Image: Humor y rabia

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Exposiciones

Humor y rabia

7 marzo, 2001 01:00

Roche-Rabellt: Hay que soñar en azul

Fundación Caixa Catalunya La Pedrera. Paseo de Gracia, 92. Barcelona. Hasta el 23 de abril

La exposición presenta cinco pintores: un afroamericano (Robert Colescott, 1925), una mujer de origen judío (Ida Applebroog, 1929), un indio nacido en una reserva (Georges Longfish, 1942), un chinoamericano (Martin Wong, 1946) y un puertorriqueño (Arnaldo Roche-Rabell, 1955). Estos artistas, si bien desarrollan su actividad en Estados Unidos, no poseen ningún nexo estilístico, ni temático, ni generacional. Entonces ¿a qué viene esta propuesta? La exposición responde a una inquietud que viene de lejos, pero que ha tomado una particular relevancia en la última década del siglo: la aparición y reivindicación de modelos culturales que rompen con la idea de una cultura hegemónica occidental (WASP, White-Anglo-Saxon-Protestant). Movimientos étnicos y nacionalistas, minorías sociales, religiosas, sexuales introducen una noción cultural de lo diferente y obligan a repensar la cultura. Se deshace aquella centralidad de la cultura occidental y se reconoce la existencia y coexistencia de manifestaciones culturales periféricas y aisladas del sistema. A partir de ahora serán frecuentes expresiones como "cultura de mestizaje", "cultura de frontera", "centro y periferia", y en definitiva, se institucionalizán la diferencia y el reconocimiento del "otro".

Desde el siglo XIX se ha dado una reflexión y un diálogo sobre las culturas al margen del monopolio de la cultura occidental. Pero si ahora esta problemática adquiere un nuevo significado es porque la denominada sociedad global propicia el encuentro de mundos y formas de cultura diferentes. La globalización significa aceptar la cultura de la diferencia, los mestizajes, las etnias, las manifestaciones de las minorías. Pero ¡cuidado!, la globalización también significa reducirlos a un marco inofensivo y aséptico; representa una uniformización. Más aún, esteriliza todo aquello que pueden tener de auténticamente transgresor y original. Un detalle significativo a propósito de nuestra exposición: ¿el aglutinar estos artistas de un origen cultural tan diferente, no es un síntoma sospechoso de la ausencia de diversidad?

Por esta y otras razones es tan difícil situarse ante lo otro. Se han presentado exposiciones muy importantes sobre esta temática, pero a menudo se han calificado directa o indirectamente de colonialistas. La diferencia, lo otro, ejerce un particular magnetismo, pero sin embargo no podemos acercarnos a él si no es desde nuestra propia centralidad y por extensión de esta cultura global que posee efectos disolventes. Y en este sentido, no sabría explicar qué es lo que aporta la presente exposición. Se reúnen artistas bajo la categoría "del humor y la rabia", algo así como transgresión e ironía. ¡No es suficiente! La problemática del multiculturalismo implícito en la muestra es mucho más. De la misma manera que los artistas presentados son mucho más. El humor y la rabia no ayuda a comprenderlos, al contrario es un principio reductivo. Quiero pensar que en esta pintura se trata de una cultura viva. Una cultura viva a pesar de su éxito y de su globalización.