Image: Campano, todos los blancos

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Exposiciones

Campano, todos los blancos

Campano

17 mayo, 2007 02:00

Orange Vert, 2005

Galería Carles Taché. Consell de Cent, 290. Barcelona. Hasta el 2 de junio. De 1.730 a 32.000 E

Miguel ángel Campano ha presentado un conjunto de acuarelas y óleos blancos, tan solo roto puntualmente por alguna pieza de color. ¿Por qué el blanco? Cuenta Van Gogh en sus cartas que un día se planteó pintar con blanco una pared blanca. No sabemos cuáles eran las intenciones de Van Gogh, pero intuyo que, como en el caso de Campano, tienen que ver con el deseo y la voluntad de llevar la pintura a lo más esencial, de ir al fondo de un deseo. El tema de la exposición son las transparencias, las veladuras, los espesores, los brillos, los derrames… Y esta problemática, tan genuinamente pictórica, revela una fascinación por la pintura, por su silencio y por su historia. Y esto es de lo que trata realmente la exposición, de la búsqueda del artista tras su deseo.

Campano me contó en una ocasión que desde pequeño había frecuentado los museos y cómo íntimamente se había formado en ellos, cómo la pintura era, para él, una especie de espacio vital… Pintar con blancos es homenajear la pintura, es redescubrirla y explorar su alma en una operación de un singular refinamiento. Conceptualmente, no existe diferencia entre esta pintura de blancos y los homenajes que, en cierto momento de su trayectoria, Campano ha dedicado a Poussin o a Cézanne. Ambas series significan un introducirse en el interior de la pintura y repensarla desde una sensibilidad moderna.

En Campano hay un lado lúdico e irresponsable, provocador e infantil, que es indisociable de su personalidad. Pero también hay una dimensión sublime. Siempre se le ha calificado de artista nómada, siempre se ha dicho que cada nueva serie es una sorpresa, un salto de estilo… Pero si estas observaciones son ciertas, también se tendrían que considerar las constantes. En este sentido, cabría recordar la penúltima serie del pintor, titulada Sudarios, en las que utilizaba una tela que se usa para envolver los cadáveres en la india. La pintura -el deseo- está relacionado con algo mítico.

El simbolismo del blanco es de una gran densidad e incluso adopta, según los casos, significados contradictorios. Puede representar la purificación y la luz como estar asociada al duelo y a la muerte. Para mí, la exposición, en una línea de continuidad con la serie de los "Sudarios", se expresa como una ritualización de la muerte. En los óleos el color se intuye, amortiguado y diluido por capas de blanco superpuestas. Es como si el blanco negara la vida del color en el cuadro, como si lo condenara a una vida subterránea, anulado y desleído. Es un disolvente que invade el color y lo hace suyo.

La pintura y la historia de la pintura, me explicó Campano, es algo vinculado a la muerte. La muerte está implícita en las galerías de retratos de los museos; por esta razón, concluía Campano, la pintura posee un contenido tan fuerte. Por esta razón, como en los sudarios, el blanco es expresión de muerte, del la disolución de la figura, y al mismo tiempo del milagro de la imagen.