Image: Hernández Pijuan, menos es más

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Exposiciones

Hernández Pijuan, menos es más

19 diciembre, 2001 01:00

Sin título, 2001

Joan Prats. Rambla de Cataluña, 54. Barcelona. Hasta finales de enero. De 550.000 a 8.000.000 pesetas

Me resulta difícil situarme ante Hernández Pijuan. Este artista, a sus 70 años, posee una dilatada y consolidada trayectoria que nadie cuestiona. Más aún, Hernández Pijuan posee una particular proyección en la sociedad y en los círculos culturales barceloneses. Y su obra -su obra madura- ha gozado de un reconocimiento unánime. Sin embargo, y a pesar de todo ello, no alcanzo a comprender los elogios incondicionales que ha inspirado su pintura.

No se dice nada nuevo si se apunta que la obra de Hernández Pijuan es una pintura del vacío; como si el pintor sometiera la pintura a un proceso de depuración, de eliminación de la anécdota para que quedara simplemente un "algo" esencial. Se suele explicar que el artista prepara artesanalmente el fondo con diferentes capas de pigmento; que sus obras son monocromas pero que las capas superpuestas muestran una gran riqueza de matices y densidades que las sucesivas aplicaciones de color dejan entrever. Además, como suele trabajar estos fondos, ricos de pastas, con la espátula, se habla de una especial calidad de texturas. Fondos como mares, como cielos como paisajes o sensación de infinito: ésta es la idea contenida en los fondos de Hernández Pijuan que, de una gran sensualidad, por sí solos son ya un cuadro. Así, algunas piezas consisten en estos planos de color monocromo delimitadas por un marco esgrafiado del mismo artista. A menudo, Hernández Pijuan traza siluetas sobre este plano. Contrapunto del fondo, se trata de un diseño simple y elemental; un dibujo esquemático que, según dicen, posee un áura especial.

él mismo se define como un pintor "no intelectual" y, en efecto, no puedo dejar de verlo como un artesano aplicado a repetir planos de color. Explica que su pintura es una suerte de esencialización del paisaje, pero su obra posee un registro decorativo. ¿Acaso no nos lo dice el artista cuando titula su serie Ornamental y cuando persiste una y otra vez con cenefas o marcos que delimitan el espacio pictórico? Pero existe un aspecto fundamental en Hernández Pijuan: "el menos es más"; cuanto más depurada y más simple sea la pintura, más intensidad y fuerza poética tendrá. Esta es la intención. Pero a mí se me antoja como aquel perfume, que de tan etéreo, tan sutil, uno se queda sin nada.

Que no se enfade el señor Hernández Pijuan; ante tantos elogios y tópicos recibidos, una voz disonante introduce interés por su obra. Y en todo caso su reconocido prestigio le debe hacer gozar el beneficio de la duda, incluso, hasta el punto de suspender el juicio y considerar los defectos como virtudes que no sé apreciar.