Image: Luis Balairón

Image: Luis Balairón

Ciencia

Luis Balairón

“Los efectos colaterales del cambio climático son geoestratégicos”

23 octubre, 2003 02:00

Luis Balairón. Foto: M.R.

El Museo de la Ciencia de la Fundación ‘la Caixa’ celebra hasta el 20 de noviembre el ciclo "El clima cambia: una aproximación multidisciplinar al cambio climático y sus efectos". El Cultural ha hablado con Luis Balairón, investigador del Instituto Nacional de Metereología y ponente del encuentro, sobre la situación del fenómeno, sus implicaciones sociales, políticas y geoestratéticas y sobre los escenarios en los que se muestra con mayor intensidad, como los polos y los océanos.

-Cree que la única forma de afrontar el Cambio Climático es desde el ámbito multidisciplinar?
-Es esencial . De hecho, los fundamentos científicos del conocimiento actual del clima son la consecuencia de la superposición y del contraste de muchos conocimientos parciales que han nacido en las diversas ciencias. La física describe los movimientos de la atmósfera, del océano y de los hielos y las interacciones entre estos sistemas. La biología y la geología nos proporcionan conocimientos del clima en el pasado y nos describen los ciclos de los gases de efecto invernadero. La química describe procesos y reacciones presentes en esos ciclos y en la evolución de la composición de la atmósfera. Las matemáticas y la informática permiten simular el comportamiento de todo ello en lo que conocemos como modelos climáticos. La historia proporciona más datos de los climas del pasado y, por último, los impactos en agricultura, en los recursos hídricos, en las costas o en la salud, y las medidas para reducir o frenar esos impactos, convocan a otra gran cantidad de disciplinas afines a la ingeniería, a la jurisprudencia y a la economía.

El papel de océanos y polos
-¿Qué nos dicen o qué información nos dan los océanos?
-Los océanos son más importantes que la atmósfera para el conocimiento de la evolución futura del clima. Es una de nuestras fuentes de incertidumbre, porque es quien puede acelerar y frenar más el desarrollo real del cambio provocado por el aumento de gases de invernadero. Nosotros emitimos los gases de invernadero a la atmósfera y son otros sistemas, como el océano, los bosques y los suelos, los encargados de eliminar el exceso de gases cada año. Actualmente consiguen eliminar la mitad de lo que emitimos, la otra mitad, unos 3.000 millones de toneladas de CO2 , aumentan la concentración de ese gas en la atmósfera e intensifican así el efecto natural de invernadero. Existe un consenso científico muy generalizado, en cuanto a que las mayores sorpresas climáticas futuras tendrán su origen en cambios de la circulación oceánica.

-¿Y los polos?
-Los polos son muy importantes para conseguir una buena simulación del clima futuro. El retroceso de los glaciares reduce la cantidad de energía solar reflejada porque se reduce la superficie helada en la que esa reflexión es del 90%. Así que se dispone de más energía solar entrante y por lo tanto se amplifica el calentamiento global. Contribuye también a que el nivel de los mares aumente. Sin embargo, conviene aclarar que la mayor parte del aumento previsto del nivel del mar, casi un 60%, procede del aumento de volumen por el calentamiento del agua marina. El aumento debido a la fusión de hielos es mucho menor, de un 30%, debido a que la parte sumergida ya ocupa un volumen considerable.

-¿Puede hacerse una predicción de lo que sucederá en el siglo que empieza?
-Intentamos presentar a la sociedad escenarios verosímiles del clima de este siglo, pero no son predicciones exactamente. Son escenarios condicionados en su origen por la evolución de la población mundial, de la economía mundial y de las pautas de producción y consumo mundiales de energía. Lo que hacemos es "producir climas para distintos caminos de evolución de la humanidad". Decimos algo parecido a "este será el clima más probable si la humanidad sigue el camino A" y "este otro si la humanidad sigue el camino B". Conviene recordar aquí que la idea de clima es una idea estadística, que busca describir el comportamiento del tiempo real en períodos de varias décadas. Así que, en sentido estricto, mañana podrá hacer buen o mal tiempo, pero no buen o mal clima. Personalmente creo que confundir el tiempo de mañana con el clima es una simple confusión terminológica, pero confundir el clima con el tiempo induce a la incomprensión de un problema como el del cambio climático. Y muy unido a lo anterior, intentamos presentar lo que sabemos en cuanto al impacto de esos escenarios en la gestión de los recursos básicos para la vida: agua, alimentos, energía y ecosistemas.

De España a Kioto
-Su intervención en el ciclo de ‘la Caixa’ se centrará en la Península Ibérica. ¿Cómo afecta el Cambio a nuestro entorno?
-Por el momento, el Cambio de clima observado en latitudes medias sigue siendo pequeño, de acuerdo con el hecho de que estamos en la etapa inicial perceptible de dicho cambio y, por lo tanto, no deberíamos esperar más de lo que se observa. Los cambios más notables se producen en latitudes polares, y se manifiestan en el retroceso de glaciares y en la reducción de la banquisa polar. Algunos hechos singulares, algunos registros extraordinarios, como los aumentos de temperatura el verano pasado o las lluvias intensas de centroeuropa de años recientes, son comportamientos climáticos extremos, que no deben analizarse nunca de forma aislada. No obstante, coinciden con lo que podemos esperar en un marco de cambio de clima. Pero el Cambio de clima se producirá cuando la frecuencia de esas anomalías sea superior a la actual. Creo que en España los cambios más visibles, con independencia de su causa, son los que se observan en el aumento de las temperaturas mínimas no urbanas, es decir de las no causadas por cambios propios de las grandes ciudades.

-La última conferencia Internacional sobre Cambio Climático de Moscú volvió a mostrar la incapacidad del Protocolo de Kioto. ¿Cómo podrían descongestionarse los intereses nacionales en favor del medio ambiente?
-Mis ideas personales no representan demasiado. Aclarado esto, pienso que es el momento de las iniciativas unilaterales de grupos de países y que la mejora que supone introducir tecnologías limpias e innovadoras convencerá a los reacios, a partir de los beneficios que esto conlleva. Sin embargo, creo que se debería tender a que los indicadores de intercomparación fueran la emisión de CO2 per cápita -por persona y año- y la emisión de CO2 por unidad de PIB. La comparación entre países a partir de su emisión global cuando hay cambios de población no tiene sentido e introduce injusticias que si se tarda mucho en aplicar el protocolo serán inaceptables. En España ya ha empezado a suceder esto en la intercomparación de los indicadores autonómicos de emisiones.

-Se habla de "efectos colaterales" del Cambio Climático. ¿Podría estar cerca el momento en el que sus causas sean directas?
-Los efectos colaterales del cambio climático más importantes son los geoestratégicos. No nos debería extrañar, porque el agua, la energía y la alimentación, por un lado y la población por otro, son factores básicos de las sociedades humanas. Si el clima futuro está determinado por esos factores y el clima a su vez los condiciona, la consecuencia natural es que el clima y sobre todo el cambio climático se convierta en un foco de atención y en un factor más de negociación internacional.

La innovación de los satélites
-¿Qué papel juegan los satélites en el análisis, estudio y predicción del Cambio Climático?
-Los satélites son la aportación más innovadora y potente en materia de observación climática y ambiental. Creo que lo más importante es que permiten llenar la laguna de observaciones de la superficie marina, que es dominante en nuestro planeta y las dificultades de observar el sistema en las zonas de difícil acceso, como los polos, los desiertos o las selvas tropicales. También ayudan a paliar las deficiencias de observación en zonas pobres o poco desarrolladas tecnológicamente. Son un medio insustituible para conocer bien los ciclos biogeoquímicos de los gases de invernadero. No obstante, la observación convencional, con intervención humana directa, es esencial y en muchos casos insustituible, para calibrar la medida satelitaria que, de lo contrario, no llega a ser una observación sino un dato sin más valor que el numérico.