Image: Juan Albaladejo

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Ciencia

Juan Albaladejo

“El agua constituye también un conflicto ideológico”

13 mayo, 2004 02:00

Juan Albaladejo. Foto: Javier Adán

Consenso social, aplicación de estrategias de desarrollo sostenible y supervisión científico-técnica son algunos de los requisitos que Juan Albaladejo, director del Centro de Edafología y Biología Aplicada del Segura (CEBAS-CSIC), considera necesarios para salir de la encrucijada del Plan Hidrológico Nacional. Con motivo de los 50 años del Centro, Albaladejo habla con El Cultural sobre la gestión del agua, su protagonismo futuro, su impacto económico y sobre la utilización racional de los recursos hídricos.

-¿Se aprovecha bien el agua en España?
-No. No se aprovecha igual en todas las partes del país, ya que si no hay una política que abarque todo el territorio, el grado de aprovechamiento siempre estará en función de la relación cantidad de recurso disponible respecto a las necesidades en una determinada región. El problema de un buen aprovechamiento reside en que se debe considerar el recurso del agua a nivel global y concienciarnos de que todas las regiones tienen el mismo derecho a satisfacer sus necesidades, en aquellos casos en que el agua se utiliza como un factor de desarrollo económico habría que intentar obtener la máxima rentabilidad.

-¿Cómo puede aplicarse la tecnología sin dañar el medo ambiente para la mejor gestión del agua?
-Con una correcta evaluación del impacto ambiental de cada proyecto o actuación tecnológica que se proponga. La adecuada selección e identificación de la cantidad y tipo de estudios necesarios, así como la correcta realización de cada uno de ellos, vendrá determinada, fundamentalmente, por la calidad científica, experiencia y pluridisciplinaridad de los equipos implicados en la evaluación de impacto ambiental. Además se da la circunstancia de que en el momento actual, todo el planeta se encuentra inmerso en un proceso de cambio global que se debe tomar en consideración para poder predecir, con mayor fiabilidad, los impactos a medio-largo plazo, sin olvidar que la sensibilidad a estos impactos varía en función de las características de los ecosistemas. Por ello, en mi opinión, para la realización de estos estudios no es suficiente con un equipo de técnicos que realice los trabajos de forma más o menos automática, aplicando una metodología de rutina, común en los estudios de evaluación de impactos. Sería necesario que los estudios fueran realizados por equipos multidisciplinares de expertos (científicos y técnicos en hidrología e hidrogeología, edafología, botánica, ecología, etc.) que sean capaces de aplicar modelos ambientales dinámicos, capaces de predecir, de forma integrada y teniendo en cuenta las tendencias del cambio global, los cambios en los parámetros ambientales a corto, medio y largo plazo, asociados a la realización de cada proyecto. Recientemente, se está empezando a desarrollar lo que se conoce como ecoingeniería, que consiste, básicamente, en considerar todas las variables ambientales implicadas e incorporarlas como otra variable mas a tener en cuenta en el diseño de la tecnología, de modo que ésta trabaje con la misma dinámica que los procesos ambientales.

-¿Hasta qué punto es una cuestión política?
-Desde cualquier punto de vista, ya que afecta a todos los aspectos de la sociedad: económicos, ambientales, culturales, etc.; tanto familiar, como municipal y regional; y a todos los sectores industriales, agricultura, industria, producción energética, etc. El agua es un recurso natural escaso, preciado y frágil y, al propio tiempo, un bien económico de primera magnitud. Esto explica que la competencia por el agua y su consumo sea fuente de conflictos sectoriales, territoriales y naturalmente también ideológicos y políticos.

Un consenso necesario
-¿Considera descabellado el famoso Plan Hidrológico?
-Técnicamente creo que no se puede decir que sea "descabellado" un Plan Hidrológico, realizado por expertos que han demostrado sobradamente sus conocimientos y su valía en temas de hidrología y gestión del agua. Quizás se le puede achacar que adolece del consenso necesario que debe tener todo plan de uso de recursos en todo el Estado. Indudablemente, el Plan contiene muchos aspectos positivos y una serie de estudios técnicamente correctos que no deberían desaprovecharse. Científicamente, se considera un despilfarro estudiar algo ya estudiado y, en este sentido, no se debería partir de cero a la hora de elaborar un nuevo Plan Hidrológico, sino retomar todo lo que se considere adecuado, que probablemente sea mucho, y retocar para mejorar, en busca de consenso fundamentalmente, los aspectos que se considere oportuno.

-¿Cómo podría gestionarse el agua subterránea?
-Las aguas subterráneas vienen siendo utilizadas en varias cuencas como el Segura, Júcar o Guadiana, e incluso en los territorios insulares. En muchos casos, los acuíferos están siendo sometidos a un intenso proceso de sobreexplotación, lo cual tiene una repercusión negativa en el medio ambiente, tanto en la calidad de agua como en el progreso de la desertificación. Pero se da la paradoja, de que paralelamente a esta sobreexplotación en determinados lugares, en general las características y el potencial de importantes sistemas acuíferos es poco conocido, por lo que con estudios adecuados, cabría esperar mejoras en la gestión de la demanda de agua, asociadas a una mayor contribución de las aguas subterráneas, en particular para la gestión de las sequías mediante el uso combinado de aguas superficiales y subterráneas. En definitiva, a través de una mejor evaluación del potencial de los acuíferos se debería tender hacia una gestión más integrada de los recursos superficiales y subterráneos.

-¿Existen alternativas al PHN que puedan satisfacer a todas las partes implicadas?
-Después de dos intentos fallidos, cada una de diferentes signos ideológicos, parece claro que el único camino estará en el diálogo y la negociación política y territorial que permitan alcanzar un auténtico Pacto de Estado. Ahora bien, las diferentes alternativas que se sometan a diálogo deben estar validadas desde una perspectiva científico-técnica. Si se habla de desalación, trasvase, reutilización o ahorro hay que establecer un consenso científico de cantidades posibles, costos y aspectos positivos y negativos de cada una de ellas. Por ejemplo, en el caso de la desalación, que parece que cada vez cobra más fuerza como alternativa, hay que tener muy en cuenta que la capacidad de desalación de un territorio tiene una serie de limitaciones que vienen impuestas por aspectos tales como la disponibilidad de suficiente superficie de costa con posibilidad para instalar las plantas, la gran cantidad de energía que consumen, las importantísimas emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera con la repercusión en el efecto invernadero y los vertidos hipersalinos que producen efectos negativos en la fauna y flora marinas. Parece evidente, por tanto, que las alternativas más viables deben contemplar todas las posibilidades de transferencia, desalación, depuración, ahorro y reutilización.

La cuestión de los pantanos
-¿Debería replantearse la actual infraestructura de pantanos?
-Los pantanos se localizan en función de la orografía y la distribución geográfica de los canales de posible aprovechamiento. Quizás su ubicación estuvo excesivamente orientada al interés hidroeléctrico y no al de los usos consuntivos, pero ya queda poco margen para la rectificación.

-¿Cuáles son en su opinión los principios básicos que deben regir la gestión del agua?
-En el ámbito estatal, las estrategias de gestión del agua deben venir determinadas por las tres dimensiones básicas del desarrollo sostenible: cohesión y progreso social, rentabilidad económica y uso racional y conservación del medio. Con estas premisas, la elección de las alternativas más apropiadas, entre las que se consideren científicamente y ambientalmente viables, podría venir determinada, en el caso de trasvases, por el binomio diálogo-precio entre las regiones de origen y destino, tratando que el desarrollo económico, que pueda producir el uso del agua, sea equiparable en todas las áreas implicadas, lo que indirectamente repercutirá en una mejoría de la renta nacional.

Un centro de referencia
-El CEBAS cumple 50 años. ¿Qué papel jugará la institución en los próximos años?
-Es difícil comparar la importancia de las primeras aportaciones del CEBAS con las actuales, ya que cada tiempo tiene sus particulares circunstancias. La realidad es que a lo largo de estos 50 años de existencia el CEBAS ha experimentado un crecimiento con aportaciones relevantes en el ámbito científico y social que han contribuido a la mejora del sector agroalimentario regional y nacional y a la utilización mas racional y sostenible de los recursos. En la actualidad, disponemos de una estructura científica y una dotación de personal especializado que nos permite abordar de forma multidisciplinar los grandes retos de la agricultura del futuro. El CEBAS tiene muchas posibilidades de llegar a ser el centro de referencia europeo en agroalimentación en ambientes semiáridos.