Image: La renuncia de un tótem

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Cine

La renuncia de un tótem

11 julio, 2013 02:00

Pedro Pérez. Foto: Javi Martínez


Durante prácticamente los últimos veinte años, Pedro Pérez, que hoy a presentado su dimisión ante la junta, ha sido la figura clave en la FAPAE, poderosa asociación de productores españoles con la potestad de hablar de tú a tú con los respectivos gobiernos. Pérez fue presidente de la asociación del 93 al 97, se retiró seis años, y lo ha sido de forma ininterrumpida desde 2003. Diez años convulsos en los que España ha pasado del esplendor a la miseria y en los que la aparición de la banda ancha ha transformado el cine de una manera tan radical como probablemente nunca antes en su historia. "No es una decisión repentina", explica Pérez a El Cultural, "la última vez que me reeligieron yo dije a la junta general que en cuanto culmináramos la nueva FAPAE me marcharía". La nueva FAPAE es su conversión en una confederación nacional que agrupa a las distintas asociaciones. La última en apuntarse ha sido FPROA (productores catalanes) y con ello Pérez aduce culminada una parte de su obra. "Han sido años duros pero apasionantes", remata.

La otra parte de su legado, es la titánica lucha contra un gobierno en plenos recortes y subidas del IVA. No oculta que le ha generado "frustración" no conseguir que se rebaje ese 21% que tiene de cabeza al sector pero se resiste a decir que su gesto tiene algo de protesta: "No hay nada de eso. Creo sinceramente que 14 años al frente de cualquier cosa es tiempo suficiente y hay que dar paso a otras personas". De momento, le sustituirá José Portela, cabeza de los productores vascos, hasta las próximas elecciones, a celebrar después del verano. En plenas y arduas negociaciones con el Gobierno sobre un nuevo modelo de financiación para el cine español, Pérez considera que renuncia "cuando ya hemos presentado un nuevo modelo muy claro alternativo al que teníamos para reformular la fiscalidad".

El nuevo modelo de la FAPAE, de inspiración francesa, fue presentado por Pérez en el último festival de San Sebastián y se basa en la idea de que el cine financie al cine. Aplicando un céntimo sobre cada entrada vendida, descarga de Internet, DVD despachado o anuncio emitido en televisión, la ayuda al cine saldría de los presupuestos generales del Estado y sería más resistente ante las turbulencias políticas y económicas. Es una propuesta sensata y quizá la mejor, falta por ver la voluntad política. Las noticias que llegan de las comisiones entre industria y ministerios (cultura y hacienda, básicamente) son preocupantes.

Pedro Pérez ha sido identificado en numerosas ocasiones con la derecha española y en los últimos meses el diario El Mundo ha publicado información respecto a unas cuentas en Suiza opacas relacionadas con Gürtel sobre las que Pérez ha negado cualquier responsabilidad. Información que quizá también han influido en su renuncia. De carácter afable y cordial, Pérez ha sido un hábil negociador con los distintos gobiernos y sus aires de caballero a la antigua usanza han dado cierta presencia y lustre a un sector a veces injustamente identificado como monolíticamente "progre". Su estrecha amistad con Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, entidad de derechos audiovisuales, los ha convertido en un tándem imbatible y muy bien avenido a la hora de defender los intereses del sector. Habrá que ver si esa alianza se tuerce o sigue tan robusta como siempre.