico que son, en su obra, herramientas con las que buscamos el significado de nuestra existencia. Los mecanismos del pensamiento son un tema recurrente en la obra de este inglés nacido en Ulverston en 1969 y su trayectoria viene proponiendo un amplio catálogo de reflexiones sobre cómo y por qué ocurren las cosas que nos ocurren. Todo está conectado, dice el artista, y son esos nexos que conectan unas cosas a otras, los que nos sitúan ante el punto de partida de su trabajo.

Quiere Tyson situarnos en un lugar en el que, a pesar de su aparentemente fácil aprehensión (no hay espacio más evidente que una cuadrícula) debemos encontrar referencias espacio-temporales. Este tipo de montaje en cuadrícula alude al posicionamiento de los telescopios de Nuevo México. La idea del artista con este diseño es evitar que el espectador se fije en una forma en concreto a través de la situación sistemática de las figuras, que se sitúan en una compleja red que nos permite saltar, casi eternamente, de un punto a otro.