Image: Sandra Gamarra, una artista propia

Image: Sandra Gamarra, una artista propia

Exposiciones

Sandra Gamarra, una artista propia

En orden de aparición

5 febrero, 2010 01:00

En orden de aparición I, 2009-2010

Galería Juana de Aizpuru. Barquillo, 44, 1°. Madrid. Hasta finales de febrero. De 4.500 a 22.000 E.


En unas provocadoras declaraciones, Sandra Gamarra (Lima, 1972) declaraba que le resultaba difícil considerarse artista, que le parecía una etiqueta demasiado abierta y prefería definirse como pintora y punto. Y, ciertamente, desde el inicio mismo de su carrera su práctica ha sido casi exclusivamente pictórica, pero según una manera singular.

Durante una década larga, es decir cuando su pintura ha entrado en la madurez, pintar es un instrumento vivo que le permite llevar a sus cuadros las obras de arte fotografiadas y reproducidas en libros y catálogos, también "ensayar" distintas dramatizaciones en lugares de arte que describe pintándolas -la Tate, el Prado, etc.- y, de modo más radical, haber fundado y organizado un museo virtual, el Limac (Museo de Arte Contemporáneo de Lima), del que sólo existen los objetos de merchandising, un extenso catálogo y una página web en permanente construcción. Una elaboración conceptual, pues, que entremezcla la apropiación con la labor de archivo. Así, ahora, en su tercera individual en la galería, reúne tres proyectos. Un friso que sobrepone las imágenes fotográficas recortadas de sucesos reales más o menos mitificados, formaciones escultóricas configuradas con pequeños lienzos que son exactamente iguales en dimensiones y grosor a los libros de arte que reproducen y media docena de lienzos de gran tamaño que convocan libros, piezas artísticas y sus acostumbrados mirones.

Paradójicamente, la pintura reconstruye la realidad que reproduce alejándola para siempre de lo habitual, pues el mismo gesto pintado es ya una realidad otra, propia. "Mi trabajo está dividido en dos vertientes: Una la de mi propio imaginario y por otra, la utilización del imaginario de otros artistas. Pero también me he dado cuenta de que mi imaginario estaba ya dentro de los otros. Cuando lo uso, es todo una continua reproducción de mi propio imaginario, por lo que, a fin de cuentas, yo soy también mi propio artista", afirma la artista.