Image: Kai Althoff

Image: Kai Althoff

Arte internacional

Kai Althoff

Kunsthalle Zurich. Hasta el 13 de enero de 2008

8 noviembre, 2007 01:00

Kunsthalle Zurich

Kai Althoff es un pintor singular y uno de los artistas alemanes más relevantes de su generación. Expone desde hoy en la Kunsthalle de Zurich. Uno de los grandes templos del arte europeos.

Otro gran pintor figurativo alemán, Kai Althoff, expone su trabajo en uno de los grandes espacios europeos, la Kunsthalle de Zurich, al que no hace mucho visitábamos con motivo del proyecto de Allora & Calzadilla. Althoff nació en el 66 en Colonia, ciudad en la que vive pero ciudad en la no dispone de estudio. De hecho, no tiene estudio en ninguna parte. Y no es que no se lo merezca, pues su trabajo es muy popular y puede verse en las mejores galerías del mundo. Sencillamente dice no necesitarlo para no dividir las esferas del trabajo y de la vida. Althoff trabaja con multitud de formatos y materiales y hasta los cuadros más grandes, los típicos 250x250, son pintados en su cuidado apartamento de dos habitaciones del corazón de su ciudad natal.

No es Althoff el tipo de artista que acostumbramos a ver en la actualidad. No tiene estudios en Bellas Artes y no es el típico artista hiperprofesionalizado que viaja con su laptop por el mundo convertido en un empresario de sí mismo. Al contrario, su formación autodidacta se sustenta en un cúmulo de renuncias que han venido definiendo un personaje más cerca del concepto tradicional de dandy que de otra cosa. El trabajo de Kai Althoff bebe de la pintura, la literatura, la performance, la escultura de arcilla, la música…

Hay algo siniestro en al pintura de Althoff. De entre estas imágenes carnavalescas, casi esperpénticas, encontramos lazos que le unen a James Ensor. Su obra versa sobre la relación entre el individuo y lo que define su estilo de vida. Las reglas del juego de la vida social son tratadas por el artista de manera displicente. La cultura juvenil, el entorno dominado por la religión (hay algo muy buñuelesco en su trabajo), la mitología y lo onírico son algunas de las fuentes a menudo visibles no sólo en sus pinturas, porque Althoff trabaja con muchos otros lenguajes como la instalación o la presentación de colecciones. De alto contenido literario, el trabajo toca también temas más abstractos y etéreos relacionados con el amor, la caridad, el sexo, la confianza o la libertad individual.

En la muestra pueden verse muchas de sus obras recientes y un trabajo en colaboración con el artista Lutz Braun, No es la primera vez que invita a otro artista a participar en su exposición. Ya en 2002 invitó al artista Armin Kramer en la Kunstverein Braunschweig. Es una forma de empujar los límites del formato exposición. Los suyos suelen ser proyectos de bajo perfil tecnológico en las que introduce objetos de la vida real que pueden incluso resultar desagradables. En la exposición de Braunschweig utilizó colchones que encontró por las calles que desprendían un olor insoportable. Muy cerca de lo Kitsch, con una cierta tendencia a lo cutre, Althoff entrevera realidad y ficción en escenarios dantescos, hilarantes, poéticos y repugnantes.

Además de James Ensor, cuya influencia parece clave, debemos también mencionar el importante papel que juegan los padres del expresionismo alemán en especial aquellos que con más sorna retrataron el paisaje social de su país como Georg Grosz u Otto Dix. También se pueden ver alusiones a pintores clásicos del norte de Europa. Althoff utiliza las herramientas de los expresionistas para crear un expresionismo propio más acorde con su espíritu narrativo. Dejando de lado la grandilocuencia y ambición de sus modelos históricos, el artista utiliza sus estrategias para investigar nuevas posibilidades narrativas. Un gran artista, en definitiva, del que nos gustaría poder ver obra pronto nuestro país.