Image: Calin Peter Netzer: La sociedad rumana ya no permite los abusos del pasado

Image: Calin Peter Netzer: "La sociedad rumana ya no permite los abusos del pasado"

Cine

Calin Peter Netzer: "La sociedad rumana ya no permite los abusos del pasado"

23 mayo, 2014 02:00

Una imagen de Madre e hijo de Calin Peter Netzer

Una historia sobre la compasión familiar es lo que plantea el rumano Calin Peter Netzer en Madre e hijo, ganadora del Oso de Oro en la Berlinale del pasado año. El director de Maria nos habla de los sentimientos que circulan por este thriller personal y de la nueva generación de directores que buscan su identidad en la vida cotidiana.

Con su tercera película, Madre e hijo, Calin Peter Netzer (Petrosani, Rumanía, 1975) conquistó el Oso de Oro en Berlín. Hemos visto muchas veces la Rumanía postcomunista en el excelente y rico cine rumano reciente pero Netzer nos propone una óptica distinta a través de la clase alta. La postura del hijo cuenta la historia de una madre adinerada capaz de cualquier cosa por salvar a un hijo con el que se lleva fatal cuando éste atropella y mata sin querer a toda velocidad a un chaval de una barriada pobre. Es una película sobre la lucha de clases en un país que se esfuerza por superar los viejos mecanismos de una dictadura basada en el favor y el soborno. y también un emotivo filme sobre la compasión y los puentes invisibles que unen a todos los seres humanos. Quizá porque cuenta mucho en sus películas, no es fácil entrevistar a Netzer, quien únicamente mira a su intérprete y tiene tendencia al monosílabo.

-Vemos a la clase alta rumana, esa gran desconocida en el cine. ¿Quería paliar esa carencia?
-Me propuse esta película precisamente por eso. Además, funcionaba muy bien para contar la historia de una relación entre una madre y un hijo un tanto neurótica. El fracaso de un matrimonio también puede llevar más fácilmente a que una madre se obsesione con su hijo. Hay algo que está relacionado con el complejo de Edipo, que es muy freudiano y que sucede en todas las clases sociales, pero este tipo de relación maníaca es más habitual en la clase alta. Es una historia que está muy cerca de mi experiencia personal, de mis recuerdos y mis sentimientos.

-La madre es la gran protagonista. Es una mujer fuerte y refinada, también posesiva y obsesionada con las convenciones sociales. ¿La ve como una villana o una salvadora?
-El intento de la película es más bien entender al personaje, no juzgarlo. Se trata de entender por qué llega a ser así. Su relación con su hijo nos lleva a un análisis más profundo. Él tiene un componente racional y adulto, quiere desprenderse del poder de su madre. Pero ese deseo de liberarse choca con su instinto irracional de comportarse como un niño que sigue dependiendo de su madre y prefiere que otros resuelvan sus problemas. Es un conflicto neurótico entre lo racional y lo irracional.

-El accidente actúa como catalizador del conflicto latente entre madre e hijo.
-Vemos cómo por una parte la madre se alegra de poder ayudarle y recuperar su papel de salvadora. Por la otra, el hijo puede justificar de una manera racional su necesidad de volver a pedir ayuda. Ese impulso de inmadurez es algo temporal porque después se da cuenta de que está repitiendo sus errores y se está comportando como un niño. De alguna manera todos reproducimos este esquema en algún momento, siempre existe una nostalgia de la infancia cuando nuestros padres resolvían las cuestiones complicadas.

-Ese joven vive en un estado de parálisis total...
-Yo lo veo como un vegetal, es un estado que sucede cuando ha ocurrido algo muy duro. Él está en ese momento, no es tonto, está machacado y obsesionado con lo que le ha sucedido y al final está buscando la verdad.

-El dinero de la madre es un elemento importante en la relación aunque apenas se hable de él en ningún momento.
-Nunca llegamos a saber si el hijo depende económicamente de la madre pero hay detalles que nos indican que ha tenido una ayuda por su parte: el coche, el apartamento... Volvemos al debate entre consciente e inconsciente, al mismo tiempo todo eso le repele y por eso tenemos a un personaje muy atormentado. Su novia de alguna manera es una sustituta de su madre.

Exhibición y comunismo

-Vemos constantemente esos objetos que distancian a los ricos de las personas normales: las joyas, las pieles, el móvil, la ropa cara... ¿Los ve como escudos que los ricos utilizan para distinguirse y protegerse?
-La burguesía busca disfrutar intensivamente de la riqueza. Son cosas que utilizan para enseñarse, para presentarse, para ser vistos y admirados. Estamos hablando de una generación que ha pasado por el comunismo y tiene esa necesidad más grande de exhibirse.

-¿Cuál es el origen de esos nuevos ricos?
-Muchos ya tenían dinero antes de la revolución y afloró cuando llegó la democracia.

-En el cine rumano de la nueva ola hay un elemento que nunca falla, la denuncia más o menos sutil de una corrupción y favoritismo que invade todos los elementos de la vida cotidiana: hospitales abarrotados que reservan las mejores camas a quienes dan dinero bajo cuerda, policías sensibles al ‘usted no sabe con quién está hablando' y, en general, una sociedad fracturada en la que impera la ley del más fuerte y un individualismo a ultranza como mecanismo de supervivencia.

"Es que Rumanía es así", explica Netzer, "de todos modos también vemos en el filme que aunque sea con todas las dificultades del mundo, avanzamos en la buena dirección. Por una parte quiero reflejar que nos queda un largo camino por delante y por la otra que la sociedad está comenzando a despertar y ya no permite con tanta facilidad los abusos del pasado".

-Al final, ¿es una película sobre la compasión?
-Desde luego.

-Esa secuencia en la que las dos familias se reúnen lleva esa compasión hasta el extremo.
-Es una secuencia muy humana que surge de lo que se desprende en toda la película.

-Su película está rodada siguiendo el estilo del nuevo cine rumano: cámara en mano, tensión emocional... ¿Se siente parte de una generación?
-Por supuesto que sí. En mi generación tenemos cosas en común, lo fundamental es que siempre nos basamos en la vida cotidiana, en la experiencia de la gente normal. Pero sí hay diferencias en la manera de abordar las películas. Otras películas rumanas se basan en secuencias muy largas. La mía está siempre muy cerca de los personajes, se mete en la historia.