Image: Retratos de la realidad oculta

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Exposiciones

Retratos de la realidad oculta

17 julio, 2002 02:00

Fabrice Hybert: Fuente, 2002

Arquitecturas para el acontecimiento. EACC. Prim, s/n. Castellón. Hasta el 15 de septiembre

El Espacio de Arte Contemporáneo de Castellón, con la desaparición del Centro del Carmen del IVAM, asume definitivamente la responsabilidad de ocuparse en solitario del arte contemporáneo en la Comunidad Valenciana. El riesgo y la experimentalidad, inherentes a las experiencias artísticas contemporáneas, ignoradas, cuando no despreciadas, por otras instituciones públicas, han convertido progresivamente a este centro en un refugio del arte de nuestros días. Un programa centrado exclusivamente en temas de rabiosa actualidad -en el que pueden ser discutibles las opciones-, ha ofrecido al EACC una especificidad de la que carecen muchos centros llamados a ser modernos, y que ha servido para generar el debate necesario en torno al más actual. Con ello, desde la modestia presupuestaria y su periférica localización, este espacio ha logrado, sin embargo, consolidar un programa de actividades imaginativo y consecuente con el no siempre grato compromiso de observar la realidad.

Desde esta perspectiva, el proyecto titulado Arquitecturas para el acontecimiento asume el riesgo y la responsabilidad de poner en cuestión la realidad. No encontramos aquí, pese a las apelaciones del título del proyecto, elementos referidos al arte de construir, sino es de forma metafórica. La idea del comisario, Martí Perán, ha sido más bien dar opciones a diversos artistas para que presentaran trabajos a través de los que se vislumbrara una realidad, a menudo oculta entre un celofán de ficciones y simulacros que no hacen sino esconder el vértigo que produce el asomo a ese vacío de realidad. De esta manera, y aun cuando éste no parece ser un tema nuevo para el arte, sino más bien una de las estrategias que desde siempre han definido el propio hecho artístico, resulta muy pertinente plantearlo en estos momentos. Cuando la realidad, por obscena, se asume tan enmascarada, o cuando se vende por realidad una hipérbole de ella misma, también y, precisamente, a través del arte, el proyecto que nos ocupa resulta de gran interés.

Lo que Martí Perán llama de modo figurado como acontecimiento no es sino una cadena de trabajos, intervenciones y experiencias que diversos artistas, desde posiciones también diversas, ponen en manos del espectador para que tire de ellos y se asome a esa realidad cambiante, que aquí no es otra que una suma calidoscópica de realidades. Entre lo lúdico y lo trascendental, se sitúa el excepcional trabajo de la pareja Rirkrit Tiravanija y Josep María Martín, en el que el espectador es arte y parte; como también lo es en el corrosivo trabajo del colectivo Satalker o en el sutil circuito cerrado del artista Jens Haaning. Corrosivo y rotundo resulta, asimismo, el mural de Minerva Cuevas y sus miradas del otro mundo neoliberal, como las absurdas puestas en escena de Fabrice Hybert. De otra parte, una serie de piezas colgadas del techo, a modo de crisálidas, ofrecen la visión más poética, y a la vez dramática, de la realidad en la obra del colectivo Kit, mientras Raimond Chaves y su atelier ambulante ofrece el retrato inaprensible de la realidad de la calle.