Image: En el origen de la fotografía

Image: En el origen de la fotografía

Exposiciones

En el origen de la fotografía

17 abril, 2003 02:00

Xatart: Sin Título, 1897

La fotografía en España en el siglo XIX. Caixaforum. Marqués de Comillas, 6. Barcelona. Hasta el 6 de agosto

Preguntarse sobre la fotografía del siglo XIX en España, es interrogarse sobre el origen de la fotografía. Es el período en el que se conquista una nueva visión y éste es un proceso extrapolable -con matices- a cualquier país europeo. El siglo XIX es la arqueología de la fotografía y en ella está contenida toda la fotografía, al menos tal como la entendemos hoy en día. Es decir, nos parece que la fotografía de hoy está latente en la fotografía de ayer; acaso porque nos dirigimos a la historia desde el presente y tan sólo podemos ver nuestra contemporaneidad y nuestras propias inquietudes. Durante el siglo XIX es también cuando se inician una serie de fenómenos que llamamos vagamente democratización de la imagen: prensa ilustrada, seriación de la imagen, popularización y consumo masivo, etc. Todo ello supone nuevos usos, hábitos y relaciones de los que somos herederos. ésta es la problemática que trata la exposición.

Pero si me siento próximo a estas imágenes antiguas del siglo XIX, al mismo tiempo me resultan raras y extrañas. No me refiero simplemente al color sepia, al formato o a la desazón del tiempo que se fue. Hay algo más. Algunas de estas imágenes son una tierra de nadie, un espacio no codificado y esto es lo que particularmente me interesa. La fotografía era una continuación-evolución de las imágenes tradicionales (pintura, grabado, etc), pero también es una nueva imagen, una imagen sin referentes, ni ejemplos previos; de ahí que con el nacimiento del nuevo medio, aparezcan ciertas imágenes desconcertantes que escapan a todo intento de conceptualización. Un ejemplo: en la exposición se exhibe un pequeño estuche con el retrato de una figura femenina y con un mechón de pelo humano. ¿No es inquietante? ¿Qué simboliza el pelo asociado a la figura, un pelo, por lo demás, auténtico? ¿Es un atributo sexual o de muerte, o las dos cosas a la vez? Otro caso es el de los "retratos tipo" de Arthur Batut. éste, con una voluntad científica -o pseudocientífica- muy acorde con la época, realizaba retratos que consistían en la superposición de varios rostros -uno sobre otro- hasta componer una sola faz. El resultado es de una gran belleza, pero de una belleza fantasmal. Las superposiciones desdibujan y difuminan las formas como si de un espectro se tratara y en realidad -retrato individual y múltiple al tiempo- lo es. En fin, estos ejemplos son expresiones del nacimiento de la fotografía y precisamente por ello son manifestaciones originales. Aunque con el paso del tiempo se van definiendo los límites, las pautas y las convenciones.

Un pedagogo consagró su vida al estudio de la escritura de los niños, justo en el momento en que empezaban a escribir. Explicaba que entonces los niños cometen unos "errores" muy interesantes, luego la vida -contaba el pedagogo- los transformaba en manías y defectos. Las citadas experiencias sobre el origen de la fotografía son de una gran creatividad, poseen interés por sí mismas. Pero, además, yo diría que son como fisuras (¿lapsus sería la palabra adecuada?) que revelan nuestra manera de relacionarnos con las imágenes. Mejor, desvelan lo que proyectamos en ellas: nuestros miedos, nuestras ilusiones, nuestros deseos. En la medida en la que la fotografía se codifica, se van cerrando las fisuas y todo pasa más inadvertido.