Fernando Meirelles: "El cine actual tiene una cierta obsesión con el fin del mundo"
El director regresa con A ciegas, adaptación de la novela de Saramago interpretada por estrellas como Julianne Moore o Gael García Bernal
4 marzo, 2009 01:00Fernando Meirelles junto a Julianne Moore en el rodaje de A ciegas
JUAN SARDÁCon su tercera película, Ciudad de Dios (2002), Fernando Meirelles (Sao Paulo, 1955) logró un grandioso reconocimiento internacional. La película se convirtió en un referente fundamental a la hora de retratar la miseria del tercer mundo y su influencia se deja sentir con fuerza en filmes como el reciente éxito Slumdog Millionaire. Después, Meirelles viajó a África para realizar con El jardinero fiel (2005) una denuncia sobre los tejemanejes de la industria farmacéutica en ese continente. Ahora, el director regresa con otro proyecto internacional, A ciegas, adaptación de la popular novela de José Saramago interpretada por estrellas como Julianne Moore, Gael García Bernal o Mark Ruffalo. La trama nos traslada a una ciudad de Estados Unidos sin identificar en la que, por motivos desconocidos, la población comienza a perder la vista en una epidemia que alcanza proporciones bíblicas.
- A ciegas es, obviamente, una metáfora sobre una sociedad como la nuestra en la que cada día vivimos más aislados y nos importa menos lo que sucede a nuestro alrededor. Es curioso porque últimamente hay muchas películas apocalípticas, de El incidente de Shyamalan pasando por Soy leyenda, Monstruoso o Hijos de los hombres...
- Es cierto que el cine actual tiene una cierta obsesión con el fin del mundo. No sabría dar una respuesta exacta al motivo aunque se me pueden ocurrir unas cuantas explicaciones. Está claro que el 11-s cambió de una forma importante nuestra percepción del mundo e inició una nueva etapa histórica más peligrosa y tortuosa. El género apocalíptico es bueno para poner a las personas en situaciones límite, resulta psicológicamente muy interesante. Y sirve como metáfora para confrontarnos a los grandes miedos que conforman la contemporaneidad.
- En su película, al igual que sucedía en La niebla de Frank Darabont, uno saca la conclusión de que los seres humanos, enfrentados al desastre, somos capaces de lo peor...
- Lo que sucede en A ciegas es que, una vez finiquitada la civilización tal y como la conocemos, los seres humanos nos comportamos como animales sin un sistema de reglas coercitivo. El quid de la cuestión estña en la fragilidad de la civilización tal y como la conocemos. De todos modos, vemos algunas actuaciones tremendas, horribles. Pero las situaciones límite también pueden despertar la solidaridad y la empatía entre los seres humanos. Eso también se ve en la película. El amor puede salvarnos.
- La fotografía de César Charlone es uno de los grandes retos de la película. Toda la imagen está distorsionada, creando el efecto en el espectador de que él, como los protagonistas, también se está quedando ciego.
- Fue un trabajo muy difícil que nos llevó muchísimas horas para encontrar el efecto adecuado. Cuando haces una película sobre este asunto creo que era importante no fotografiarla de una forma convencional. Era fundamental que el espectador sintiera lo que es moverse entre las sombras, crear ese mundo de perfiles difusos y extraños donde uno no puede moverse con comodidad. La fotografía es uno de los aspectos más complicados de este proyecto.
- Julianne Moore, Gael Garcia Bernal, Danny Glover, Mark Ruffalo... La película está plagada de estrellas...
- La película empieza en el momento en que la gente comienza a quedarse ciega y la presentación de los personajes es prácticamente nula. Apenas sabemos nada sobre nadie hasta que se ven abocados a esa situación tan dramática. Cuando uno parte de estos elementos en los que no puedes construir el personaje de una forma más convencional creo que es importante que haya actores conocidos para que así la gente pueda aferrarse a algo. De hecho, en el filme la ceguera comienza con un actor japonés muy poco conocido y después he llegado a la conclusión de que quizás hubiera sido mejor empezar con Gael García, así hubiera sido todo más fácil para el espectador.
- ¿Cómo le afectó el éxito de Ciudad de Dios?
- Cambió mi vida por completo. De todos modos, en contra de lo que la gente cree, no fue un éxito comercial de grandes dimensiones. De hecho, El jardinero fiel fue mucho mejor económicamente que esa película. A veces me fastidia porque tengo la impresión de que esa película me perseguirá hasta la tumba. Pero en realidad estoy muy contento porque sirvió en gran medida para proyectar el cine de mi país al resto del mundo.
- Es curioso que sus dos siguientes películas no pasen en su país...
- Es cierto, pero a través de mi productora he realizado varias ficciones para la televisión brasileña. Creo que la televisión es para mí el medio más adecuado para retratar mi país ya que tiene un potencial de público mucho más amplio. La realidad es que la gente de mi país casi no va al cine para ver películas nacionales. Es una pena pero es así.