Desde que iniciara su actividad artística a finales de los años ochenta, el trabajo de Pedro Ortuño (Valencia, 1966) fue sometiendo la escultura, disciplina en la que se formó y de la que partió, a las necesidades que exige el uso de los medios audiovisuales, como consecuencia de la tendencia concepstualista que lo ha ido caracterizando. Tras su paso por Nueva York, Pedro Ortuño colaboró con artistas como Juan Downey, Antoni Muntadas y Ken Feingolld, y orientó su obra hacia la exploración de temas de contenido social, estableciendo en sus trabajos unas líneas de actuaciones que lo han llevado, ahora, a cuestionar la memoria histórica.
Desde esta perspectiva, esta interesante exposición que lleva por título "El extraño honor de las gallinas" aborda cuestiones relativas a la concepción central de la historia y sus derivas periféricas. Para ello, Pedro Ortuño echa mano de medios audiovisuales, haciéndolos actuar en un espacio concebido originalmente para la pelea de gallos.
El artista atiende al uso de este emblemático espacio, pensado para expresión viril de la lucha, como son también los rings de boxeo y plazas de toros, dando entrada a aquellos colectivos considerados como símbolos de la cobardía y la debilidad. Entre la expresión documental y la artística, "las gallinas"-mujeres y homosexuales-, pasan por la cámara del artista manifestando su propia lucha.
De este modo, a partir de diversas proyecciones que van recorriendo circularmente el espacio, se suceden un conjunto de documentos visuales y sonoros que, desde la memoria individual, desentrañan los "otros" discursos de una memoria histórica oficiada por las relaciones de un poder excluyente.