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FAPAE ha convocado esta mañana su tradicional acto para presentar los datos del cine español en el mercado internacional con su presidente, Ramón Colom, como portavoz. La rueda de prensa coincide con el final de los Madrid Screenings, un evento de tres días que se celebra en la capital donde compradores de todo el mundo (léase distribuidores o programadores de cadenas de televisión) ven películas españolas y con un poco de suerte, también las compran.
El cine español parece que va bien en el mercado internacional, aunque como en todo habría que matizar. Los resultados son positivos y demuestran que nuestras películas son una parte fundamental de eso que a nuestro Gobierno le gusta llamar “marca España”. El titular que da la propia asociación de productores: en cinco años se han duplicado el número de películas exhibidas. Lo cual tiene aún más mérito si tenemos en cuenta que en este último lustro la producción se ha reducido prácticamente a la mitad.
Pero todo resulta menos alegre si tenemos en cuenta que de los ocho filmes más exitosos, tres fueron rodados en Argentina, como Futbolín o El médico alemán, uno en Chile (Gloria), y otros dos son producciones internacionales como la fastuosa Exodus: Dioses y reyes o la más modesta Enemy, rodada en Canadá con Jake Gyllenhall.
Los datos: en 2014 se han exhibido 157 títulos patrios en salas cinematográficas fuera de España. En los 19 países analizados, se han distribuido más de quince mil copias, lo cual es un número respetable. El detalle nos da sorpresas: por primera vez Latinoamérica se convierte en el mercado más importante para nuestro cine por encima de Europa (con un 45% de los filmes exhibidos frente al 37% de Europa o el 5% de Estados Unidos, que es el territorio en el que se han distribuido más copias). O el éxito en Corea del Sur, que el año pasado estrenó 23 películas con participación española. Encabeza el ránking Italia, con 36 títulos, seguido de México, con 30.
La película española de mayor éxito internacional el año pasado fue la magnífica Relatos salvajes, que es española porque la han producido los Almodóvar, o sea, El deseo. Relatos salvajes trata sobre el desquiciamiento cotidiano y universal y Agustín Almodóvar ha recogido el premio que dan los productores y la compañía de medición de taquillas Rentrak todos los años (menos el pasado) al título más exitoso allénde nuestras fronteras.
A Agustín se le veía contento pero las iba soltando como quien no quiere la cosa. Ha dicho que hay que hacer un cine “con ambición internacional”, lo cual no quiere decir “internacionalista” sino “con raíces” (como el de Pedro) pero al mismo tiempo vocación universal. “Porque si hacemos Chiquito”, ha dicho, “no llegaremos más allá de nuestras fronteras y eso es pobreza. De eso no se ríen ni en el norte de España”. Para quien quiera entenderlo.
Los Almodóvar tienen un largo historial de batallas con la Academia y parece que el próximo capítulo se va a librar estos próximos meses: después del éxito de candidaturas de Relatos salvajes en los Goya, donde fue considerada española a todos los efectos, este año se ha decidido que El clan, que acaba de ser estrenada en nuestro país y es también muy buena película, no puede competir como nacional porque ha sido seleccionada por Argentina como candidata para el mejor filme latinoamericano. Un jarro de agua fría para una película que, con motivos, confiaba en los premios. “Aquí, como ya se sabe, nos gusta hacernos difíciles las cosas los unos a los otros”, ha dicho Almodóvar que estaba risueño y parecía encantado de la vida a pesar de las contrariedades. Ha anunciado, por cierto, que Julieta (que ya no Silencio), de Pedro, para marzo.
Los Madrid Screenings pararon un año para “replantearse” el formato y siguen más o menos donde estaban. Colom ha anunciado un cambio de fecha, regresan a la primavera, y novedades. Sorprende un poco que FAPAE solo hable de una sola película, Relatos salvajes, en su nota de prensa y deje para su web el resto de la lista, que nos da una imagen más realista de las luces y también las sombras del cine español con buen ojo para las co-producciones pero que salvo los grandes nombres parece que sigue teniendo problemas para imponerse en los circuitos internacionales.