Exposiciones

Renée Green

30 enero, 2000 01:00

Vista de la oinstaalación "Parcialmente enterrado en tres partes". Viena. 1999

Fundación Antoni Tàpies. Aragón, 255. Barcelona. Hasta el 26 de marzo

La Fundación Tàpies presenta por primera vez en España a Renée Green (Cleveland, 1959), una artista que -como es habitual en la Fundación- trabaja en sintonía con los presupuestos postminimal y postconceptual. Su obra es susceptible de diversas aproximaciones; sin embargo, existe un aspecto clave: la memoria y su mecanismo de construcción.

En esta ocasión la artista presenta tres instalaciones. La más significativa es la que versa sobre la ciudad de Nápoles, compuesta básicamente por tres elementos complementarios: el primero formado por dos vitrinas con objetos (en una de ellas, la memoria parece asociarse al mundo de la infancia y al juego); el segundo, realizado con una serie de fotogramas acompañados de abecedarios de distintas tipografías (el fragmento, la materia de que está hecha la memoria); y el tercero, que consiste en un vídeo. El punto de partida de este vídeo es una realizadora napolitana, muy famosa en su tiempo pero hoy en día totalmente olvidada. Renée Green recorre su rastro en Nápoles, pero este personaje es una ausencia y es en este punto en el que se trama la historia o, mejor dicho, la reconstrucción de una memoria. Esta memoria es una especie de rompecabezas realizado con elementos de verdad y de ficción en el que se van superponiendo de manera desordenada testimonios de turistas, citas de notables (por ejemplo Walter Benjamín), aspectos imaginados, fragmentos de imágenes y textos, etcétera.

A propósito de la ciudad de Nápoles, ésta también es protagonista de un magnífico libro de reciente aparición, L"Auberge des pauvres (1999), del escritor franco-marroquí, Tahar Ben Jelloun. En él, el vientre de la ciudad es una máquina de contar historias y/o ficciones que se enredan y se reescriben una y otra vez como en las mil y una noches. Sin embargo, el Nápoles de Tahar Ben Jelloun es un Nápoles en prosa, el de Renée Green en poesía. Son dos maneras diferentes de contar, de relacionarse con la escritura, la memoria o la ficción. Las historias de Ben Jelloun, además de suspense, poseen principio, nudo y desenlace. En cambio, en Renée Green son el fragmento, la cita descontextualizada o la música los que, como la magdalena de Proust, tienen el poder de la evocación del recuerdo y la imaginación; se mezclan en el espectador como un chispazo que ilumina el propio imaginario. ¿Acaso no es este el sentido de la poesía?