Image: Pérez Mercader, director del Centro de Astrobiología

Image: Pérez Mercader, director del Centro de Astrobiología

Ciencia

Pérez Mercader, director del Centro de Astrobiología

"Estamos preparados para ir a Marte"

20 septiembre, 2000 02:00

El Centro de Astrobiología de Madrid es la única institución asociada al NASA Astrobiology Institute fuera de Estados Unidos. Su director, Juan Pérez Mercader, ha consolidado en menos de un año, uno de los proyectos más importantes de la historia de nuestra ciencia. Tanto es así que coordina y prepara personalmente la posible participación española en la misión a Marte de 2005.

El despacho del director del Centro de Astrobiología, Juan Pérez Mercader, aparece flanqueado por dos pizarras. En una corretea la fórmula kilométrica con las distintas fases de un movimiento sísmico. En la otra, se encuentra, salpicada, la huella matemática de la bacteria Buchnera Aphidicola, de la que ha conseguido secuenciar su genoma. El científico, rodeado de pantallas de ordenador, no deja de recibir llamadas mientras los aviones de la pista militar de Torrejón hacen temblar regularmente las áridas instalaciones del INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial), lugar al que pertenece, junto al CSIC, la institución de Mercader. La estancia desprende vida, tanta como la que pretende encontrar en Marte, lugar en el que, si nadie lo remedia, España podría estar a partir de 2005.

-Cuesta retener la pregunta. ¿Irá España a Marte?
-Es un tema complejo que prefiero analizar con cierta cautela. Mire, las únicas entidades que pueden ir a Marte hoy por hoy son NASA y la Agencia Espacial Europea. Esta última mandará una nave, la Mars Express, y NASA prepara la exploración total para el 2005. En esta misión intentará corregir los fallos de las últimas misiones y empezará el estudio sistemático del planeta. Creo que con este proyecto podrá verse si hay o ha habido vida allí.
Mercader parece ir con pies de plomo sobre el tema. Sabe más de lo que quiere contar pero le entusiasma soñar con esa posibilidad para España. En todo caso, en lo que a él le corresponde todo parece claro. La decisión de entrar de lleno en el proyecto está en otros tejados.

-¿...Podemos decir que España estará en la superficie de Marte a partir de esa fecha?
-Bueno, no me gustaría excederme y hablar de cuestiones que no me corresponden. En esos planes nosotros estamos intentando participar. El Centro de Astrobiología está considerando qué estrategias, instrumentos y misiones debería poner en marcha para incrementar la búsqueda de la vida en función de nuestros avances. Hay un grupo de científicos, ingenieros y técnicos que están evaluando trabajar en esa dirección en coordinación con nuestros colegas de la NASA. En lo que se refiere a este aspecto, todo está bien.

Decisión gubernamental

-¿El Gobierno español conoce el proyecto? ¿Ha recibido algún tipo de respuesta en torno a la participación en esas misiones?
-El gobierno y los entes de los que depende el CAB, CSIC e INTA, son entes gubernamentales. Pero además de esas instituciones también se ha discutido en otros centros. Tenga en cuenta que el Centro de Astrobiología no es un organismo privado. No funcionamos de manera independiente. Hemos informado también a la Comunidad de Madrid, que es miembro de nuestro Consejo Rector. Se analizan cuantías, informes, etc. En función de todas esas consultas se aprueba o no un proyecto de estas dimensiones. De momento sería poco prudente dar más datos porque no existen todavía, además del interés de colaboración y preparación. Sí puedo decirle que hay una posibilidad de que España esté en ese proyecto, de modo que nuestro país podría estar en Marte a partir de 2005. Estamos dando inputs a NASA para la concepción del programa.

-Siendo el único centro de la Nasa Astrobiology fuera de Estados Unidos, ¿se contará para esta misión con otros países?
-Desde luego. Está confirmado que participarán Francia, Dinamarca e Italia. Puedo decirle que estos países están ya dentro del proyecto. Por eso, España tiene una oportunidad estupenda en estos momentos para unirse no sólo a la exploración de otros planetas sino también para buscar vida. Y eso tiene mucho que ver con la biotecnología, telecomunicaciones, instrumentación y sus implicaciones en el ámbito internacional.

-¿Considera que con instituciones como la suya y algunas iniciativas parecidas España empieza a ocupar un lugar importante en el ámbito científico?
-Recuerde que tenemos una gran tradición exploradora. Descubrimos América y hemos aportado grandes nombres a la exploración. Creo que nuestro país tiene una oportunidad estupenda ahora de unirse al carro de la exploración de otros planetas. Y no sólo por explorar, sino también para buscar vida.

Estudio multidisciplinar

-¿Es tan necesaria la integración de los conocimientos para hallar vida?
-Desde luego. Todo está interrelacionado. Resulta esencial dominar varias materias, porque se piensa que la vida es una consecuencia de las leyes de la física aplicada, actuando sobre las propias leyes. Toda la vida está basada en principios comunes, únicos, de los que por el momento sólo conocemos más que una sola manifestación.

-Según esto, ¿cuál es su punto de partida en el trabajo que desarrolla al frente del Centro de Astrobiología?
-Hay una hipótesis que subyace en todo el proyecto y es suponer que la aparición de vida en el planeta Tierra es una consecuencia de la propia evolución del universo y no producto del azar, de la suerte. Cuando partes de esa hipótesis, se acotan enormemente los temas en los que tienes que trabajar. Esa hipótesis te sirve de guía en un camino complejo. Para demostrarla tienes que reconstruir la evolución de la vida en la Tierra, en hábitats extremos como los que podían encontrarse en lugares como la superficie o el interior de Marte, el mar de sal que hay en el satélite Europa o en Titán. Observando esto tenemos que predecir qué habrá ahí dentro de algún tiempo. Por todo ello, es necesario encontrar más evidencias de vida para poder aplicar el método científico, que es de la manera en que hemos progresado en los últimos trescientos años. Hay que ir a los sitios donde se dan indicios de vida.

-De entre los que ha mencionado, ¿Marte es el que más probabilidades tiene de albergar algún tipo de vida?
-Claro. Sabemos desde hace relativamente poco tiempo (un par de años) que pudo haber hace varios millones de años un océano de agua líquida en su superficie. Es la manera más fácil de entender su topografía. Si ese océano duró varios miles de millones de años, que es lo que se piensa, las posibilidades de que haya habido vida en Marte son extraordinarias. Si encontramos esa vida o fósiles podremos decir que hemos encontrado otro tipo de vida para nuestros estudios. A lo mejor es el mismo tipo de vida, lo cual sería extraordinario. Pero en Marte hay otro indicio. Recientemente se han visto torrenteras gracias a la sonda Mars Global. Estas torrenteras son muy antiguas y contienen agua pura. Parece que son fenómenos recurrentes. Eso significa que en su interior hay agua líquida. Además, tenemos una idea bastante clara de que hay tectónica de placas, lugares en los que hay puntos calientes a miles de grados de temperatura. Por todo ello, puede decirse que hay condiciones para la vida.

Otros sistemas de vida

-¿En qué otros lugares pueden existir indicios de vida?
-Se ha contemplado la posibilidad de investigar Mercurio y Venus. El primero resulta muy complicado. Está demasiado caliente y sus reacciones químicas imposibilitarían la vida. Por otra parte, Venus resulta excesivamente inhóspito. Hay científicos que argumentan que allí pudo existir vida. De modo que nos quedan las opciones de Europa y Titán. Este último tiene una situación análoga a la que tenía la Tierra hace 3.800 ó 4.000 millones de años. Esto es muy interesante. De hecho hay una sonda, la Hygens-cassine, que está yendo hacia Titán para estudiar la química de su atmósfera. En diez minutos nos mandará datos que nos servirán durante años. Ahí hay unas condiciones de vida parecidas a la química prebiótica que tuvo que emerger en algún momento en la Tierra. En Europa las condiciones son mucho más interesantes. Como le comentaba, su océano de sal es muy interesante. Si hay agua, como se sospecha, y si hay chimeneas como en los fondos marinos de la Tierra, si eso es así, esto implica que se pueden estar dando nuevas condiciones. No desde hace tres días pero sí desde hace muchos millones de años en las fosas de los océanos terrestres. Y por tanto es posible que allí haya seres vivos.

-¿Las condiciones de vida, esos indicios de los que habla, se dan siempre en las mismas condiciones? ¿Cómo se puede investigar en la Tierra lo que podría ocurrir en planetas tan distintos como el nuestro?
-No sabemos si siempre son las mismas condiciones o varían. Uno de nuestros principales lugares de estudio es Río Tinto, en Huelva, en el que hemos puesto en marcha un Robot que lo analiza. Son extraordinarias las condiciones en las que se desarrollan 2.500 especies de seres unicelulares que tienen unas condiciones impensables en otras especies de la Tierra. Viven en condiciones de acidez Ph2.2. Utilizan el Hierro como fuente de energía. Ahí el azufre juega un papel muy importante. Las condiciones son análogas (no similares ni idénticas) a las que se pudieron dar en Marte hace 1.000 ó 2.000 millones de años. Y eso nos interesa entenderlo muy bien. En el CAB estamos trabajando en campos muy distintos, como la existencia de otros sistemas planetarios e incluso en la formación de esos sistemas. También investigamos cómo se producen los terremotos, tanto desde el punto de vista experimental como en el teórico, estudios que, por otra parte, nos vendrán muy bien para analizar los movimientos sísmicos en Marte.

Ordenadores rápidos

-¿Qué otros campos considera esenciales en esa búsqueda de vida?
-La informática. Estamos consiguiendo ordenadores superrápidos y superbaratos. Hemos logrado construir uno de los ordenadores más rápidos que existen en el mundo. Todo esto lo hacemos porque es fundamental para llevar a buen término los proyectos sin meter la pata. En el CAB hay unos 20 científicos seniors, la mayoría españoles, y algunos norteamericanos, uno de ellos el Premio Nobel de Física Murray Gell-Mann. Además, tenemos unos cuarenta científicos jóvenes que están desarrollando todos esos proyectos. En todo caso, son temas en los que nuestro país puede contribuir.

-Y nadando en los orígenes de la vida, no podrá evitar pronunciarse sobre la reciente secuenciación del Genoma Humano. ¿Cómo contempla este hito para la Humanidad y cómo se enfrenta a él una institución como la suya?
-No cabe duda de que ha sido algo importante. Nosotros estamos haciendo la secuenciación completa del genoma de un parásito, la bacteria Buchnera Aphidicola, la primera que se hace en este país y una de las primeras del mundo.

-¿Por qué cree que hemos perdido el tren del Genoma? ¿Cómo ve la situación de la ciencia en nuestro país? ¿No se tutela lo suficiente?
-No lo sé. Y no estoy nadando y guardando la ropa. Creo que no se dieron los pasos adecuados. Lo que creo es que siempre no hay que meterse en cosas en las que no estás realmente preparado. Es muy importante tener a la gente adecuada. Y el hecho de reunir las condiciones necesarias para que exista esa gente no es sólo una cuestión estatal. Es también la industria, el entorno, el volumen de la propia economía...

Progreso científico

»Por otro lado, es un tema en el que todos los gobiernos empiezan a sensibilizarse. Lo demuestra el hecho de que se ha creado el Ministerio de Ciencia y Tecnología y de que se hable ya de multiplicar por dos la cantidad de Producto Interior Bruto. Todo el mundo ha ido haciendo esfuerzos para apoyar la ciencia. Desde finales de 1983, que vine a España después de un largo periodo en el extranjero, las cosas han cambiado mucho.

-¿Ante los grandes avances, cree que sería posible entender el futuro de la ciencia sin una concepción ético-moral?
-En esto tengo que decirle que la ciencia nunca ha sido neutra. El que piense que lo es no conoce nada de Arquímides, Galileo o Einstein. La ciencia siempre incide en el saber tecnológico y por tanto en la economía de las ciudades y de los países. Esto influye también en la competencia entre las naciones, en la propia lucha de los sectores de la población por su bienestar. La ciencia nunca ha sido neutra y ahora tampoco. Lo que ocurre es que en los últimos tiempos hemos abierto nuevos cauces que chocan fuertemente con concepciones muy sedimentadas en la cultura y eso debe debatirse. Dentro del Genoma Humano hay todo un grupo de científicos que tocan los aspectos éticos del genoma. En el momento en el que conozcamos mejor la manera de manipular los genes de todos los seres vivos seremos capaces también de controlar el medio ambiente. Muy probablemente estemos abocados, claro que ojalá no sea así, a una sexta extinción. Y es en eso en lo que tenemos que tener mucho cuidado.

LA NASA EN ESPAñA

El principal cometido del Centro de Astrobiología (CAB) es la aplicación del método científico a la Astrobiología , para lo que es necesario combinar teoría, simulación, observación y experimentación. Se trata del primer centro del mundo que está asociado al NASA Astrobiology Institute, que reúne a once grupos de laboratorios y científicos dispersados por Estados Unidos. Entre ellos, la Universidad de Arizona, el Carnegie Institution, de la Universidad de Harvard y el NASA Ames Research Center. La sede del CAB está situada provisionalmente en el Campus del INTA de Torrejón de Ardoz. Está equipado con ocho laboratorios que trabajan en íntima correlación con el proyecto científico y los objetivos asignados. Además, se han incluido espacios dedicados a la demostración de las aplicaciones telemáticas que se desarrollen. Los distintos laboratorios están encargados de cubrir necesidades elementales para el proyecto científico, y cada uno de ellos tiene asignados trabajos muy específicos, que van desde la realización de la secuenciación genómica necesaria dentro del CAB hasta el estudio de fallas y su relación con terremotos, pasando por investigaciones conducentes a la búsqueda del "ancestro común" de la vida en nuestro planeta. Pero la infraestructura tecnológica y el personal profesional del CAB no sólo se aprovecharán para investigaciones y trabajos de laboratorio, también tiene como objetivo cubrir el componente de la enseñanza y de las investigaciones postdoctorales. El centro ha creado un programa de divulgación y comunicación que abarcará desde los cursos de jardín de infancia hasta la edad adulta, pasando por secundaria.

Juan Pérez Mercader (Sevilla, 1947) es Licenciado en Ciencias Físicas por la Universidad de Sevilla, Master en Matemática y Física Teórica por el Trinity College de Dublín, así como Doctor en Filosofía de la Física por el City College de New York. Su carrera profesional se ha desarrollado principalmente como Investigador Científico del CSIC, una investigación centrada en la Física Teórica aplicada al conocimiento del Universo. Ha sido pionero en Teorías de Gran Unificación, en Rotura Dinámica de Simetrías, en Física de Agujeros de Gusano, en Cosmología Cuántica, así como en Fenómenos de Orden-Desorden entre quarks. Actualmente es director del Centro de Astrobiología, donde investiga intensamente en buscar las bases teórico-experimentales para establecer un puente entre el Big-bang y la vida.