Image: Beirut, más allá de nuestra civilización

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Exposiciones

Beirut, más allá de nuestra civilización

15 mayo, 2002 02:00

Saree Makdisi: Edificio "restaurado" del centro de Beirut

Representaciones árabes Contemporáneas. Fundación Tàpies. Aragón, 255. Barcelona. Hasta el 14 de junio

Representaciones árabes contemporáneas es un proyecto a largo plazo que comprende diversas exposiciones, seminarios y publicaciones con el objeto de ser una plataforma de reflexión, intercambio y difusión de la cultura árabe. Aunque más que cultura árabe, porque éste es un mundo heterogéneo, se trata, según la comisaria Catherine David, de una cultura "progresista, experimental y crítica". Ahora, en este marco, se presenta la primera exposición en la Fundación Antoni Tàpies, una muestra dedicada a Beirut con creadores que empezaron su actividad alternativa frente a la cultura dominante en los 90 en el Líbano.

Para quienes conozcan a Catherine David ya sabrán de su implicación política. Esquiva la noción de arte en el sentido tradicional y entiende el hecho estético como información y compromiso. Para ella, el objeto artístico como colección de fetiches está vinculado al mercado y a unas categorías, originadas en el siglo XIX, muy limitadoras (idea de lo sagrado, subjetividad, goce, etc...). Por el contrario, su propuesta articula e interrelaciona diferentes campos de la cultura (texto, urbanismo, pensamiento, vídeo) con lo que -según ella- se aportan elementos para pensar desde un punto de vista plural y para analizar "con mayor profundidad lo que pasa en aquellos países". Frente al parámetro tradicional de obra-presentación-contemplación, David propone otra posición del hecho estético: actividad-información-discusión. De ahí que, además de exposiciones, el proyecto se articule en seminarios y publicaciones, aunque, dicho sea de paso, el público, el gran público, responde con incomprensión ante estas manifestaciones.

A menudo, este tipo de exposiciones que reivindican el multiculturalismo y la identidad de culturas más allá de la civilización occidental, han sido censuradas por ser una mirada colonizadora sobre el "otro". Cierto es que Catherine David es consciente de ello y que introduce elementos correctivos e intenta ser respetuosa con el mundo árabe, pero me temo que no escapa a una posición occidental. ¿Acaso no es determinante la selección de cultura "progresista, experimental y crítica" de Catherine David? Tengo la convicción de que en esta exposición existe un fantasma y este fantasma es el exotismo. El exotismo es la fascinación y la mirada alucinada por el "el otro". Pero, de la misma manera que en términos políticos el problema árabe es un problema occidental, el exotismo del mundo árabe es una creación de nuestra civilización que nace de la incomprensión: cuanto más extraño, cuanto más misterioso, más seductor y cautivante será, o bien más contradictorio y complejo. Tengo la sospecha de que, a pesar del empeño y voluntad de rigor de David, su posición no es muy distinta a la de los románticos del siglo XIX. Tampoco creo que exista otra opción; el sistema es como una esponja: lo absorbe todo y lo que no, lo destruye. Una hipótesis a título de ejemplo: el éxito de escritores francófonos de origen árabe, como Tahar Ben Jelloun, no es tanto por árabe, sino porque responde a una problemática occidental. Sus relatos entrecruzados sin fin, su violencia e intensidad puede que estén originariamente vinculados a la tradición árabe, pero al fin y al cabo se integran en una problemática occidental. ¿Cómo explicar sino su multitudinario éxito?

En el arte contemporáneo, muy a menudo nos encontramos con discursos retóricos y vacíos, pretendidamente progresistas. En este proyecto, como en otros de la Fundación Tàpies valoro, a pesar de sus limitaciones, la voluntad y el esfuerzo para encontrar un lenguaje crítico. Y es que las preguntas sin respuesta continúan.