Ciencia

De Poincaré al deshielo

Análisis

28 diciembre, 2006 01:00

El catedrático de Fisiología Francisco Mora recorre los avances de un año en el que el Congreso de Matemáticas de Madrid de agosto validó la resolución del teorema de Poincaré por el ruso Grigori Perelman.

Un año más. Y con ello también algo más de luz sobre quiénes somos y lo que nos rodea. El año 2006 no ha brindado espectaculares descubrimientos científicos, como tampoco lo hizo el 2005. Pese a todo, tuvimos noticias de la resolución del Teorema de Poincaré por el matemático ruso Grigori Perelman. El hito ha sido destacado recientemente por la revista Science como el principial actontecimiento científico del año. Sin duda que es un acontecimiento intelectual de primera magnitud la resolución de un enigma que ha desafiado a las mentes matemáticas más brillantes durante un siglo. Sin embargo, su alcance social no lo ha sido tanto como el descubrimiento de parte del genoma del hombre del Neandertal o el claro cambio climático con el aumento de la temperatura global del planeta y el deshielo de los polos, hitos en los que El Cultural ha coincidido con la revista Science.

2006 nos trajo también la posible existencia de agua líquida en Marte y, en quizá pequeñas gotitas, pero que han salpicado tres o cuatro veces las páginas de Nature y Science, el cerebro y su posible continua evolución biológica en el ser humano de hoy. Al terminar 2005 pensábamos, a propósito del "aterrizaje" de la sonda Huygens en Titán, que podría existir vida en aquel satélite de Saturno. ¿Qué tipo de vida? nos preguntábamos entonces. Parecidas preguntas se levantan ahora con los datos aportados por la NASA sugiriendo que el agua puede correr por las laderas de las montañas de Marte.

Los datos sobre bloques de hielo en las profundidades de Marte ya datan del año 2000. Pero la posible existencia de agua líquida en su superficie, brotando de las profundidades, ha levantado enormes expectativas acerca de la probabilidad de vida en el planeta Rojo. Y aun cuando sólo fuese vida unicelular, o incluso de moléculas capaces de autorreplicarse, como el ADN, ¿como estaría éste organizado en su secuencia? También el 2005 terminó con el análisis del genoma del chimpancé y supimos que comparte más del 98,5 del DNA con el ser humano. En el 2006 ha sucedido otro tanto con uno de nuestros más cercanos parientes evolutivos, el hombre de Neandertal. Este año ha sido prolijo en datos basados sobre los restos de los últimos neandertales y su dramática última participación en la historia de la evolución humana, hace de esto unos 28.000 años. La interacción de neandertales y el hombre moderno (sapiens) sigue intrigando al mundo de los paleoantropólogos pues ambos grupos coexistieron en Europa durante casi 10.000 años. ¿Se conocieron? ¿Lucharon entre ellos? ¿Se aparearon?

En cualquier caso el último mes de noviembre Science publicó la secuencia de 65.250 pares de bases del DNA recuperada de un esqueleto de Neandertal de hace 38.000 años. En ella se pudo comprobar que en ciertos trozos de éste DNA, cuya secuencia de nucleótidos es idéntica a la del chimpancé, es donde precisamente existe una secuencia diferente con la de los humanos modernos. Quizá lo mas interesante de estos estudios de comparación entre los genomas de ambas especies es que éstos son idénticos en al menos el 99,5% y que el antecesor común de ambos vivió hace unos 706.000 años, separándose y siguiendo evoluciones diferentes hace unos 370.000 años.

Llevamos tiempo poniendo énfasis en el cambio climático y sus consecuencias. Y ha sido este año 2006 en el que varios estudios han confirmado el calentamiento del planeta que parece progresivo y lleva un paso de alcanzar un aumento de la temperatura global de 2º C para el año 2035 y de 5º C si estas presunciones se hacen a más largo plazo. Esto provocaría un deterioro del medio ambiente en un punto de no retorno, que afectaría de modo deletéreo y significativo a los bancos de pesca oceánicos y los bosques. De hecho, en el momento actual la producción de dióxido de carbono (CO2) es ya casi tres veces más alta que la capacidad de absorción que tienen los océanos y la tierra.


Se estima que cientos de millones de personas pueden padecer hambre e insuficiencia de agua a medida que siga progresando el calentamiento global. De no actuar "ya" y según el informe Stern, las consecuencias económicas de este problema podrían alcanzar cotas no manejables por los gobiernos. Y finalmente nuestro cerebro. Avanzo lo que pudiéramos ver como acontecimiento científico para el año 2007 o tal vez 2008 a juzgar por las especulaciones vertidas en Nature y Science. Me refiero al tamaño de nuestro cerebro y sus capacidades. ¿Prosigue la evolución biológica del cerebro? ¿Llegará la especie humana a poseer un cerebro más grande en el futuro? El tamaño del cerebro no aumentará más debido a que ya ha alcanzado el límite permitido por el tamaño de la pelvis de la mujer. Las puertas se abren ahora, de par en par, a la especulación sobre la evolución "funcional" del cerebro. Mutaciones en genes que gobiernan la síntesis de proteínas en las sinapsis son candidatos a estos procesos aleatorios que puedan aumentar (¿o disminuir?) nuestras capacidades.

Especial Los mejores de 2006