Image: Francisco J. Ayala

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Ciencia

Francisco J. Ayala

“Las leyes actuales pueden frenar los excesos de la clonación”

26 septiembre, 2001 02:00

Francisco J. Ayala es un referente científico mundialmente reconocido. Profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad de California y miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los EEUU, formó parte del Comité de Asesores de Ciencia y Tecnología de Clinton. El próximo martes participa en el ciclo "La biología: Ciencia del siglo XXI" del Círculo de Bellas Artes de Madrid con la conferencia "Dolly y el genoma: ingeniería genética y futuro de la Humanidad" además de publicar Senderos de la evolución humana (Alianza) junto a Camilo J. Cela Conde. Por todo ello, Francisco J. Ayala ha hablado con EL CULTURAL sobre temas como la situación de la ingeniería genética, sus repercusiones filosóficas y morales y el futuro del conocimiento humano.

El trabajo de Francisco J. Ayala en la actualidad está centrado en investigaciones sobre la genética de las poblaciones y la evolución biológica, incluyendo el origen de las especies, la diversidad genética de los organismos, la evolución de la malaria, la estructura genética de los parásitos protozoarios y el reloj molecular de la evolución. La mayor parte de sus publicaciones filosóficas se centran fundamentalmente en epistemología, ética y cuestiones relacionadas con la biología.

-¿En qué estado se encuentra actualmente la ingeniería genética tanto en lo que respecta a los humanos como a la alimentación?
-La ingeniería genética es un campo muy amplio. Aplicada a los humanos para corregir defectos genéticos esta todavía en su infancia. Se pueden extraer células de un individuo, rectificar el gen defectivo y reimplantarlas, de manera que la persona es curada. Por ejemplo, la anemia falciforme, que mata a millones de personas, se debe a que uno de los genes de la hemoglobina es deficiente. Se extraen células de la médula, se corrige el gen y se reimplantan las células, de manera que el individuo puede producir suficiente hemoglobina normal para que sus glóbulos rojos funcionen y la anemia se cure. El número de genes que se pueden corregir se incrementa rápidamente y las técnicas de corrección van mejorando, pero queda muchísimo por hacer. La ingeniería genética ha avanzado mucho más en la mejora de la agricultura y la ganadería. Las consecuencias son la producción mas económica de alimentos, la producción de alimentos mejores (por ejemplo, trigo y arroz a los que se les han añadido vitaminas o proteínas que necesitamos en nuestra dieta) y, muy importante, la protección del ambiente. La introducción de genes que hacen a las plantas resistentes a pestes de insectos hace innecesario el uso de pesticidas, que no sólo destruyen las pestes sino otros muchos insectos y animales que no son dañinos.

Abusos económicos

-¿Qué peligros encuentra con los actuales niveles de desarrollo? ¿Se han cubierto todas las expectativas que la tecnología ha ido aportando durante los últimos años?
-Con respecto a la agricultura y ganadería, el peligro mas inminente viene de no haber conseguido lo que se pretende y cree, es decir, de no haber hecho las pruebas necesarias para asegurase de que no hay consecuencias perjudiciales. Otro peligro viene de abusos económicos. Por ejemplo, la mayoría del algodón que se produce en California viene de semillas mejoradas genéticamente, que aumentan sobremanera la producción y reducen el coste. La compañía biotecnológica que produce la semilla ha introducido, además de los genes responsables de la mejora, un gen que hace que la planta sea estéril, de manera que el agricultor tiene que comprar semilla nueva cada año. Este es uno de los casos que han levantado gran indignación, hasta el punto de que la compañía ha decidido remover el gen que causa la esterilidad. Con respecto a los humanos, es esencial que se hagan las pruebas necesarias, para que los efectos sean buenos en vez de dañinos. Otro peligro con respecto a los humanos es la trivialidad o la ingenuidad de buscar la "mejora" del individuo y no sólo su cura. Por "trivialidad" me refiero a alguien que quisiera cambiar un gen por razones estéticas, por ejemplo, para tener un hijo con ojos azules en vez de castaños. A algo parecido me refiero al hablar de "mejora", alguien que buscara, por ejemplo, tener hijos más altos o más guapos o más "inteligentes". La inteligencia no es un atributo único que se pueda mejorar modificando uno a varios genes. Además, los problemas que afligen el mundo no se van a curar por tener más inteligencia, sino por usarla mejor. Si se pudiera mejorar el carácter o moralidad de las personas (que no es posible por las mismas razones que la inteligencia, es decir, porque no es cosa que dependa de unos pocos genes que se puedan identificar, sino que depende mucho más de la educación y del ambiente familiar y social), ya estaría yo más dispuesto a aceptarlo.

-¿Qué piensa en estos momentos de los comités éticos?
- Pues que tiene que haber regulación legal de los gobiernos. También regulación institucional, particularmente con respecto a la ingeniería genética humana. En los Estados Unidos (también en otros países) los hospitales, universidades y centros semejantes tienen comités "éticos" de biotecnología y de experimentación con humanos que tienen que aprobar los experimentos y prácticas antes de autorizarlos a que se lleven a cabo.

-¿Cree a estas alturas de la historia cultural del Hombre que la ciencia ha derrotado a la filosofía?
-Al contrario, creo que la ciencia realza el significado de la filosofía. Además de los problemas tradicionales de la filosofía, tales como la naturaleza del conocimiento, se plantean otros nuevos problemas concernientes con la naturaleza del universo y de la humanidad que son mucho más concretos, más específicos y, frecuentemente más urgentes todavía que van más allá de la ciencia y requieren ser explorados por medio de la reflexión filosófica. Además de los problemas éticos planteados por tecnologías como las de la ingeniería genética.

El edificio del conocimiento

-¿Ha encontrado el hombre su propio techo de conocimiento?
- Al contrario, el techo se ha hecho más alto y el edificio más amplio, por usar su metáfora. Se plantean nuevos problemas que, son más complejos.

-¿Puede considerarse la falta de moral una forma de autodestrucción?
-La falta de moral disminuye a la persona. No comparto, sin embargo, la opinión de que la humanidad actual (o las instituciones sociales y políticas) operen bajo principios o prácticas morales peores, o mas limitadas, que los del pasado. Al contrario, creo que la sensitividad hacia lo moral se ha agudizado en casi todos los respectos que tienen que ver con los avances científicos o médicos.

-¿Qué piensa de la clonación? ¿Hasta dónde se puede llegar?
-Hay muchas clases de clonación. Por ejemplo, en nuestro laboratorio clonamos genes continuamente; es decir, extraemos un gen y lo copiamos millones de veces para tener suficiente material para estudiarlo. No veo ningún problema ético o social con este tipo de metodología científica recientemente adquirida. Además, se pueden clonar células en cultivos de laboratorio, algo que se hace desde hace varias décadas; por ejemplo, células de la piel pueden ser clonadas indefinidamente con el propósito de estudiar sus propiedades. Otra cosa distinta es la clonación de individuos, algo que el italiano Severino Antinori y otros dicen que van a llevar a cabo en los próximos meses. Primero de todo, es importante aclarar que un individuo no puede ser clonado; lo que se clonan son sus genes. Por ejemplo, si yo fuera tan vanidoso como para desear que se clonaran mis genes, el niño resultante tendría el mismo color de ojos y grupos sanguíneos que yo, pero con respecto a lo que es importante en la vida humana, atributos tales como el carácter, la personalidad, gustos y valores, el nuevo individuo sería muy distinto a mí. Para que fuera mi clon, tendría que pasar exactamente por los ambientes y experiencias como las mías: el mismo seno materno, la misma familia de seis hermanos y hermanas, las mismas escuelas y colegios, creciendo en la España de Franco, emigrando a los Estados Unidos para estudiar, etc., todo lo cual es obviamente imposible. Con respecto a gustos, preferencias, sistemas de valores y demás, el nuevo individuo se parecería probablemente más a otros individuos de su generación que a mí.

-¿Hay un antes y un después de la secuenciación del Genoma Humano?
-Desde luego. La secuenciación del Genoma Humano es un gran paso científico porque provee una base de información que facilita el estudio de los genes, incluyendo las enfermedades genéticas, pero es sólo un primer paso. Lo más importante queda por hacer, incluyendo entender cómo la información unidimensional contenida en los genes se transforma en un individuo complejo que existe y cambia en el espacio y en el tiempo, o cómo las señales químicas y eléctricas entre las neuronas de nuestro cerebro se transforman en sensaciones visuales o táctiles y cómo del conjunto de tales sensaciones emerge esa entidad unitaria que es la mente humana. El problema del desarrollo del individuo y la dualidad cerebro-mente cuentan entre los problemas más importantes de la biología del futuro, para los que el genoma humano provee cierta ayuda, pero nada fundamentalmente importante. Lo mismo con respecto a la cuestión de qué es lo que nos hace distintivamente humanos, a diferencia de los simios y otros animales. El DNA de una persona y de un chimpancé difieren sólo en el 1,5%. ¿Cómo es el caso que a partir de diferencias proporcionalmente tan pequeñas, emergen individuos con atributos tan diferentes?

Regular la investigación

-¿Qué papel juegan los gobiernos en estos momentos con respecto a temas tan determinantes dentro del actual marco científico?
-No se trata de poner freno a la investigación, sino de regularla y, sobre todo, de regular sus aplicaciones.

-¿Qué resortes legales deben existir para garantizar las "locuras" incontroladas? ¿Cómo pueden atajarse las iniciativas que no estén dentro del ámbito de aceptación de la comunidad científica?
-Los sistemas y prácticas legales que existen en las sociedades políticas modernas. Claro que tienen que tener en cuenta las nuevas posibilidades y aplicaciones. Volvamos al caso de la clonación de humanos. Hasta ahora se han clonado individuos de varias especies de mamíferos, como ovejas (Dolly fue la primera), vacas, cerdos, ratas y ratones. Pero existen dos problemas: primero el número de éxitos es muy limitado; por ejemplo el éxito de Dolly fue acompañado de 274 fracasos. Aún actualmente, menos del 4 % de los intentos de clonación tienen éxito y los abortos ocurren en su mayoría poco antes del nacer (o inmediatamente después). Supongamos que alguien como el doctor Antinori lleva a cabo numerosas clonaciones; con la tecnología que existe actualmente, la inmensa mayoría resultarían en abortos en los meses 7, 8 y 9. En segundo lugar ninguno de los animales clonados hasta el presente es normal; típicamente tienen órganos defectivos, sistemas inmunes que no funcionan bien, una tendencia a engordar desmesuradamente (Dolly tiene que ser mantenida en una dieta especial) y otra variedad de problemas. Si se clonan humanos actuales, además de los abortos habría que contar con niños con problemas de salud muy importantes. No sé si se necesitarían leyes o reglas especiales, pero me parece que con las que ya existen habría razones para demandar a quienes nos hubieran traído tales desastres.

-Según esto, ¿cuál cree que será el futuro de la Humanidad en un plazo de cincuenta años? ¿Se puede predecir una situación concreta en este plazo de tiempo?
-Los avances científicos y la gradual madurez moral de las sociedades políticas actuales contribuirán a una humanidad mejor que la actual. Al nivel biológico, la humanidad dentro de 50 años será virtualmente idéntica a la actual. No anticipo cambios notables en una escala biológica tan corta.

Francisco J. Ayala nació en Madrid pero vive en Estados Unidos desde 1961. Es autor de más de 700 artículos y 15 libros, entre los que cuentan Evolución molecular (1980), Estudios sobre Filosofía de la Biología (1983), La Naturaleza inacabada (1994) y El Método en las Ciencias (1998). Es miembro de la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos, la Academia Americana de Artes y Ciencias, la Sociedad Filosófica Americana y la Academia de Ciencias de California. Es, además, miembro extranjero de la Real Academia de Ciencias de Madrid, la Academia de Ciencias de Rusia, la Accademia Nazionale dei Lincei de Roma, la Academia de Ciencias de México y del Instituto Latinamericano de Estudios Avanzados.