Cine

La vida es bella

28 febrero, 1999 01:00

Director: Roberto Benigni Con Roberto Benigni, Nicolatta Braschi y Giustino Durano

La carrera de Roberto Benigni desconcierta. Cómico popular en Italia, en el resto del mundo es considerado casi un actor de culto gracias a sus colaboraciones con directores de la talla de Costa Gavras, Jarmusch o Fellini. Como director (debutó en 1983), opta por conciliar sus inquietudes personales con un cine que, si bien ha cuajado en Italia, no ha tenido la misma suerte fuera. Ahora, con "La vida es bella", ha conseguido romper su techo artístico. La película, que ha conseguido siete nominaciones a los Oscar, empie- za como una comedia y termina como una tragedia con una naturalidad y fluidez aplastantes. El cortejo amo- roso que el protagonista (Benigni) establece con la profesora del pueblo provoca situaciones herederas de Charlot y de Vittorio de Sica. Y estos autores están presentes también cuando aparece con crudeza la sinrazón del nazismo y del holocausto. Las imágenes comparten entonces el espíritu que ayudó a Chaplin a crear "El gran dictador": Benigni se propone defenderse de la brutalidad de la vida en un campo de concentración con la imaginación, y desarmar el horror con la risa. La vitalidad de Benigni y su profunda concepción humanista de este drama histórico, que se toma tan en serio que sólo puede narrarlo a través de una fábula, hacen de ésta una película sentimental en el término más noble del término. Es imposible mantenerse al margen del torrente de emociones que pone en juego con una generosidad y valentía desarmantes.