Image: Joan Massagué

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Ciencia

Joan Massagué

“Tenemos que seguir captando talento, venga de donde venga”

21 junio, 2007 02:00

Joan Massagué. Foto: J. Cotera

El IRB de Barcelona y el Memorial Sloan-Kettering Cancer Center de Nueva York son sus principales lugares de trabajo. Joan Massagué, Premio Príncipe de Asturias de 2004 que participará en Madrid el día 27 en la Cátedra de "la Caixa" Economía y Sociedad con la conferencia "Promesas y retos de la investigación oncológica de España", ha hablado con El Cultural sobre sus recientes trabajos en torno al cáncer y sobre el futuro de esta enfermedad.

El Instituto de Investigación Biomédica de Barcelona es, en estos momentos, una de las prioridades de Joan Massagué (Barcelona, 1953). A su responsabilidad en el programa de Genética y Biología del Cáncer en el Memorial Sloan-Kettering Center de Nueva York y en el Howard Hughes Medical Institute, añade su dedicación al centro barcelonés. "La idea es sumar especialidades científicas, tecnológicas y médicas -señala Massagué- para formar nodos integrados, potentes y con fuerte presencia internacional. Éste es el espíritu que impregna la creación del Instituto de Investigación Biomédica y, por supuesto, también el Laboratorio de Metástasis (Metlab), integrado en el Programa de Oncología y diseñado para que sea un laboratorio muy abierto".

-¿Qué repercusión clínica cree que puede tener su reciente trabajo sobre identificación de genes implicados en el cáncer de mama?
-Las pruebas clínicas con enfermos nos permitirán saber si este cóctel de medicamentos dirigidos a actuar contra los genes implicados en la diseminación de un cáncer de mama al pulmón, es tan eficaz como lo ha sido contra las células cancerosas tratadas en el laboratorio. Sabremos los posibles beneficios sobre el paciente en cuatro o cinco años. Normalmente, entre dar con una nueva diana en el laboratorio y la validación de un nuevo fármaco o un nuevo tratamiento transcurren unos 15 años, pero en este caso los beneficios podrán llegar antes porque lo que hemos comprobado en nuestro laboratorio es la eficacia de una combinación de fármacos que existen en el mercado.

-¿Pueden curarse algunos tipos de cáncer en su fase inicial?
-Aunque son cifras muchas veces desconocidas, los estudios epidemiológicos indican que el 66% de los tumores que no se encuentran en fase de metástasis se curan totalmente o se hacen crónicos. El cáncer de mama, el cáncer de pulmón, el de próstata, el cáncer de colon, son sólo algunos ejemplos de cánceres que si se detectan en un estado inicial se pueden curar. Los esfuerzos de investigación realizados en estos últimos treinta años han permitido avances muy significativos en prevención y diagnóstico precoz -como en el caso del cáncer de mama-, y también las mejoras en cirugía, radioterapia y farmacología han permitido disminuir sensiblemente la mortalidad asociada al cáncer. De hecho, la causa eventual de casi el 90% de las muertes por esta enfermedad se debe a la metástasis, es decir, a la propagación del tumor original hacia otros órganos vitales. Por este motivo, nuestros esfuerzos están dedicados a desvelar las incógnitas pendientes sobre este complejísimo proceso.

Fármacos más eficientes
-¿Queda mucho camino para acorralar definitivamente el cáncer?
-El progreso conseguido en los últimos años muestra que vamos por el buen camino para dominar el cáncer en la primera mitad de este siglo XXI. Estamos recogiendo los frutos de la investigación iniciada en la década de los ochenta y noventa, con la aparición de fármacos más selectivos y eficientes. Esto, junto con el conocimiento del genoma humano, nuevas técnicas de análisis y visualización, nos abren un horizonte lleno de oportunidades. Podríamos decir que hemos recorrido entre el diez y el quince por ciento del trayecto que tenemos por delante. Actualmente ganamos nuevo conocimiento en menor tiempo, así que la impresión actual es que en un plazo de tres o cuatro décadas se puede llegar a obtener un conocimiento suficiente sobre la mayoría de los procesos tumorales.

-En relación a su conferencia en la cátedra de "La Caixa", ¿en qué situación se encuentra la investigación oncológica en España?
-Hay excelentes investigadores especializados en cáncer trabajando en España. Pero tradicionalmente, a pesar del talento que existe en España, los resultados de investigación básica encuentran obstáculos para ser transformados en resultados tangibles. Habría que encajar de un modo más eficiente las tres piezas de la maquinaria que trabaja contra el cáncer: la investigación básica, la investigación clínica y la investigación farmacéutica.

-Con los conocimientos actuales, ¿qué papel juegan los fármacos para atajar este tipo de patologías?
-Son fundamentales. Hoy ya existen algunos fármacos más selectivos que surgen de investigaciones iniciadas treinta años atrás, cuando los científicos nos sumergimos en los procesos moleculares y celulares involucrados en el desarrollo de los tumores. Esa es la dirección: obtener nuevo conocimiento, buscar nuevas dianas e ir sustituyendo los fármacos más agresivos por otros que se dirijan únicamente hacia el gen o la proteína que interesa atacar, minimizando los efectos secundarios. Debemos ir hacia un tratamiento a la carta, distinto para cada tipo de cáncer.

-¿Qué líneas de investigación destacaría del IRB Barcelona?
-Hemos unido bajo un mismo techo especialidades en distintas subdisciplinas para tratar de obtener una imagen íntegra de los procesos que gobiernan la vida. Agrupamos expertos en biología, bioquímica y biocomputación. Los 25 grupos de investigación están integrados en cinco grandes área. Un primer programa realiza estudios al nivel molecular, donde se miran moléculas individuales, cómo interaccionan entre ellas, y su encaje y función en engranajes biológicos más complejos. Una segunda línea se dedica al diseño y la síntesis de pequeñas moléculas que, por ejemplo, se puedan utilizar para reparar proteínas. También tratan de entender cómo los medicamentos afectan a las moléculas. El tercer programa se ocupa de estudiar cómo la información del genoma es utilizada para crear estructuras dentro de la célula, para guiar la formación y la regeneración de tejidos y crear un organismo completo. El cuarto ámbito de estudio investiga las bases moleculares de enfermedades metabólicas y genéticas. Finalmente, otra línea se ocupa de estudiar aspectos diversos del inicio y la progresión de tumores, la relación entre células madre y cáncer, y los programas celulares que permiten la metástasis.

-¿Cree que con instituciones como el IRB podremos traer a los científicos españoles que se encuentran trabajando fuera?
-Tenemos el ejemplo de científicos españoles reconocidos internacionalmente que ya están trabajando en centros abiertos recientemente. Pero hay que seguir captando más talento, venga de donde venga, tenga la nacionalidad que tenga. Hay que perseverar en la creación de sinergias positivas y ofrecer garantías a los científicos que están fuera para que se involucren en proyectos españoles y centros españoles.

-¿Qué echa en falta en la investigación española en unos momentos en los que se respira cierto optimismo en los laboratorios?
-Dejando de lado lo que todos ya conocemos, que es una mayor inversión económica, se trataría de trabajar para obtener un mejor liderazgo en la gestión científica, una estabilidad sostenible en los esfuerzos políticos, y una actitud más favorable hacia la ciencia en la sociedad civil.

Apoyo filantrópico
-¿Cree que pueden aplicarse en España algunas formas de funcionamiento del sistema creado en Estados Unidos?
-Algo que sin duda cabría potenciar es el apoyo a la investigación por parte de fondos privados. La filantropía es fundamental para la ciencia de cualquier país y en España es todavía muy escasa. Siempre pongo el ejemplo de mi laboratorio de Nueva York. Pudimos despegar en un proyecto muy nuevo y muy costoso -el proyecto metástasis- gracias a los donativos de personas con muchas posibilidades económicas. Si se invierte bien se obtienen resultados que benefician a todos. La inversión privada es fundamental pero se deberían mejorar los incentivos fiscales. El retorno de las inversiones en investigación biomédica es extremadamente positivo y el conocimiento genera patentes y riqueza.

-¿Qué le pediría, entonces, a los gobernantes para potenciar la investigación?
-Una acción muy necesaria y que ayudaría a proyectar definitivamente la ciencia española sería la elaboración de un pacto de Estado que mantuviera un compromiso de continuidad y estabilidad para la ciencia, independientemente del color del partido político que gobierne. Sin sostenibilidad, cualquier inversión política o económica en investigación está abocada al fracaso.