Image: Oteiza, el  aire de la escultura

Image: Oteiza, el aire de la escultura

Exposiciones

Oteiza, el aire de la escultura

17 julio, 2003 02:00

Variante ovoide de la Desocupación de la Esfera, 1958. Hierro

Centro Cultural Caixa de Girona. Ciutadans, 19. Girona. Hasta el 31 de agosto

Oteiza hablaba de su escultura como vacío, un espacio desocupado en el que ha desaparecido la masa. Tradicionalmente la escultura se ha planteado en términos de volumen: un sólido que ocupa un espacio. Oteiza, en cambio, invierte el principio: la escultura crea un vacío. Repetidamente, en textos y entrevistas, el escultor aludía a ejemplos que formaban parte de su universo. Así, mencionaba el cromlech, monumento megalítico frecuente en algunos lugares del País Vasco: un círculo de piedras de 2 a 5 metros en el que no había nada dentro. Estas construcciones posiblemente tengan un carácter religioso-funerario, pero todo el mundo se pregunta sobre el sentido de este lugar sin nada encerrado por el círculo piedras. El motivo de este vacío -apuntaba Oteiza- es crear un microespacio cósmico aislado de la naturaleza. Igualmente, y de modo recurrente, el escultor hacía referencia al templo griego. Como es sabido el templo griego encerraba un espacio vacío. Los rituales religiosos se desarrollaban en el exterior. El centro del templo, sin embargo, era inaccesible. Casi nadie podía entrar en el corazón del templo. Era pues un vacío sobre el cual se articulaba un conjunto arquitectónico y escultórico. ésta es la idea: cómo el vacío organiza formas y transforma el espacio. Pero, claro, decir vacío es insuficiente, el cromlech o el templo griego son expresiones de lo sagrado, son una manifestación trascendente... Organizan un espacio porque están dotados de un valor espiritual. ésta es la búsqueda de Oteiza.

El de Oteiza es un arte de lo profundo. Sus primeras obras poseen un carácter expresionista y primitivo. En sus primeros pasos, Oteiza deforma las formas a la búsqueda de algo esencial, puede inspirarse en modelos arcaicos persiguiendo aquella magia de las culturas ancestrales. Será posteriormente cuando introduzca esta reflexión sobre el vacío. Interesa destacar, sin embargo, que toda la obra de Oteiza está inspirada por el mismo afán espiritual de hacer una obra metafísica.

A grandes rasgos, en el proceso de Oteiza fue muy importante Malevich, al que nombra frecuentemente en sus escritos. El Cuadrado blanco sobre fondo blanco del artista ruso es la expresión del vacío en pintura. En esta pieza, por un proceso de depuración, se han eliminado prácticamente todas las cualidades de la pintura y el color. ¿Expresión de la nada? Más bien se trata de un objeto mágico, una especie de fetiche como el utilizado por las culturas primitivas, porque para Malevich era un instrumento para comunicarse -por decirlo de algún modo- con el secreto del universo. El vacío, tanto para las místicas oriental y occidental, no es una ausencia sino una producción de sentido. Como en el caso de los románticos, para los que la noche o los paisajes nublados son un estímulo para la imaginación, el vacío es un espacio espiritual de plenitud. El trayecto no es lineal ni transparente, pero Oteiza traslada la pintura de Malevich a una dimensión escultórica. Si Malevich expresó la noción del vacío en el ámbito de la pintura, Oteiza lo hará en el de la escultura. No es extraño que Oteiza se refiera a su escultura como un arte religioso.

El punto de partida es una caja convencional, un volumen cuadrangular cerrado. Yo me imagino la primera vez que Oteiza secciona y abre su interior con un bisturí y descubre la dimensión oculta del volumen, su cara hueca. Me imagino cómo Oteiza advierte su lógica interna y el sentido de sus ángulos que permiten cerrarla. Veo cómo explora la estructura íntima de una caja de cartón y, como un niño, empieza a manipularla, a descomponerla... Pero, claro, la materia con que trabaja Oteiza es el aire, el reverso del volumen.

El aire... ¿Acaso no es algo frágil? En efecto, son posibles otras lecturas sobre el escultor: una lectura formalista, de óptica recreativa... Pero esta fragilidad es la condición de Oteiza y el sentido de su mensaje. En una imagen poética, él explicaba que de pequeño se escondía en un hoyo. Desde el fondo, aislado, observaba el cielo recortado por la forma del orificio. El vacío de Oteiza tiene el mismo sentido de los cromlechs, los templos griegos o este niño que observa el universo. En este vacío está contenido el infinito.

Oteiza
Con motivo del reciente fallecimiento de Jorge Oteiza (1908-2003) se publicaron artículos de distinto signo en la prensa. Escritor, polemista y escultor, Oteiza fue un agitador cultural y promotor de proyectos con los que se opuso a unos y a otros. Y, como no podía ser de otra manera, se encaró con Chillida. Ahora que falta, en una de las primeras exposiciones después de su muerte, prefiero recordar sus virtudes. Así, como creador, se enfrentó a uno de los problemas más sutiles de la escultura: el aire. él fue escultor de lo inmaterial, metafísico en el sentido literal.