Image: Barbacid tira la toalla

Image: Barbacid tira la toalla

Ciencia

Barbacid tira la toalla

El investigador español, pionero en la creación de centros de referencia, abandona la dirección del CNIO bajo el fantasma de la falta de presupuesto para el organismo

30 septiembre, 2009 02:00

Mariano Barbacid. Foto: EFE

Javier López Rejas
Total sintonía con el Ministerio de Ciencia e Innovación, motivos personales y la urgente necesidad de dedicarse plenamente a la investigación en su grupo de Oncología Experimental. Esta es la versión oficial que desde el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas se da de la dimisión de Mariano Barbacid al frente de una de las instituciones estrella de la ciencia española. Detrás, la drástica reducción de los presupuestos para la investigación civil (257 millones de euros para el próximo año).

En la reunión del patronato de la fundación que rige los destinos del centro celebrada ayer (y que se reúne una o dos veces al año), Barbacid pidió el relevo. Para el científico, se habían cumplido los objetivos. "Deja la institución entre las diez más prestigiosas del mundo, y no porque lo digamos nosotros sino por el impacto de sus publicaciones", han señalado fuentes del CNIO a El Cultural.

Pese a que la reducción presupuestaria y las luchas internas por conseguir más medios para el centro, tanto desde el Ministerio como desde el CNIO niegan que éstas hayan sido las causas que hayan llevado a Barbacid a tomar una decisión que, en el fondo, ha sentado como un mazazo en el sector. "Existe una remanente de años anteriores -señalan desde el centro-. Podría afectar mínimamente pero la financiación del CNIO tiene otros recursos que no dependen enteramente de los presupuestos del Estado".

La figura de Barbacid es una de las más representativas de nuestra ciencia. No sólo por sus aportaciones a la investigación en torno al cáncer en prestigiosos centros de EEUU sino por su capacidad para abrir nuevos caminos para nuestra ciencia en los últimos diez años, década imprescindible para entender la proyección de los laboratorios españoles. Gracias a iniciativas como la que lideró en 1998 numerosos científicos de diversas disciplinas han ido dejando, o compatibilizando, sus trabajos en el extranjero para concentrar su talento en organismos de nueva creación. Podrían mencionarse nombres como Valentín Fuster (CNIC), Juan Carlos Izpisúa (CIMR) o Joan Massagué (IRB).

Que Barbacid tire la toalla hace temer un efecto dominó entre nuestros científicos. Por eso, es de esperar que sea un caso aislado, que sus motivos sean realmente los aducidos y que la Ministra de Ciencia e Innovación tome buena nota de la pendiente a la que nos lleva esta política gubernamental.