Imágenes urgentes de Philipp Frühlich
Beachy Head
13 diciembre, 2007 01:00S/T, 2007
No recuerdo, en los últimos años, un ascenso tan fulminante como el que está viviendo el artista Philipp Frühlich. Hace tan sólo dos años se presentaba por vez primera en público en el Centro de Arte Joven de la Comunidad de Madrid y el año pasado el MUSAC, que ya colecciona un buen número de cuadros suyos, le dedicaba una individual en su Laboratorio987. Ahora es Soledad Lorenzo la que presenta sus cuadros en la que es su primera muestra en solitario en una galería comercial. Tres exposiciones y tres zarpazos certeros que lo sitúan ya en una posición privilegiada. Nacido en un pueblo del centro de Alemania, estudió en la Escuela de Dusseldorf y lleva cinco años viviendo en España. Es joven, nació en 1975.Frühlich es un hijo de su tiempo. En un mundo atosigante, ávido de imágenes urgentes, la suya parece una estrategia correcta. Su pintura es luminosa y tiene un impacto inmediato. Los anglosajones utilizan incesantemente el término glossy painting, cuya acepción principal es "brillante" o "lustroso", pero que también puede significar "moderno" o "a la moda". Y ambas opciones encajan en el contexto de Frühlich. Anteriormente a esta individual el artista había trabajado sobre aspectos que podríamos definir como policiacos, con referencias a turbios sucesos de clima siniestro cuyos desenlaces permanecían inciertos. Abiertas las tramas, éstas resultaban, sin duda, muy sugeridoras.
Ahora presenta exclusivamente paisajes, en torno a la quincena. Son paisajes marginales, áridos desiertos o lugares de vegetación frondosa, cortados y abismos sobre los que Frühlich vierte luces extremas que provocan intensos reflejos. También aquí abunda el misterio. Y aunque se ha dicho que son visiones románticas, salvo en algún cuadro puntual me parece excesiva la expresión. Desde esa paleta anárquica y no naturalista, el pintor arma cuadros que tienen, efectivamente, una fuerza asombrosa y son, como imágenes, incontestables. Se ha hablado también de la vinculación de su pintura con el teatro y es que el artista se formó como escenógrafo y trabajó como tal en varias ciudades alemanas. Philipp Frühlich es a la pintura lo que Thomas Demand o James Casebere son a la fotografía. Esto es, artistas que construyen maquetas que luego imitan y más tarde destruyen. Pero las pinturas de Frühlich son planas. Hay mucha pintura escenográfica hoy, pintura que activa espacios, pintura en la que se está, pero yo no veo teatralidad en estos cuadros más allá de su profundo barroquismo cromático. Con una pincelada mecánica de corto recorrido, compone en un mismo volumen nubes, ramas y tierras de colores, muchas veces ardientes.
Encuentro abismal la distancia entre el pintor y sus cuadros. Las imágenes no nacen del lienzo sino que se imponen rotundamente sobre él y más que pintadas parecen proyectadas, igual que proyectan los jóvenes artistas sobre las paredes para después construir sus dibujos e intervenciones murales. Me pueden cautivar, como a muchos, algunas imágenes de Philipp Frühlich, pero me dejan frío sus pinturas.