Exposiciones

Berlín, siglo veinte

6 febrero, 2000 01:00

Rudolf Schlichter: Jenny sentada. 1922-1923

La Colección de la Berlinische Galerie. IVAM. Centro Julio González. Guillem de Castro, 118. Valencia. Hasta el 2 de abril

Tras su paso por el Musée de Beaux Arts de Grenoble, y previa escala en el Museo Serralves de Oporto, la colección de la Berlinische Galerie hace parada y posta en el IVAM. Fundada en 1975, la Berlinische Galerie nació con el objetivo de aglutinar obra de artistas berlineses o que hubieran vivido en la capital alemana desde finales del siglo XIX hasta nuestros días. Desde su localización circunstancial en la Martin-Gropius-Bau, durante décadas esta colección ha dado a conocer los entresijos del arte moderno alemán, teniendo como piedra de toque Berlín; ciudad en la que han dejado huella los más radicales acontecimientos políticos, sociales y culturales de la Europa del siglo XX. Desde las manifestaciones artísticas más relevantes del momento, por tanto, la colección de la Berlinische Galerie hace posible indagar en la utopía de las vanguardias de comienzos del siglo y en la crisis moral, económica y social del período de entreguerras, en las dificultades de la nueva democracia para resistirse al extremismo y en la persecución del arte moderno, así como en las consecuencias de dos guerras sucesivas hasta la reconstrucción y la reunificación alemana.

Articulada en cuatro ejes básicos -artes plásticas, fotografía, arquitectura y archivos-, esta colección atestigua cómo Berlín fue durante los años veinte una de las capitales intelectuales de Europa, participando activamente en la historia del arte durante el primer tercio del siglo XX.

Convertida en un crisol cultural, allí se gestó uno de los grupos fundamentales del expresionismo, Die Bröcke, y allí se proclamaron los más encendidos manifiestos del dadaísmo y la Nueva Objetividad. En Berlín se dio cita el Constructivismo y se puso manos a la obra la Bauhaus, en tanto el cine, el teatro, la literatura, la fotografía y la arquitectura ponían en práctica las proclamas experimentales de la utopía, hechos de los que da cumplida cuenta la exposición.

Dispuestos como pocos a rentabilizar sus inversiones, los alemanes han establecido un astuto programa de peregrinaje para una colección poco conocida, mientras se ultiman las obras del edificio que le dará cabida de forma definitiva. Esta extraordinaria colección, desgranada en una exposición que probablemente suponga uno de los acontecimientos expositivos de la temporada en el IVAM, ha sabido aglutinar obras de los más significativos artistas del arte moderno. Dejando fuera las últimas décadas del pasado siglo -la parte menos compacta-, la exposición plantea un recorrido excepcional que arranca con el expresionismo y las espléndidas obras de Kirchner, Heckel y Schmidt-Rottluff, a las que le siguen obras de Segal, Müller, Braun, Freundlich y Melzer, aglutinadas en torno a El Grupo de Noviembre. La escenificación de un Kabinett Dadá, uno de los acontecimientos de la exposición, con soberbias obras de Hanna Hüch, Grosz, Heartfield, Hausmann y Schwitters, da paso a la reconstrucción de 1965 de la magnífica habitación Proun de El Lissitzky, alrededor de la que orbitan piezas no menos excepcionales de Tatlin, Rodtchenko, Malevich, Moholy-Nagy, Gabo, Pevsner y Puni. La Nueva Objetividad presenta a Grotz, Dix, Schad, Schlichter y Wunderwald, a los que le siguen Uhlmann, Vostell y Rickey, entrando ya en la segunda mitad del siglo, para terminar con el Nuevo Expresionismo de Baselitz, Hüdicke y Koberling, y una espectacular instalación de Kienholz.