Werner Herzog. Foto: S. Barbarousis

Werner Herzog. Foto: S. Barbarousis

Cine

Werner Herzog: "Detesto la sofisticación, me gusta lo precario"

8 enero, 2010 01:00

Nacido Werner H. Stpetic en Múnich en 1942, el director alemán Werner Herzog ha construido en cincuenta años de carrera una obra llena de piezas sublimes y documentales que han marcado ya a dos generaciones de jóvenes cineastas. Considerado por la influyente revista Time como una de las cien personalidades mas influyentes del mundo, la obra de Herzog es fundamental para entender medio siglo de cine, tanto de ficción como de documental. Llega ahora a nuestras pantallas un polémico remake siguiendo la estela dejada por El teniente corrupto, que Abel Ferrara dirigiera en 1992. El ítaloneoyorquino, cuando supo que el nuevo proyecto lo protagonizaría Nicolas Cage -sustituyendo al brutal Harvey Keitel-, dijo que quien se atreviera “se quemaría en el fuego del infierno”. En su conversación con El Cultural, el director del filme Lope de Aguirre no rehúye la controversia “ferrariana”.

-¿Cómo ve que Abel Ferrara le condenara a arder en el infierno?

-Mire, ya he conocido varios infiernos y todavía no me he quemado. Me fui a la selva en dos ocasiones con Klaus Kinski y en la segunda -Fitzcarraldo- amenazó con matarme presentándose con una pistola al rodaje. Yo acudía también armado, dormía con el arma bajo la almohada. Le diría más, una bala perdida me hirió en Los Angeles, pero aquél no era mi día para morir. En realidad, y concluyendo, el infierno son los otros.

Una bala imperfecta

-Esa bala le alcanzó durante una entrevista. Parece que no ha conseguido evitarlas...

-¿Por qué habría de hacerlo? Ese día no estaba decidido que yo muriera, era una bala imperfecta. Fue una bala equivocada. Me gusta debatir mis películas, libros, óperas.Estoy abierto a cualquier tipo de crítica, nunca de censura. Creo que es algo intrínseco a ser alemán.

-Siguiendo con armas de fuego, ¿no fue usted el primero que amenazó de muerte a Kinski en el set de Aguirre o la colera de Dios?

-Estaba volviéndonos locos a todos y saboteando la producción. Y sí, amenacé con matarle. Pero pudimos acabar. En Fitzcarraldo, en plena selva peruana, fue él. Mi mejor enemigo (título de su documental sobre Kinski) pudo seguir conmigo e hicimos Nosferatu y Woyzeck, en la que pude mostrar la demencia de un soldado, su propia locura. Finalizamos nuestra colaboración en 1987 con Cobra verde. No lo considero un mal balance. Lo volvería a repetir en idénticas condiciones.

Bad Lieutenant Port of Call: New Orleans no es su primer remake. Fue Nosferatu (1979) del original de F. W. Murnau de 1922 con el portentoso Max Shreck. Nicolas Cage insistió en hacerla desde que Herzog le había propuesto ya en 1995 rodar Cortez, pero sus numerosos compromisos lo impidieron. El deseo también del productor Ed Pressman de colaborar con Herzog hizo posible esta producción, rodada en Luisiana en un calurosísimo y húmedo verano de 2008 en apenas 35 días.

El filme arranca con la inundación de la ciudad por la rotura de los diques a consecuencia del Katrina en la que el valiente detective de homicidios Terence McDonagh, salva a un preso de morir ahogado. Ascendido a teniente, cae en una espiral de muerte, drogas y corrupción trufada por su amor a la prostituta Frankie (Eva Mendes).

-¿No le parece irónico que Pressman fuera en su momento productor de la cinta de Abel Ferrara?

- Ed quería hacer algo diferente. Lo lleva planeando durante mucho tiempo y una cadena de coincidencias nos llevó a todos a realizar su proyecto. También Nic ha madurado mucho, quería rodar esta película en Nueva Orleans, ciudad a la que le debe mucho.

-En una carrera tan extensa y variada como la suya, este es su primer thriller criminal, su primera película de genero...

-Quizá. No creo haber visto en mi vida apenas más de seis thrillers y ya he cumplido 67 años. Me salió más bien una comedia negra. Me interesaba rodar en Nueva Orleans, apartarme de los clichés del vudú o del Barrio Francés y ponerme a prueba porque me gusta rodar en la precariedad. Detesto las sofisticaciones, los enormes presupuestos que te atan a productores ansiosos y castradores o los rodajes donde el actor se lleva a su instructor de yoga.

Música en el plató

-Cage lleva fama de actor salvaje que a veces se niega a ser dirigido.

-Es una bola de fuego en el cielo. Es brillante, arrojado y un gran improvisador, siempre trayendo ideas. Muchas de las cosas de la película fueron contribuciones suyas. Pero a la vez, es muy disciplinado. Cuando le llamé me costó 90 segundos convencerle e hicimos el trato. No me gusta hablar con los actores de las motivaciones o el 'arco' interpretativo. A Nic le dije que se liberara y divirtiera. él necesita aire, espacio. Cuando interpreta hace música.

A este director y a veces actor (Julien Donkey Boy, de Harmony Korine), escritor y director de óperas en el Festival de Bayreuth y La Scala de Milán, la Berlinale del próximo año -que celebra su 60 aniversario- le tendrá como presidente del Jurado. El director que comenzó en los 70 la revolución del nuevo cine alemán junto a Fassbinder y Wenders es considerado toda una leyenda. Recientemente, este hombre fundamental del cine tedesco ha entregado valiosísimos guiones, fotos, posters y materiales de producción a la Kinemathek-Museum för Film un Fernsehen, la Filmoteca Alemana, para su preservación. Y cuando sus rodajes se lo permiten, imparte clases en la escuela que ha creado, la Rogue Film School, en Baviera.