Arte internacional

Mark Wallinger

'State Britain'

18 enero, 2007 01:00

Tate Britain, Londres. www.tate.org.uk

Mark Wallinger recrea el espacio de protesta creado por el activista Brian Haw en los aledaños del Parlamento londinense.

Mark Wallinger, artista británico autor de algunas de las piezas más importantes de cuantas se han realizado en el Reino Unido en los últimos 15 años, vuelve a la carga con un proyecto que no va a dejar a nadie indiferente. State Britain es una instalación en el patio central de la mítica institución británica en la que el artista nacido en Chigwell en 1959 ha recreado el campamento montado por Brian Haw, activista pacifista inglés, entre 2001 y 2006 en los jardines que rodean el Parlamento londinense. Haw se instaló a comienzos del verano de 2001 para protestar contra las sanciones económicas impuestas a Irak. Poco a poco fue creando su espacio acumulando pancartas, objetos personales, otros objetos añadidos por otros activistas o donados por otros artistas (el artista de grafitti Bansky sonó uno de sus cuadros). El aspecto del campamento recuerda a muchas de las intervenciones del artista suizo Thomas Hirschhorn, con sus instalaciones que dinamitan los cimientos del poder. Durante el tiempo que Haw y su campamento estuvieron instalados en frente del Parlamento se cayeron las Torres Gemelas, se invadió Afganistán, se atentó salvajemente contra Madrid y Londres y se invadió Irak en una guerra cuyas consecuencias aún desconocemos. Desde ese verano de 2001 podemos decir que las cosas no han mejorado.

Pero esa no es la cuestión. Mark Wallinger presenta una recreación casi perfecta. Lo único que falta es el propio Brian Haw, que, en la inauguración del proyecto, afirmaba sentirse impresionado por la capacidad del artista de mimetizar el espacio por él creado. Wallinger visitó el campamento y tomó cientos de fotografías de todos y cada uno de sus ángulos. El 23 de mayo de 2006 se aprobó en el Reino Unido la llamada Serious Organised Crime and Police Act, una ley que prohibía a los manifestantes acercarse a menos de un kilómetro del Parlamento. De esta forma, la Policía pudo legalmente levantar el campamento de Brian Haw, lo que provocó no pocas protestas. Se da la circunstancia de que las salas de la Tate Britain están justo a un kilómetro del lugar. Mark Wallinger no podía desaprovechar esta ocasión y ha trazado la línea que marca el kilómetro de distancia con respecto al parlamento lo cual abre innumerables posibilidades conceptuales. Esa línea trazada por el artista recorre varias de las salas de la Tate y así, esa idea de frontera entre lo legal y lo ilegal se enfrenta a muchas de las obras que jalonan la historia del arte británico. La línea atraviesa las salas que albergan los Nicholas Hilliard, los George Stubbs, los Jacop Epstein o los Jacob Kramer.

State Britain es una instalación de alcance. Toca muchos de los palos más candentes en las relaciones entre el arte y la política y las que vertebran lo que entendemos por el arte de protesta, si es que a algo se le puede dar semejante etiqueta. La instalación se inserta, obviamente en los dominios del arte pero indudablemente hace revivir la llama que un día encendió el activista Brian Haw. De otro lado, el artista presenta una pieza que compromete a la institución (la Tate se financia a través del gobierno) al tratarse de una defensa de la libertad de expresión pero al mismo tiempo el gobierno (a través de la Tate) permite ese alegato, toda vez éste se encuentra en el terreno del arte. Una vez más, Mark Wallinger se acerca a lo intrínsecamente británico, como en ese estupendo trabajo en vídeo en el que traspasar las puertas de la aduana en Heathrow y entrar en la terminal implica algo cercano a la apertura del Paraíso.