Cine

La fiesta del cine

Películas familiares y animación invaden las carteleras

22 diciembre, 2005 01:00

La rebelión de las ranas y, silueteado, un fotograma de Las crónicas de Narnia

Sorprendente pero cierto. Este año ningún actor disfrazado de Santa Claus se paseará por las pantallas. En su lugar, el cine navideño se llena de animación de diversas nacionalidades (La rebelión de las ranas, El tiovivo mágico, Olentzero y el tronco mágico), de universos literarios realistas (Oliver Twist) y fantásticos (Las crónicas de Narnia y Harry Potter), y de comedias familiares ‘made in USA’ (La joya de la casa, Los doce fuera de casa). El Cultural repasa la gran avalancha de cine familiar que se avecina.

La profecía de las ranas
Tras el éxito de Belleville, de Francia nos llega otra exquisitez para paladares finos, en las antípodas de la Disney, trazos originales y texturas apasteladas que no se han dejado seducir por la maleabilidad de los píxels. El director Jacques Rémy-Girerd se ha inspirado en la historia bíblica del Arca de Noé para mostrarnos otra nueva inundación, con sus cuarenta días y sus cuarenta noches. Sobre las aguas sobreviven la familia Ferdinand y algunos animales parlantes. Este divertido relato de superviviencia adquiere tintes de tragicomedia social que ilustra a los niños (y adultos) valores ecológicos y democráticos. La elección adecuada para quienes buscan películas infantiles políticamente correctas.

Kirikú y las bestias salvajes
También en los laboratorios de animación del país vecino se ha cocido este filme, segunda parte de las exitosas aventuras del simpático niño africano Kirikú. En esta continuación, su abuelo nos cuenta cómo el entrañable Kirikú, el más tierno de entre los guerreros de áfrica, se convierte en jardinero, detective, alfarero, comerciante, viajero y médico en su lucha contra el mal. Con trazos elegantes y colores intensos, estética que recuerda a Gustav Klimt, y dirigida por Michel Ocelot y Bénédicte Galup, es una película pensada para que la disfruten espectadores desde los 2 a las 97 años.

El tiovivo mágico
El toque ‘british’ y la vocación retro llegan también en formato animado. La industria británica se ha puesto las pilas en el campo de la animación y soprende a propios y extraños con esta película musical (con las voces de Robin Williams y Kylie Minogue) en la que los héroes son un caracol, una vaca, un conejo y un perro. Se enfrentarán ellos solos al malvado brujo del frío Zeebad, que amenaza con destuir el País Encantado haciéndole perecer bajo un invierno perpetuo. Diversión y energías positivas.

Olentzero y el tronco mágico
Y que no falte la animación ‘made in Spain’, algo que, afortunadamente, viene siendo habitual en los últimos años. En una pequeña aldea de los pirineos vive Olentzero, trasunto provinciano de Santa Claus, que ve el comportamiento de los niños a través de su tronco mágico ardiendo en la chimenea. Compartiendo la filosofía de estos nuevos tiempos que exigen un espíritu profundamente cívico y ecológico, el villano de la película es un malvado en tres dimensiones, mundana caricatura de un hombre de negocios que pretende talar el bosque para construir una estación de esquí. Los niños del pueblo actuarán en conjunto para que la normalidad vuelva al valle (es decir, que nada cambie) y la Navidad pueda seguir su curso un año más y sin sorpresas.

Doce fuera de casa
Aunque no sea mucho decir, la familia Baker es de las favoritas en las salas de los Estados Unidos. La chanza gestual de Steve Martin puede irritar a algunos, pero sus fans son de los más fieles y apasionados. Por eso la Twentieth Century Fox ha reunido de nuevo a esta disparatada familia compuesta por una prole de niños hiperactivas para contarnos sus locas vacaciones estivales. En esta continuación de Doce en casa, la familia permanece unida para demostrar que son más competitivos y mejores (más americanos, en definitiva) que otra gran estirpe encabezada por Eugene Levy. Sin olvidarnos de Carmen Electra, el enfrentamiento entre los dos cómicos es el gran aliciente de una secuela que bien podría ser el resultado, venido a menos, de combinar el desparpajo infantil de La gran familia con el duelo de estrellas de Los padres de él.

La joya de la familia
Otra de familias disparatadas en sus vacaciones, esta vez navideñas, necesarias en todo caso para infundir los valores tradicionales del clan, es la protagonizada por Diane Keaton y Sarah Jessica Parker. Ellas son Sybil y Meredith, la suegra y la yerna rechazada, en un trasunto de su popular personaje de Sexo en Nueva York. Las fechas navideñas, como sabemos, son el momento propicio para conocer de cerca a las familias del novio/a. Para la familia Stone, sin embargo, los resultados de conocer a la novia del hijo mayor, tan liberal ella, serán algo caóticos. El número 1 de La madre del novio en Estados Unidos tiene en esta película su lógico consecuente, que, escrutando sólo un poco más en la reciente cartelera, no es más que el subproducto de otro subproducto. La pregunta es: después de Los padrés de él, Los padres de ella, Adivina quién, La madre del novio y ahora La joya de la familia... ¿alguien da más?

Las crónicas de Narnia
El león, la bruja y el armario. Otra lógica consecuencia de otro gran éxito de taquilla, El señor de los anillos, es esta hermosa y venerable adaptación del primer volumen de la heptalogía de C. S. Lewis. Puro relato de escapismo (en su momento de los desastres de la II Guerra Mundial), esta fantasía comparte con las leyendas de Tolkien (gran amigo de Lewis) la eterna lucha entre el bien y el mal, los personajes mitológicos, criaturas y razas imaginadas y un planeta paralelo en el que todo ocurre como metáfora de lo que acontece en el nuestro. Detrás de la cámara se ha puesto el director de los encomiables Shrek, Andrew Adamson, de cuyo buenhacer para el cine familiar no hay dudas, aunque sorprende que el mismo director que lanzara mordaces críticas contra los cuentos de hadas, adapte ahora un cuento de corte tan tradicional. Las crónicas de Narnia... mantiene el listón alto durante todo su largo metraje : acción frenética, imaginación desbordante, valores humanos, todos los elementos que la convierten en una película de visión obligada para el público infantil. Si el espectador adulto consigue cruzar el mismo armario que los niños, disfrutará de una aventura llena de magia y gratas emociones.

Harry Potter y el cáliz de fuego
Llegados a la cuarta entrega del mago más famoso del mundo, dirigida esta vez por Mike Newell (Cuatro bodas y un funeral), la popular saga basada en los libros de J. K. Rowling ya se limita a cumplir con los ansiosos fans, que no dan muestras de desfallecimiento sino todo lo contrario. Esta vez, el drama de los personajes ha costado 300 millones de dólares (ya más que recuperados en taquilla), pero no tiene más entidad que la de concentrarse en un partido de "quiddish", donde, eso sí, el estadio es tan interminable como aquel en el que Oliver y Benji jugaban al fútbol, y el despliegue técnico en aras de la espectacularidad deja clavados en los asientos a espectadores de cualquier sexo, lugar, edad y condición. No mucho más que añadir a una entrega que se adentra con más flexibilidad en los rincones oscuros y en los sueños de la pubertad, ahora que a sus protagonistas les alcanza la adolescencia. A este ritmo, seguiremos en unos años las aventuras del pequeño Harry Potter Jr.

Chicken Litte
La película de dibujos de Disney de esta temporada abrió la veda de la avalancha navideña, antes incluso de que las calles se disfrazaran de luces y las plantas de pascua adornaran los salones. Es la primera película de la factoría de animación por excelencia generada totalmente con tecnología digital, y el resultado, para muchos, deja bastante que desear respecto a lo alcanzado por sus colegas (oséase, Pixar). El pollito protagonista, en todo caso, despertará la simpatía de niños y adultos cuando el pánico que le carcome al creer que el cielo le cae encima se traduce en una invasión alienígena que traerá a un marcianito despistado al planeta Tierra.

Oliver Twist
Sorprende el apellido del que firma esta película, porque Polanski y el cine familiar no es que casen muy bien, pero como ahora el director polaco presume de clásico y académico (¿habrá olvidado que dirigió El baile de los vampiros?), todo adquiere sentido. Enésima versión de la novela dickensiana, la nueva generación de niños podrá crecer con una actualización (sólo a efectos técnicos) de la película, que se mantiene muy fiel al espíritu y la letra, pero a la que quizá le falte algo de pasión. Por más convencional sin embargo que sea el resultado final, un clásico de esta envergadura no puede fallar entre los pequeños.