Pedro Miguel Echenique
Los científicos somos eslabones de una gran cadena
1 junio, 2006 02:00Pedro Miguel Echenique. Foto: Íñigo Ibáñez
El científico Pedro Miguel Echenique, premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica en 1998, llega el 1 de junio a la cátedra Economía y Sociedad de"la Caixa" dentro del ciclo de conferencias "Un horizonte para España", que tendrá lugar en su auditorio de Madrid. Echenique, que intervendrá con la conferencia titulada "Ciencia, tecnología y futuro", ha hablado con El Cultural sobre algunos aspectos de su intervención, entre los que destaca la situación que viven en estos momentos nuestros laboratorios.
-¿En qué medida la ciencia es una obra colectiva?
-En gran medida. La mayoría de los científicos somos pequeños eslabones de una gran cadena. Lo refleja la frase atribuida a Newton: "Si he podido ver tan lejos es porque me he apoyado en las espaldas de los gigantes anteriores". Para ilustrar la misma idea me gusta citar algo que leí en el diario de André Gide: "Todas las olas del mar deben la belleza de su perfil a las que les precedieron y se retiraron". Dicho esto también hay que señalar que toda obra colectiva se construye con aportaciones individuales. Algunas de estas aportaciones son cualitativamente diferentes. Provienen de personas que han sabido librarse de los prejuicios adquiridos y dejar volar libremente su imaginación produciendo con creatividad grandes avances en la ciencia.
-¿Cree en el "tirón" de los grandes cerebros de la ciencia actual?
-Creo que hay contribuciones singulares de personas singulares. Muchos de los grandes cerebros de la ciencia actual son personas desconocidas para el gran público.
Ciencia creativa
-¿Es una buena señal que muchos de esos grandes cerebros vuelvan para desarrollar proyectos de peso?
-Depende de lo que se entienda por proyecto de peso. La ciencia por encima de todo es creatividad y no puede desarrollarse como receta. Un proyecto tecnológico-científico como el proyecto Manhattan lo fue en su momento, podría considerarse un proyecto de peso, pero allí la ciencia clave se conocía en gran parte. Mucho del sosiego y de la labor creativa que es la ciencia se desarrolla mejor en grupos pequeños empujados por la creatividad individual de sus componentes y de sus directores. Así lo he visto yo en el Cavendish Laboratory o en el Laboratorio de Biología Molecular de Cambridge. De lo dicho se deduce que para construir una base sólida, estable y con futuro para nuestro país me inclino por comenzar por construir una red de pequeños institutos, en las condiciones adecuadas, en lo personal y en lo profesional para nuestros jóvenes investigadores que ya han demostrado gran preparación y excelencia en la competencia internacional. Creo más en ello que en grandes operaciones mediático-millonarias.
-¿Pagaremos a medio plazo la falta de inversión en i+D?
-Si miramos a las posiciones que ocupamos en las listas de competitividad o a nuestra capacidad de innovación parece que ya lo estamos pagando.
-¿Qué ocurrirá si España no se sube de pleno derecho al carro de la ciencia y la tecnología?
-Que no formaremos parte del grupo de países desarrollados.
-¿Vale la misma fórmula de planificación para la ciencia que para la tecnología? ¿Qué diferencias hay entre una y otra?
-Yo no soy un experto ni en planificación científica ni en planificación tecnológica. El sentido común me dice que las fórmulas no pueden ser iguales pero seguramente tendrán algunos ingredientes comunes. Crear las condiciones para que florezca la creatividad y dejar libertad de acción a los científicos y tecnólogos no estará lejos de una buena política sea científica o tecnológica. Hoy en día, en muchos campos no es tan fácil separar lo que es ciencia y lo que es tecnología. La buena ciencia suele abrir el paso a la tecnología y desarrollos tecnológicos permiten contestar a preguntas importantes de la ciencia e incluso abren el camino para formular nuevas preguntas. Ya se habla de tecnociencia como un solo bloque.
El arte de lo resoluble
-¿Qué puntos en común encuentra con la política?
-La política es el "arte de lo posible", y la ciencia, decía Medawar, es el "arte de lo resoluble". Creo que lo leí en un bello discurso,"Elogio de la tecnología", de un gran ingeniero vasco Manu Sendagorta en el que decía que la ingeniería es el "arte de lo realizable" dentro de los límites de coste y tiempo. Para hacer posible el avance, la política científico-tecnológica tendrá que tener en cuenta los aspectos comunes y los diferentes. Claro que es más fácil decirlo que acertar al hacerlo...
-¿De qué manera considera que en estos momentos la ciencia forma parte importante de la cultura moderna? ¿Son el átomo, el gen y el computador las tres patas de ese banco?
-De una forma total. Muchas de las preguntas importantes de la cultura del pasado han sido contestadas por la ciencia que ha creado al hacerlo nuevas preguntas. La ciencia es una aventura intelectual, una parte esencial de la cultura moderna que en los últimos años ha revolucionado nuestra concepción del mundo y de nosotros mismos. El edificio conceptual de la ciencia moderna es una gran obra cultural colectiva de la humanidad. La física, con las teorías de la relatividad y la mecánica cuántica como soportes conceptuales, es un pilar básico de este edificio. átomo, gen y computador son tres palabras que yo uso en mis charlas para sintéticamente resumir el avance de la ciencia del siglo XX en el conocimiento de la materia, de la vida y de la complejidad. Yo no diría que son las tres patas del banco, aunque sí componentes importantes.
-¿La cultura del siglo XXI será científico-tecnológica o no será?
-Lo será en gran parte. Ya lo ha sido también en el siglo XX. Es importante, lo decía recientemente Ginés Morata, que la sociedad en general y los políticos en particular deben tomar conciencia de este hecho para que actúen en consecuencia.
-¿Cree que el futuro inmediato de la ciencia pasa por la ingeniería atómica? ¿Podría hablarse de una nueva revolución?
-Yo no creo que el futuro de la ciencia pase por una sola cosa. No sé ni si será decisiva. Niels Bohr aconsejaba a los científicos no hacer predicciones, sobre todo sobre el futuro. Sin duda pensaba que el futuro ya no es lo que era. Muchas predicciones sobre el futuro hechas por grandes científicos y tecnólogos han resultado falsas. La ingeniería atómica o nanotecnología se anuncia como la gran revolución industrial del futuro. Es posible, aunque si las revoluciones del pasado hubiesen estado tan anunciadas seguramente no hubiesen llegado. Por otro lado, abre un infinito de probabilidades de las que, yo al menos así lo espero, surgirán cosas importantes, seguramente inesperadas, y no tanto las anunciadas.
Necesidad de energía
-¿Qué piensa del debate en torno a la recuperación de la energía atómica? ¿Sería viable un mundo sin esta energía?
-El problema de un abastecimiento suficiente de energía será uno de los grandes desafíos de la humanidad, junto, quizás, con el del agua y dentro del problema general del equilibrio con el entorno natural. Si países como India y China y otras lógicamente avanzan tal como lo están haciendo en sus economías y con un modelo esencialmente similar al nuestro actual, la necesidad de energía en el mundo crecerá mucho. Habrá que medir las consecuencias de un tipo u otro de energía. Y la sociedad tendrá que decidir democráticamente, con la información científica correcta, entre las opciones y los riesgos que representan. La energía nuclear, con las máximas garantías en la construcción de las centrales y en el tratamiento de los residuos, nos será necesaria creo yo, al menos durante bastante tiempo. Por eso sería una irresponsabilidad parar las investigaciones sobre tecnología nuclear porque en estos momentos algunos países puedan pasar sin ella. Tenemos que tener todas las opciones abiertas.
El siglo de la información
-¿Qué papel juega la Física en la carrera por el desarrollo?
-Un papel crucial. A veces se dice, en mi opinión temerariamente, que el siglo XIX fue el siglo de la química, el XX el de la física y que el XXI será el de la biología. Las generalizaciones son peligrosas. Quizás el XXI sea el de la información. No lo sabemos. En cualquier caso será el de la interdisciplinariedad, siempre desde la excelencia en la propia disciplina. En nanotecnología lo estamos viendo, la biología, la física y la química convergen abriendo infinitas posibilidades. La física en este siglo ha aportado a la biología conocimiento, instrumentos y habilidades pero por encima de todo y en palabras de Max Delbruck ha aportado una actitud, la importancia de buscar "explicaciones físicas radicales para el comportamiento celular". La física es transversal a muchas ciencias y es la columna vertebral de la tecnología de nuestra época. Juega, y probablemente jugará, un papel relevante en la carrera por el desarrollo.
-Usted ha señalado que los físicos son los "profetas del universo". ¿Cabe explicar la ciencia en clave religiosa?
-Esta es una bella frase que le oí a mi buen amigo Alberto Galindo. él dice que los físicos son los "historiadores y los profetas del universo". Tratamos de entender lo que ocurrió al principio cuando el tiempo y el espacio surgieron de una gran explosión, y a la vez predecir el futuro estado del universo. Queremos saber de qué están hechas las cosas, parece que de electrones, neutrinos y quarks y cuáles son las leyes que gobiernan las interacciones entre partículas, átomos, planetas, etc. y también tratamos de entender cómo surge la complejidad de la materia actual, la naturaleza "real" de los objetos "normales", aquí y ahora a través de la interacción entre átomos y moléculas, esencialmente gobernadas por la ley de Coulomb y el principio de exclusión de Pauli. En esta búsqueda muchas veces se llega al origen y surge la pregunta de la trascendencia, pero esa pregunta no es una pregunta científica, lo cual no quiere decir que no sea importante sobre todo para el que se la hace. La ciencia no puede asegurar al creyente su creencia. No creo que quepa explicar la ciencia en clave religiosa. Es cierto que hay científicos que, maravillados por el orden y belleza que encuentran en el universo, ven obvia la existencia de un ordenador, otros por el contrario ven claro que es fruto de azar y casualidad y algunos insisten en que cuanto más conocemos el universo más parece "sin sentido". Yo creo que la ciencia contesta al "cómo" y no puede contestar al por qué ni al para qué.
Un horizonte multidisciplinar
Por la cátedra de "la Caixa" han pasado importante figuras científicas. Cabe destacar al cardiólogo Valentín Fuster, que intervino el pasado día 2 de marzo con la conferencia "En la frontera de la biomedicina". Fuster lleva adelante en estos momentos otro de los proyectos científicos más importantes de nuestra ciencia: el Centro de Investigaciones Cardiovasculares. Fuster lo compagina con la dirección del Instituto Cardiovascular Mount Sinaí de Nueva York y con la publicación de libros como el recientemente publicado La ciencia de la salud (Planeta). "Educación e investigación: prioridad absoluta" es el título de la conferencia con la que el catedrático de Física de la Universidad de Barcelona Rolf Tarrach participó en el ciclo "Un horizonte para España". En la actualidad, Tarrach es rector de la Universidad de Luxemburgo.
Pero no sólo la ciencia tiene cabida en el ciclo de "la Caixa". En su auditorio de Madrid han intervenido, entre otros, el presidente de la Academia de la Lengua Víctor García de la Concha con "Lengua y comunidad: el horizonte del español" y la catedrática de Etica y Filosofía Adela Cortina, que abordó los valores y comportamientos en nuestra sociedad a través de la ponencia "Ciudadanía: valores y comportamientos". El próximo día 12 participará en el ciclo el escritor Mario Vargas Llosa (que acaba de publicar la novela Travesuras de la niña mala) con la conferencia "Las ficciones del siglo XXI".