Image: Con vídeos y a lo loco

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Cine

Con vídeos y a lo loco

XXIII Festival Internacional de cine de Elche

19 julio, 2000 02:00

Una escena de "El equipaje abierto", de J. Rebollo

A pesar de que el cortometraje gana adeptos en nuestro país, hay muchos realizadores que no pueden asumir los gastos del cine y sus trabajos quedan destinados a las pocas secciones oficiales que para vídeos ofrecen los festivales españoles. Uno de ellos es éste: el Festival Internacional de Cine Independiente de Elche que el viernes se inaugura. Este año, la organización ha recibido 116 películas en este formato, de las que 46 han sido seleccionadas para la sección oficial que, por vez primera, se divide en los tres apartados de rigor: ficción, documental y animación. A pesar de que el certamen lleva en su denominación la palabra Internacional, no hace, en esta ocasión, honor a su nombre ya que sólo tres de los vídeos son extranjeros (argentino, francés y yugoslavo). Claro que hay que tener en cuenta las dificultades que para los directores supone enviar los trabajos fuera de su país. Y es que los realizadores de vídeo ejercen, en solitario y sin más dinero que el que estén dispuestos a perder, tareas de producción y distribución.

Pero, al parecer, las cifras deslumbran más que la técnica en esta XXIII edición (en cuanto a vídeos se refiere). José Jurado, director del evento, comenta que este año "la calidad no es tan buena como en la pasada edición. En 1999 había vídeos muy cuidados. Hay que tener en cuenta que la mayoría de los directores son amateurs. Sí cabe destacar la presencia de buenos documentales (ocho a concurso)".

De hecho, una de las películas que parten como favoritas es el vídeo de Raúl Román, Francec Catalá Roca, un documental sobre la figura del fotógrafo catalán. "Me gustaría que éste fuera el primero de una serie sobre fotógrafos españoles. Pero esto es todavía un proyecto", cuenta el realizador.

Cortometrajes digitales

El soporte digital ha ayudado mucho a mejorar la calidad de las películas rodadas en vídeo y el montaje en el ordenador abarata su precio, así que no es de extrañar que cada vez sea mayor la competencia que los vídeos hacen a los cortos en 35 mm. "El formato es una cuestión puramente económica -dice Pedro Aguaviva, que concursa con Farsantes-; el lenguaje es siempre el mismo. Yo me encuentro muy a gusto en este campo, mucho más libre que en formatos más comerciales".

Pero para la mayoría el vídeo es sólo el primer paso, "el siguiente es la película en 35 mm.", dice David Cuesta, director de Los ojos cerrados, que también concursa en el festival. "Los certámenes nos vienen muy bien a los realizadores -comenta-. Yo he podido grabar este corto gracias a los premios del anterior, Cupido es áspero".
Publio de la Vega, director de Cómo no se hizo, es más crítico, y no sólo en el mensaje de su película (que narra el fracaso de un cortometraje), sino también con los festivales de vídeo: "Aunque lo incluyan en su programación, sigue siendo un formato marginado. Si hay que recortar presupuesto, la organización lo quita de los vídeos. Ni siquiera nos invitan al festival", se queja el realizador.

A pesar de todo, no hay duda de que, para los directores de vídeos, no hay otro modo de proyectar sus trabajos si no es en un festival como el de Elche.

HISTORIAS DE CELULOIDE

Aunque los vídeos cobran especial importancia en este festival, las historias en celuloide siguen siendo las estrellas. Cuarenta y dos cortometrajes rodados en 35 mm. compiten en esta XXIII edición. Aunque la mayoría de las películas de esta sección ya han sido exhibidas en otros festivales, hay algunas que llamarán la atención de los espectadores. Es el caso de las alemanas Emergency Break, de Philipe Wohlleben, y Sind Sie Luigi?, de Stephan Bröggenthies, o de la argentina La prueba, de Diego Lerman, los tres cortos extranjeros de la sección. Entre los españoles, podremos ver en pantalla grande el último corto de Rodrigo Cortés, 15 días; Torre, una buena película de terror psicológico de Oskar Santos; Dos niños solos, de Ramón de Fontecha, entre otros filmes. Más cortos internacionales se pueden encontrar en la sección de 16 mm. (formato más popular fuera que dentro de nuestras fronteras): la película húngara Americana, de Hanckik János; la norteamericana Beila was a Baba-Kazak, de Dina Kagan; y las alemanas Il passo, de Félix Rohde, y Vamos a actuar, de Maru Solores, que concursan junto con tres españolas.