Terespain, 1999. Vídeo 25"

Tere Recarens (1967) es la expresión de una sensibilidad pop: "fantástico", "fuerte", "sensacional", "guay"... El arte como algo chocante y divertido. éste es el mundo del artista. En algunas de las fotografías de su álbum personal, que ahora se presentan en la galería Toni Tàpies, a Tere Recarens le gusta bajarse las bragas y mostrar sus pechos como si de un juego se tratara. Así veo yo su trabajo como artista, de la misma manera, como un divertimento.

Una de sus intervenciones más significativas fue la titulada Terremoto en el ya lejano 1996. ésta consistía en unas pasarelas en un equilibrio inestable sobre las cuales se habían dispuesto estantes con jarrones y vasos de cristal. El transeúnte al desplazarse las hacia tambalear y... los objetos de cerámica y cristal caían al suelo. ¡Qué guay! La gente saltaba y y saltaba, cuanto más brincaba, más piezas se rompían... Pero esto no es todo. Luego, uno observaba una inocencia y una ternura infinita que es el reverso exacto del supuesto gesto dadaísta: en las entrevistas y en la prensa, la artista explicaba que tenía un novio maravilloso, hablaba de su mamá, se emocionaba de su pintoresco pueblecito de Arbúcies en el Montseny, etc. La vida sigue siendo un encanto...

Muy a grandes rasgos, la pieza más importante que ahora se muestra en la galería Toni Tàpies, ¿Cuándo vuelves?, consiste en una estantería que contiene una serie de fotografías del álbum personal de la artista. La gracia está en que el espectador manipula los álbumes, que las fotografías caen al suelo, que uno puede coleccionar las fotos, etc. En fin, que se trata de una obra interactiva como la anterior. Pero, la verdad, es que por graciosa, lo era más Terremoto con su público natural de las Ramblas y los yonkis del barrio dando botes, con las viejecitas escandalizadas, con el estruendo de la pasarela y los cristales que petaban... Aquello sí que era bonito. Tere Recarens es un arte adolescente/adolecente. ¿Hay que culpabilizarla por ello? Yo más bien pienso que buena parte del arte contemporáneo es así. Y personalmente no tengo nada contra aquellos o aquellas que se divierten bajandose las bragas. En todo caso lo que me irrita es la ausencia de pensamiento de quienes escriben y parece que tienen algo que decir sobre arte. Aunque pensandolo bien la confusión de lo uno es el exacto reflejo de la desorientación de lo otro.