Pensar el Meditarráneo
Entre el mito y el espanto. El mediterráneo como conflicto
11 marzo, 2016 01:00Zineb Sedira: The Lovers I, 2008
Con Entre el mito y el espanto. El Mediterráneo como conflicto la dirección del IVAM inicia uno de los programas destinados a configurar la identidad del centro. La muestra, comisariada por José Miguel G. Cortés, reúne a casi una treintena de nombres internacionales, algunos de ellos desconocidos entre nosotros, o casi, en torno a dos capítulos distintos y contrapuestos.El primero, "el mito", se conforma con obras del siglo pasado que simbolizan la visión sostenida del mundo mediterráneo en los inicios de éste y en el siglo que le precedió como un lugar exótico, curativo y placentero para el desarrollo de la vida por encima de cualquier otra consideración. El segundo, "el espanto", recorre los conflictos, las disensiones, los problemas y enfrentamientos que lo hacen hoy un lugar de incomprensión y de muerte.
Sorprende, además, la extraordinaria puntualidad de la exposición, que se inaugura justo en unos momentos en que la cuenca del mediterráneo se enfrenta a una situación especialmente frágil y delicada. La muestra se abre con una pieza sonora, la lectura del célebre poema de Constantino Kavafis, Esperando a los bárbaros, que resume el temor y la esperanza de la llegada de "los otros", esa arribada de los diferentes que tiene su lectura actual en la crisis de los migrantes.
Desde ese punto se accede a la sala dedicada al primer capítulo que reúne, a espaldas de un delicioso dibujo del Picasso clásico de los años treinta, pinturas marinas de Joaquín Sorolla e Ignacio Pinazo, paisajes de Mir y de Sunyer e interpretaciones abstractas de Nicolas de Stäel. También hay escenas orientales de Antonio Muñoz Degrain y un impactante conjunto de fotografías de Wilhelm von Gloeden -sus muchachos de Taormina, jóvenes de la isla que sirvieron de modelos a su reconstrucción a finales del XIX de una Antigüedad ideal-, y del también alemán Herbert List, fascinado por Olimpia y Delfos. No tiene precio la fotografía de "Tagara", una bailarina de esbeltas piernas desnudas sentada junto a un viejo que sostiene el escudo preconstitucional español como señuelo, del húngaro Nicolas Muller, que vivió en el protectorado español de Tánger. Y como guiño y advertencia de lo que viene después están los vídeos de Rogelio López Cuenca que rompen esa idílica versión de la realidad.
Mathieu Pernot: Le Feu, 2013
Así, por ejemplo, en la primera sala Sergio Belinchón, Xavier Arenós y Adrian Paci nos hablan de las fronteras. Ya sea con el ambiguo simulacro de "salto de la valla" de Avalancha de Belinchón o con el kafkiano castillo en que Arenós convierte Schengen, hoy en peligro. Con mayor contundencia denuncia Paci con esos migrantes-prisioneros que se agolpan en la escalerilla de un avión que da a un vacío sin vuelo ni esperanzas, mientras prosigue la vida normal del aeropuerto. De él son también las reveladoras fotografías de emigrantes albaneses retratados ante la imagen en blanco y negro de las casas que abandonaron al marchar a Italia. Más adelante, la marroquí Bouchra Khalili trazará las rutas de la emigración en sus conmovedoras "constelaciones".
Hay una ambigua belleza en las escenas que recogen la franco-marroquí Yto Barrada y la argelina Zineb Sedira. Mientras que Montserrat Soto, Mohamed Bourouissa y el francés Mathie Pernot reflejan las vidas de los trabajadores "invisibles" de los invernaderos almerienses, escenas de la banlieue parisina o los ocultos cuerpos de los emigrantes afganos tirados en las calles de distintas ciudades.
Los conflictos palestino-israelí y la guerra del Líbano se constatan en las colecciones de torres de vigilancia israelíes de Taysir Batniji y en la más sarcástica de sus ofertas "inmobiliarias" de casas de la franja de Gaza destruidas en la Operación Plomo Fundido y en los archivos de The Atlas Group y Walid Raad. No puedo no destacar los vídeos de Akram Zaatari, Nature Morte, quizás la obra que más me ha impactado, que encara el fenómeno terrorista desde una entrañable y tranquila escena doméstica preñada de violencia, así como Letter to Samir que refleja los medios de intercambio y comunicación clandestina de los prisioneros palestinos.
La exposición se cierra con la triple proyección documental de Ursula Bilmann sobre el Sahara y las rutas de migración del Magreb.