Image: Felipe Vega: “Nubes de verano trata sobre los frágiles cimientos que sustentan el amor”

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Cine

Felipe Vega: “Nubes de verano trata sobre los frágiles cimientos que sustentan el amor”

Lo mejor del año: Cine

30 diciembre, 2004 01:00

Felipe Vega. Foto: Iñaki Andrés

Especial: Lo mejor del año

No sin cierta sorpresa, Nubes de verano pasó casi desapercibida por nuestras pantallas, si bien ha sido la película española del año más votada por los críticos de El Cultural. Felipe Vega, su director, habla aquí del filme.

-¿Está de acuerdo en que Nubes de verano trata las relaciones sentimentales desde el desencanto que produce el paso del tiempo?
-Más que desencanto yo hablaría de una ironía, una especie de sarcasmo o de cinismo, pues es el tipo de humor que nos une a Manuel Hidalgo y mí y que inevitablemente estaba presente cuando escribimos el guión. Ese humor aparece ya en el punto de partida "hitchcockiano" de la película, que procede de Extraños en un tren. Es decir, dos personas se ponen de acuerdo para cometer un crimen y hacerse un favor mutuamente. Aquí el crimen es la seducción, el adulterio. Hay una trama que hemos jugado en términos de suspense, pero sin olvidar que hablamos de personajes muy cercanos, fácilmente identificables, y que nos dirigimos a un espectador que busca en el cine el reflejo y las sombras de su propia vida.

-Aparte de Hitchcock, también hay una clara vertiente rohmeriana en el tratamiento de la historia.
-Lo cierto es que yo he pensado más en escritores como Chéjov o Carver. Me interesaba mucho la ambigöedad de los personajes, los pequeños detalles, las historias en las que parece que no pasa nada, pero en las que sus protagonistas se están jugando la vida.

Idea impresionista
-Se ha dicho que demuestra una gran habilidad para dotar de naturalismo a lo que cuenta. Sin embargo, en la película interviene mucho el plano metafórico.
-Se ha hablado mucho del realismo de la película, pero en el fondo creo que se enmarca más en una idea impresionista, de pequeños trazos. Creo que la gran estrella de la película es el paisaje. La naturaleza es protagonista, es un factor fundamental para incidir en la estacionalidad climatológica apuntada en el propio título, que por cierto está robado de una película del japonés Mikio Naruse.

-Entre los muchos temas que aborda la película, ¿cuál cree que es el principal?
-Creo que la película trata sobre los frágiles cimientos que sustentan el amor.

-¿Busca que el espectador se vea reflejado en los personajes que ha construido?
-Debo decir que todos los personajes de la película existen. Los conozco y puedo ponerles nombre. Hemos utilizado la imaginación para ordenar la realidad, pero, de todos los guiones que he dirigido, este es el que mejor se acerca a la idea de interpretar una realidad. El espectador no puede identificarse con un sólo personaje, sino que debe observar a todos, estudiarlos, intentar adivinar sus actos, para poder entender aunque sea a su manera qué es lo que realmente está ocurriendo.

-Como si fuera un juego de guión, oculta el momento quizá más importante de la película, que es el posible adulterio. ¿Por qué?
-Dejar ese misterio abierto no es un juego de guión. Es más bien una idea sobre la condición humana, porque no es tan fácil discernir. No tengo las respuestas a todas las cosas que pasan en la película. Me parece más divertido oír lo que piensa el espectador. Escribiendo el guión, llegó un momento en que los personajes se nos escaparon, dejaron de ser controlables. Escribiendo los diálogos, muchas veces ni Manolo ni yo sabíamos adónde nos llevaban.

-Unos diálogos que, por cierto, dicen más mentiras que verdades.
-Sí, creo que en la película todos se engañan a sí mismos. La mentira rodea a todos los personajes.

-Pero el personaje manipulador por excelencia es Robert (David Selvas). ¿Qué opina de él?
-La verdad es que es el personaje más interesante de todos. Al contrario que el resto de los personajes, Robert es alguien que puede hacer lo que quiera sin sentirse responsable. Para él, libertad y responsabilidad no van unidas. Me parece un tipo muy moderno en el sentido más dramático de la palabra. Corresponde a algo que decía Hanna Arendt, la pensadora alemana, en torno a lo que ella llamaba "la banalidad del mal". Desde mediados del siglo XX se ha generado un tipo de persona completamente impune a hacer el mal. Desde el punto de vista moral, Robert está a salvo de cualquier castigo humano... y eso es algo muy presente en nuestras vidas.