[caption id="attachment_1314" width="510"] Teatros del Canal[/caption]

Por si no era suficiente un único director para los Teatros del Canal, tendremos dos. Y así, Cifuentes se alinea con Carmena en que eso de controlar el déficit no va con ellas, pues han decidido multiplicar los directores para sus teatros. Ya se había dado a conocer que Àlex Rigola, director de escena, comisario de la Biennal de Venecia y barcelonés, era uno de los elegidos. La sorpresa ha sido el nombramiento de Natalia Álvarez Simó, que codirigirá el mastodóntico recinto, aspirante frustrada en el concurso público para la dirección del Festival de Otoño y de relativa popularidad en los ambiente teatrales madrileños.

Los del PP tienen una fe ciega en la genética catalana para la dirección de los teatros. Si un catalán, Boadella, fue el elegido por Esperanza Aguirre para inaugurar los teatros, ahora otro, Rigola, se encargará de su continuidad. Es cierto que los dos tienen sólidas trayectorias profesionales, pero en el terreno ideológico no comparten tanto. Mientras Boadella es un declarado antinacionalista, que ha llegado incluso a cambiar la residencia de su compañía Joglars de Cataluña a Madrid para no pagar impuestos en su tierra, Rigola está próximo a los tópicos de la progresía: ha firmado la petición para que la RAE expulse a Felix de Azúa por sus declaraciones anti-Colau y su Facebook exhibe su solidaridad con aquellos que esgrimen que hablar de Venezuela es una pesadez, pero quienes le conocen destacan su talante no sectario.

El responsable de esta elección, el señor Jaime de los Santos, director general de Promoción Cultural de la Comunidad, dice que Rigola ha sido elegido “por su currículum, no por sus ideas. Buscamos a los mejores gestores” y se deshace en elogios hacia su figura, enumerando los cargos internacionales que ha ostentado. Recuerdo una entrevista que le hice a este director de escena cuando estaba a punto de irse del Lliure, le preguntaba por qué programaba fundamentalmente producciones catalanas y en catalán: “ Siempre que podemos, hacemos los espectáculos en catalán… Este teatro está pagado principalmente por el Ayuntamiento de Barcelona y por la Generalitat y, por tanto, apoya primero a los artistas que residen en este territorio”.

De los Santos ha subrayado también la vinculación de Rigola a la Abadía, teatro que si ya había conseguido colocar a “uno de los suyos” al frente del Festival de Otoño, Carlos Aladro, ahora gana más posiciones en el tinglado teatral autonómico. Pero el director de Promoción Cultural no me ha respondido cuánto ganará Rigola y Álvarez-Simón, y si los dos sueldos nos costarán más a los contribuyentes que los 100.000 € que ganaba Boadella al año. Dice que, por raro que parezca, “los sueldos no supondrán ningún gasto extra, no va a generar un gasto especial”. ¿Quiere decir que se repartirán el salario de Boadella? “No se lo puedo confirmar ahora”.

Se ha informado que Rigola gestionará la Sala Verde, que encandila a todos los actores por sus posibilidades de transformación. Y Alvárez-Simón administrará la Sala Roja, donde se programan los grandes espectáculos, especialmente los de Danza, género por el que hasta ahora ha venido apostando con éxito los Teatros. Álvarez Simó también “se encargará de optimizar el Centro de Danza porque, además de historiadora, tiene formación como bailarina”. La futura directora ha trabajado en Iberescena (con Guillermo Heras) y en el Reina Sofía, programando las actividades escénicas. La Sala Negra quedará a disposición de los dos, para experimentos y “todo tipo de propuestas”.

Preguntas sin responder

De los Santos me ha dejado muchas preguntas sin responder:

- ¿Cómo se van a repartir el presupuesto estos dos directores? De los Santos no lo sabe hasta que se reúna en septiembre y Rigola le presente un proyecto de programación. Que yo sepa, hasta ahora la Sala Roja acapara entre el 60 y 70% del presupuesto, el resto va a la Sala Verde y Negra, mientras el Centro Coreográfico no tiene presupuesto, se organiza como un centro que ofrece residencias -sus fantásticos estudios- a las compañías becadas. El presupuesto de estos Teatros para programación, o sea lo que aporta la Comunidad de Madrid, ronda algo más de los dos millones y medios de euros al año.

-¿Por qué es necesario un dirección bicéfala? “Para exprimir al máximo los espacios”, contesta. Y añade que la elección de Álvarez-Simó se ha hecho respetando los criterios de igualdad, mérito, capacidad…

-¿Igualdad? ¿su elección tiene que ver con la cuota femenina?

-No, es por su currículum. Por otro lado, pienso que las cuotas son necesarias… las mujeres sois imprescindibles especialmente en el mundo de la cultura…

El modelo de gestión

El modelo de gestión de los Teatros del Canal tiene como singularidad la participación de la empresa privada. El modelo ha funcionado muy bien, pues en ocho años la gran infraestructura cultural que son los Teatros del Canal ha evitado el gigantismo de personal habitual de las administraciones públicas a favor de una gestión razonable, eficaz y controlada de los recursos humanos y económicos, y ha permitido alcanzar los objetivos artísticos fijados.

Boadella buscó tener al espectador como el eje de la actividad, algo que parece obvio pero no habitual en otros teatros públicos, que entienden el teatro más como una empresa empleadora de artistas. Boadella puso en marcha el teatro, plantó las bases ideológicas para su programación y ha tenido de aliado a Jorge Culla, intendente de los Teatros, hombre que conoce muy bien las interioridades de la producción teatral y que en los Teatros representa a la empresa adjudicataria, Clece. Según he oído decir a Boadella, gran parte del éxito se debe a Culla. Por eso, me parecía pertinente esta pregunta a De los Santos:

-¿Se han reunido los futuros directores artísticos con el intendente de Clece para conocer el funcionamiento interno del teatro?

-No, oficialmente no tienen por qué. Incluso creo que sería poco apropiado.

-Si algo caracteriza a los Teatros del Canal es su modelo de gestión ¿está pensando en cambiarlo?

-Aquí todo se estudia, se reflexiona y vamos a respetar la línea seguida, pero queremos que los Teatros recuperen el 100% de la programación. Hasta ahora solo controlan el 75%, aunque el director artístico debe dar el visto bueno al 25% restante que programa la empresa licitadora.

-Pero ese periodo de programación de la empresa licitadora está centrado en el Auditorio de San Lorenzo de El Escorial ¿no?

-No tanto, es cierto lo que dice del Auditorio, pero ellos programan del 15 de junio al 15 de noviembre, justo al comienzo de la temporada.

-¿Están pensando en recuperar el teatro y gestionarlo directamente?

-No, queremos retocar el pliego, nada más. El 30 de diciembre de este año acaba el contrato con Clece, la empresa licitadora, y tienen todavía dos años más de prórroga. Queremos estudiar este asunto de recuperar el 100% de la dirección artística.