Image: Arcadi Navarro

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Ciencia

Arcadi Navarro

“La especie humana es dueña de su evolución”

24 abril, 2003 02:00

Arcadi Navarro. Foto: Antonio Moreno

Cómo aparecen las nuevas especies, que "accidente" genético provocó el nacimiento de la humanidad, reestructuración cromosómica, el lento poso de la evolución, aislamiento, hibridación... Estas son algunas cuestiones que Arcadi Navarro, de la Universidad Pompeu Fabra, ha desarrollado, junto a Nick H. Barton, de la Universidad de Edimburgo, en un trabajo publicado recientemente en Science por el que explican los mecanimos genómicos que provocaron la separación entre los linajes humanos y chimpancés partiendo de un antepasado común.

-¿Qué aporta su trabajo a la Teoría de la Evolución de Darwin?
-La pregunta me da vértigo. Nuestro trabajo se fundamenta en la Teoría Darwinista, complementada por grandes evolucionistas a lo largo de más de un siglo. ¡Estamos en hombros de gigantes! Nuestra aportación no puede ser sino modestísima. Por una parte, hemos propuesto un mecanismo de formación de las especies basado en el papel de las reestructuraciones cromosómicas: fragmentos enormes de los cromosomas que cambian de orden o que se "separan" y se "pegan" en otro cromosoma. Por otra parte, hemos encontrado evidencia en nuestro genoma de que nuestros antepasados y los de los chimpancés se fueron separando mediante mecanismos de este tipo. Son contados los mecanismos potenciales de especiación de los que se haya hallado evidencia empírica de su actuación. Quizás esta, junto con el nuevo escenario de aparición del linaje humano que surge de nuestro estudio, sean las mayores novedades que aportamos.

Importancia del genoma
-¿Es la evolución una continua reestructuración cromosómica?
-En absoluto. Es mucho más que eso. La reestructuraciones cromosómicas son extremadamente comunes en la historia evolutiva de las especies, pero hay muchísimo más. Las reestructuraciones pueden facilitar, pero no necesariamente producen la adaptación al medio, que es la clave de la evolución. En nuestro modelo, las reestructuraciones no son más que el mecanismo que "dispara" el proceso, que permite que suceda lo más interesante: la adaptación diferencial al medio de dos subpoblaciones que acabarán siendo especies distintas. Lo importante de la luz eléctrica es la bombilla o la central eléctrica, no el interruptor.

-¿Qué provocó este imperceptible "accidente"?
-Es difícil saberlo. Se conocen varios mecanismos que pueden provocar reestructuraciones cromosómicas, pero aún no sabemos qué mecanismos concretos intervinieron en las que separan a humanos y chimpancés. Ahora bien, estamos cerca de saberlo. La obtención de la secuencia íntegra del genoma humano nos permitirá investigar en qué punto concreto del genoma se produjeron las "roturas y reparaciones" que acompañan a las reestructuraciones.

-¿Como lo definiría: voluntad, instinto, supervivencia...?
-Accidente, casualidad, contingencia.

-¿Ocurre de la misma manera en todas las especies?
-Desde luego, el mecanismo es general. Puede haberse dado en muchas especies, puesto que las reestructuraciones cromosómicas son ubicuas. Otra cosa es encontrar evidencia de que esto haya sido así.

-¿Qué puertas nos abre pues el desciframiento completo del genoma humano?
-Infinidad de ellas. Podríamos llenar multitud libros sólo con las preguntas que esperamos poder "hacerle" a nuestro genoma. Muchos libros más ocuparían las cuestiones que podemos abordar comparando nuestro genoma con el de otras especies y los de éstas entre sí. En lo que a nuestro estudio concierne esperamos poder trabajar básicamente en dos áreas. En primer lugar, la búsqueda de "fósiles" en nuestro genoma, la huella de los diversos procesos de especiación que se hayan producido a lo largo de nuestro linaje desde su separación del linaje de los chimpancés hace seis o siete millones de años. Por otra parte, haber acotado las regiones del genoma que participaron en los procesos de especiación nos sitúa en una muy buena posición para ir a buscar "genes de humanidad", la base genética de las características morfológicas, etológicas y cognitivas que nos separan del resto de los chimpancés.

-¿Cómo debe afrontar la paleontología el trabajo realizado junto a su compañero Nick H. Barton? ¿Ofrece nuevas herramientas para el estudio de nuestros antepasados?
-La idea tradicional de aislamiento geográfico entre nuestros ancestros y los de los chimpancés, que ya había sido puesto en duda a raíz del hallazgo del cráneo de Sahelanthropus tchadensis (Toumaï) en el Chad, debe descartarse totalmente. No hubo un grupo separado que quedó aislado en un valle o en una montaña y a partir del cual surgieran a largo plazo humanos o chimpancés. La especiación inicial y -probablemente- otras que le sucedieron, se produjo gradualmente, mientras las especies incipientes compartían un ecosistema y, además, se apareaban entre ellos.Cada vez más, diversas disciplinas científicas que antes se consideraban separadas, se prestan apoyo unas a otras. En este sentido, la genómica puede aportar mucho a la paleontología, pero no debemos olvidar las aportaciones cruciales que puede hacer la paleontología a la genómica.

-¿Podría "trastocar" los conceptos de alguna otra disciplina científica? ¿Cuál y en qué modo?
-Aún es pronto para especular qué otras disciplinas pueden verse afectadas. De momento, nos conformamos con las nuestras: genómica, genética de poblaciones, teoría de la especiación y evolución molecular.

Hegel y la consciencia
-Según esto, ¿hacia dónde cree que se dirige el ser humano como especie? ¿Qué características tendrá en el futuro?
-La evolución es, casi en esencia, impredecible. Ahora bien, la humanidad está ya tan independizada de su medio que la dirección hacia la que evolucionaremos será la que nosotros elijamos. Por primera vez en la historia de la Tierra, una especie es dueña de su destino, para bien o para mal.

-¿Sería capaz de predecir otro "accidente"?
-No. Nunca. Como máximo podremos saber en qué zonas de un genoma es más probable que estos accidentes se produzcan.

-¿En qué momento cree que surgió la "conciencia"?
-La pregunta es muy compleja y se aleja muchísimo de nuestro estudio. Para empezar ¿Como define usted consciencia? Desde que Hegel distinguió entre consciencia y autoconsciencia hay quien sostiene que solo los humanos somos autoconscientes. pero cada vez está más aceptada la idea de que nuestros parientes evolutivos más cercanos, chimpancés y bonobos, tienen un grado elevado de autoconciencia. Los chimpancés usan instrumentos, tienen distintas culturas, rituales, guerras... Además, son capaces de reconocerse a sí mismos en fotografías. (Se ha observado que algunos chimpancés criados con humanos son capaces de clasificar correctamente en especies un conjunto de fotografías de humanos y chimpancés, con un único y apasionante ¿error?: se clasifican a ellos mismos como humanos).

-¿Está la inteligencia vinculada a este proceso gradual de reestructuración cromosómica?
-Aún no lo sabemos. Investigar este tipo de cuestiones es una extensión natural de nuestro trabajo, pero las respuestas tardarán. Estamos en ello.

-¿Entenderemos los mecanismos de funcionamiento del cerebro?
-Esta es una cuestión muy alejada de mi especialidad. Son la neurología y las ciencias cognitivas las ramas de la ciencia de las que debemos esperar una respuesta. Pero ¿porqué no? Yo creo sinceramente que podemos entenderlos, del mismo modo que puede entenderse cualquier otro producto de la naturaleza.

-¿Ha salido muy cara su investigación?
-De momento, nuestro proyecto ha sido baratísimo (y, por tanto, altamente rentable). Hemos dado "valor añadido" a unos datos que otros científicos de laboratorios de todo el mundo habían publicado y puesto a disposición de la comunidad internacional en GenBank (http://www.ncbi.nlm.nih.gov/Genbank/index.html). Para obtener y analizar estos datos ha bastado con un ordenador y una conexión a Internet. Pero nuestro trabajo ha generado preguntas que sólo pueden abordarse mediante datos que debemos obtener en el laboratorio. Estamos a la espera de que el Ministerio de Ciencia y Tecnología decida financiar nuestra investigación. Por supuesto, cualquier otro laboratorio del planeta puede trabajar a partir de las ideas que hemos publicado en Science. Quizás se nos adelanten.