Image: El mensaje de los iconos rusos

Image: El mensaje de los iconos rusos

Exposiciones

El mensaje de los iconos rusos

12 diciembre, 2001 01:00

La madre de Dios y los Profetas, Siglo XVI

Centro Cultural Caixa Catalunya. La Pedrera. Provença, 261. Barcelona. Hasta el 17 de febrero

Un icono es una imagen sagrada, esto es, una imagen de un valor trascendente que nos pone en contacto con el invisible, que nos relaciona con una realidad que nos sobrepasa. éste es el sentido de los iconos. Por esta razón el icono, más que reproducir el mundo de las apariencias, se manifiesta como un símbolo abstracto: es la expresión de la Divinidad, de la Luz. Se trata de un mundo ajeno a lo exterior, a lo físico o lo material. La utilización del dorado en los fondos, tan habitual en estas pinturas, expresa la idea de un espacio abstracto o virtual, más allá de cualquier referencia concreta. El icono es un lugar para la revelación del misterio, es el reflejo de Dios. Y también por esta razón, las nociones de originalidad y autoexpresión que atribuimos a los artistas son extrañas al pintor de iconos; él no pretende más que vehicular una experiencia espiritual del que es un simple mensajero.

No hay que olvidar que el arte de los iconos se circunscribe a la tradición de la iglesia ortodoxa con una historia, difusión y unos centros de producción propios. Aunque sea muy esquemáticamente, interesa destacar que hasta el siglo XIV Constantinopla había sido la capital de la iglesia ortodoxa, pero es a partir de entonces cuando el centro religioso se desplaza a Moscú, en un contexto político y cultural floreciente. La exposición trata este período, los siglos XIV hasta el XVII, calificado como la época dorada del icono ruso.

Por lo demás, ¿qué aporta la exposición? No sé si los espacios institucionales son adecuados para un arte espiritual como éste. No sé si las piezas de la exposición -aquellas que la Galería Tretiakov permite viajar- son las más significativas; en todo caso no he sabido encontrar ni la delicadeza, ni la profundidad de sentimiento de algunas reproducciones que todos conocemos a través de los libros. De lo que sí estoy seguro es de que una exposición como esta responde a una necesidad de espiritualidad. Se puede argumentar que existe una diferencia importante entre esta necesidad y el arte de los iconos: en las culturas antiguas, lo sagrado viene dado por la tradición, posee una dimensión suprapersonal; es la divinidad quien se expresa. En cambio hoy en día la espiritualidad parte del individuo: es el yo que busca respuestas e intenta dialogar con el misterio del universo. En todo caso el arte y la poesía son los únicos puentes hacia el invisible. Malevich, uno de los protagonistas de la vanguardia rusa, presentó una de sus obras más significativas, Cuadrado negro sobre fondo blanco, en el ángulo de una sala, justo allí donde en los hogares tradicionales rusos se coloca el icono. Con ello manifestaba no sólo la dimensión espiritual de su arte, sino también una voluntad de relectura o recuperación del icono con una sensibilidad contemporánea. ésta es una manera -no la única- de dirigirse a los iconos y de escuchar lo que aún son capaces de decirnos.