Arte internacional

El pulso de Asia

Thermocline of art. New asian waves

13 septiembre, 2007 02:00

Jitish Kallat: Artist Making Local Call, 2005

Comisario: Wonil Rhee. ZKM. Lorenzstrasse, 19. Karlsruhe. Alemania. Hasta el 4 de noviembre.

Desde hace ya varios años se vienen sucediendo en instituciones europeas y norteamericanas grandes exposiciones colectivas dedicadas al arte realizado en Asia que, con mayor o menor fortuna, han tratado de evadir el gran peligro de caer no sólo en falsos exotismos sino también en el riesgo de presentar miradas contaminadas por el prisma occidental. éste fue el principal problema de algunas de las exposiciones, autoproclamadas "de referencia", que, a finales de los ochenta y principios de los noventa, se montaron en algunos centros europeos. No es de extrañar que la forma de mirar y entender el arte realizado en Asia desde nuestra perspectiva sea uno de los asuntos centrales tratados por los artistas asiáticos. Muchas instituciones, impulsadas por las modas vigentes, quieren programar una exposición de arte chino, siendo éste el país más pujante con un mercado del arte y una estructura institucional en febril efervescencia. Es difícil que estas exposiciones aporten a sus visitantes una mirada global de lo que ocurre en cada lugar, un examen objetivo desde un atento trabajo de campo. Son en su mayoría impresiones sesgadas, esbozadas mayoritariamente por comisarios occidentales, de escenarios artísticos que o bien se encuentran aún en proceso de gestación, o, como en el caso chino, no conocen aún sus límites.

En últimas fechas han aparecido intentos de mirar al continente asiático de una manera más amplia, también con muy distinta suerte. La Fundación Sandretto Re Rebaudengo de Turín ha programado este año dos exposiciones dedicadas a Asia. La primera, Subcontingent, se concentraba en el subcontinente indio mientras la segunda, con su impertinente título Alllookthesame ("todos parecen iguales"), lo hacía sobre las prácticas artísticas de China, Japón y Corea. Ambas muestras han sido modestas tentativas sin mayor repercusión.

Pero el gran proyecto, el que realmente plantea una reflexión ambiciosa sobre la cuestión asiática es Thermocline of Art. New Asian Waves, mastodóntica propuesta que ha montado el ZKM de Karlsruhe, Alemania, un centro acostumbrado a presentar exposiciones de altura. El complejo ZKM comprende el Museo de Arte Contemporáneo y el Museo de los Media y en ellos se han montado exposiciones de referencia como Banquete (2003), que fue coproducida con instituciones españolas, o Iconoclash (2002), exposición ya mítica en el contexto de los nuevos medios, del que el ZKM es uno de los grandes baluartes.

Comisariada por el surcoreano Wonil Rhee, la exposición incluye trabajos de 117 artistas de veinte países, casi todos los del Sureste Asiático pero también de Asia Central (Kazajstán y Afganistán) u Oriente Próximo (Líbano e Israel). Hay alguna presencia de artistas que llevan tiempo en el escaparate internacional como Yael Bartana, Rirkrit Tiravanija, Weng Fen, Yang Fudong, Shilpa Gupta o Amar Kanwar, pero la inmensa mayoría son artistas que empiezan a emerger en sus respectivos países siendo ésta, para muchos, su primera presentación en Europa. El término que da título al proyecto, Thermocline, alude al fenómeno geofísico por el cual se produce un calentamiento repentino de las aguas del mar fruto de la convergencia de corrientes frías y calientes. Se sirve el comisario de esta metáfora para ilustrar una tesis basada en el perpetuo enfrentamiento de opuestos que define la creación artística en Asia, un escenario marcado por una mezcla de "confusión, desorden, ambigöedad y contradicciones que penetran las múltiples realidades del continente". Y en este estado de ambigöedad, en la incertidumbre e inestabilidad de la modernidad asiática, surge la enorme fuerza creativa de sus artistas. Una modernidad que a diferencia de Occidente, no se sustenta en la razón y el conocimiento sino en la contradicción y la confusión.

Para subrayar este aspecto, Wonil Rhee ha decidido organizar todo el conjunto de la exposición en las tres plantas del Museo de Arte Contemporáneo. Así, el montaje es pretendidamente superpoblado y aunque el comisario haya establecido nueve pautas argumentales para estructurar su discurso, éste es sólo legible en el estupendo catálogo de la exposición pues la experiencia sobre el lugar es la de un enorme y muy ilustrativo caos. Sin centros de referencia, con energías entrecruzadas que sobrevuelan en todas direcciones, la exposición consigue acercarse a ese estado de nebulosa permanente que ha perseguido su organizador. Una compleja red en la que, desde los irónicos retratos al óleo de "Grandes Hombres" como Mao, Stalin o Marx del chino Zeng Fanzhi hasta los complejos procesos digitales del coreano Ligyung (los nuevos medios predominan en muchos sectores de la exposición), Asia deslumbra en toda su fuerza y vitalidad.