Marco, Premio Victoria
Buena noticia: le acaban de dar a Tomás Marco el Premio Tomás Luis de Victoria, que es el más importante que se otorga a compositores iberoamericanos.Es fundamental que se reconozcan los méritos de los artistas, no solo en beneficio de ellos, sino también de la sociedad a la que su arte se dirige. El arte de calidad solo es una riqueza social si se conoce y se valora.
[caption id="attachment_795" width="560"] Tomás Marco[/caption]
La mirada de Tomás Marco—¡qué lata que no podamos decir "la escuchada"!—es la más inteligente y sabia de que disponemos y la que abarca con más amplitud el fenómeno de la creación musical en todas sus caras, que son muchas. Lo bueno de Marco es que su obra calma e inquieta a la vez. Sus escritos ayudan a entender qué es lo que se oye en los auditorios y por qué. Dejan en el lector sensación de orden. Sus partituras, sin embargo, desorientan al oyente, desencajan sus seguridades y le dejan con la sana impresión de no tener claro en qué consiste la música. La música de Marco cuestiona, principalmente, la idea de "musicalidad", esa cosa misteriosa que supuestamente poseen los mejores compositores e intérpretes, pero nadie sabe definir, ni siquiera describir. Hace mucho tiempo —¿desde Altamira?— que el principal objeto del arte es el cuestionamiento del principal objeto del arte y, en este terreno, que no es el del arte conceptual, sino el del arte consciente de sí, la aportación de Tomás Marco es imprescindible.
Hay que leer a Tomás Marco y, sobre todo, hay que oír su música, más que nada para no vivir anestesiados sin saberlo. Está bien anestesiarse por gusto —o por vicio—, ¡pero qué triste es creerse en calma cuando se está en lo alto den un tsunami!