Image: Machuca

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Cine

Machuca

Director: Andrés Wood

10 junio, 2004 02:00

Matías Quer es Gonzalo en Machuca, de Andrés Wood

Intérpretes: Federico Luppi, Aline Köpennheim. Guionistas: Mamoun Hassan, Roberto Brodsky y Andrés Wood. Estreno: 11 junio 120 minutos

En la secuencia culminante de Au revoir, les enfants (Louis Malle, 1987), los alumnos de un colegio religioso despiden a coro y en voz alta -bajo la vigilancia amenazante de los soldados nazis- a uno de sus profesores ("Adiós, padre...") como homenaje al sacerdote católico que había protegido a un compañero judío y como desafío implícito frente a los alemanes, que se lo llevan detenido. Al final de Machuca (Andrés Wood, 2004), los alumnos de un colegio religioso, de educación inglesa, despiden de la misma forma a su director ("Adiós, padre MacEnroe..."), como reconocimiento al inspirador de su educación y como simbólica protesta frente a la detención del sacerdote por parte de los militares.

La primera de estas historias transcurre en la Francia de 1944, ocupada por el fascismo hitleriano. La segunda culmina en el Chile de 1973, consumado ya el golpe de estado impuesto por Pinochet. Las dos están protagonizadas por sendos niños de la misma edad (once años) y del mismo estrato social (la burguesía acomodada), las dos cuentan un proceso equivalente de iniciación, las dos tienen sus raíces profundamente ancladas en la memoria autobiográfica de sus directores respectivos y las dos están trazadas desde la mirada infantil que trata de afianzarse frente al mundo en medio de aquellas encrucijadas.

En la primera, el sacerdote se vuelve hacia los niños y responde: "Au revoir, les enfants...". En la segunda, el director contesta: "Good Bye, Boys...". Y como esta última secuencia no puede ser otra cosa que un homenaje explícito a la hermosa obra de Louis Malle, comprendemos entonces que la puesta en escena del cineasta chileno -amén de calificar expresamente a los militares golpistas como herederos del viejo fascismo europeo- bebe de fuentes nobles y confiesa abiertamente su inspiración.

La película de Andrés Wood reconstruye el camino vivido por la sociedad chilena desde los últimos momentos del gobierno de Salvador Allende hasta los primeros días de la dictadura militar. Lo hace desde la perspectiva de Gonzalo, un niño de familia burguesa, pero el film toma su título del amigo pobre del protagonista, Pedro Machuca, que vive en las poblaciones chabolistas, se convierte en el metafórico lazarillo de Gonzalo, le hace descubrir una sociedad muy distinta a la suya y le muestra la realidad de la exclusión social.

Frente a esta última, humillada y golpeada con violencia por el fascismo, vivirá precisamente Gonzalo una experiencia tremenda y compleja (aquella en la que recurre a su instinto de clase para salvarse): un instante privilegiado de cine, y de vida, que nos devuelve a lo más profundo y doloroso de la vivencia humana, al abismo donde la inocencia puede convertirse en crueldad, donde el miedo adormece la solidaridad y donde el niño empieza a convertirse en adulto traicionando sus propios sentimientos. Una estremecedora metáfora que condensa el sentido profundo de esta modesta pero lúcida película.